"Déjame volar contigo amor"

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Había descorchado una botella de champagne que habíamos empezado a beber.

Entre mi equipaje había un vestido rojo que él no me había visto, ceñido a mi cuerpo con un escote muy sexy en forma de corazón. Decidí usarlo dejé mi cabello suelto con ondas que le daban la apariencia de estar desordenado pero me encantó como se me veía y use un labial rojo en los labios que lo enloqueció apenas me lo vio.

Su mano dejó la copa sobre la pequeña consola y se me acerca con su mirada fija en mis labios y aunque lo deseaba con toda mi alma, le dije.

-Amor, se nos va hacer tarde- Y retrocedo ante su avance hacia mí, sonrió al mirarlo decidido a no dejarme ir, me di cuenta que nos encontrábamos jugando otra vez, sigo caminando de espalda y el sigue avanzando hacia mí sin dejar de mirar mis labios rojos. Hasta conseguirme con la pared donde apoyo mi espalda y él sin darme tiempo para escapar coloca sus manos a cada lado de mi rostro haciendo un cerco entre su cuerpo y el mío, sus hermosos ojos me miraban con una mezcla excitante de lujuria y ternura que me enloquecen, sus manos traviesas abandonan la pared buscando mis manos que están relajadas a cada lado de mis muslos, en ese punto ya estaba bajo el hechizo de sus ojos que fijamente se adentraban en los míos. tomando mis manos las sube junto con las suyas por encima de mi cabeza mientras susurra a mi oído -déjalas acá arriba, déjame volar contigo mi amor- y sus labios deseosos de besar los míos los consiguen lamiéndolos con pasión, sus manos bajaron por mis brazos extendidos hacia arriba unidos a la pared, rosándome por encima del vestido mi senos, me hicieron soltar un gemido atrapado en mi garganta y bajaron por mi cintura hasta contornear mis caderas y acariciando mis muslos levanta mi falda, y con fuerza me eleva las piernas y por instinto las cruzo tras su cintura, volviéndonos locos de deseo. Y literalmente volamos...

Luego de un rato tuvimos que bañarnos nuevamente, mi labial estaba regado por todo mi rostro y mi cuello y por su rostro y todo su cuerpo, nos reíamos de como habíamos quedado, decidí no colocármelo pues no quería parecer un payaso cada vez que le diera por besarme en un arrebato. Y en su lugar usé un brillo delicado y después de estar listos tomados de la mano salimos a divertirnos. Había una fiesta en el centro de Puerto Plata nos mezclamos con la gente cálida de la isla, esa noche aprendimos a bailar merengue, tomamos mucha cerveza, nos reíamos de todo él siempre abrazado a mi cintura, me besaba sin parar, él estaba feliz y yo de estar con él.

Casi amanecía cuando decidimos regresar. Esa noche bailamos muchísimo y habíamos bebido muchísimo. Caminábamos al hotel que estaba relativamente cerca, cuando empezó a llover, fue muy romántico, nos besamos bajo la lluvia, jugábamos mientras nos empapaba, bailábamos una canción que se escuchaba a lo lejos, las vueltas que me daba girándome y lo mareada que estaba por todo lo que bebimos, me hacían desprenderme de su mano y casi caer pero él me atrapaba antes de llegar al piso y al incorporarme me zafaba de su abrazo y jugando con él corría para alejarme y él me seguía alcanzándome, envolviéndome con sus brazos y elevándome para luego besarme, parecíamos novios o recién casados, jamás olvidaría la intensidad con la que vivimos este maravilloso fin de semana. No paraba de llover su cabello mojado sobre su frente era sexy, verlo con su camisa blanca pegada a su cuerpo dejando ver sus torneados y definidos pectorales me seducía, él apartaba mi cabello mojado para enterrar su rostro en mi cuello, que mordisqueaba y besaba repetidas veces volviéndome loca, el alcohol que teníamos en el cuerpo nos subía el deseo de estar juntos nuevamente, regresando a la habitación perdimos el camino, entrando a un pasillo oscuro que parecía la alacena de la cocina era un lugar solitario y con poca luz de pronto me abraza con fuerza y me susurra al oído.

-Quiero hacerte el amor aquí, ven mi amor- tomaba mi mano llevándome hacia adentro, quise negarme –No amor, vamos a la habitación- pero él había tomado el gusto a la aventura y yo también. Pronto sus labios cálidos rosan mi cuello haciéndome perder el control. Sus besos me elevan y me rizaban y recostándome sobre un muro se posicionó entre mis piernas haciendo que mi poca cordura desapareciera por completo, y mis ganas de comérmelo crecían con cada embestida de su cuerpo al chocar contra el mío, junto con mi deseo de vivir intensamente aquella loca aventura con él. La calidez con la que me tomaba era embriagante, en definitiva yo era completamente de él y él era mi sol, mi luna, mi estrella, mi universo entero.

Felices y abrazados regresábamos a la habitación, estábamos tan cansados que apenas nos sacamos la ropa mojada, nos lanzamos bajo las sabanas y nos quedamos dormidos, había sido un día lleno de aventuras y magia, mañana teníamos que regresar a nuestra realidad, en la noche saldríamos en el vuelo de las siete de regreso a New York.

                                                           *

La cabeza estaba por reventarme cuando me desperté en la mañana, lo miré dormido entre las sabanas su espalda definida y bronceada era un espectáculo y su cabeza de lado reposaba encima de la almohada, estábamos desnudos y miré alrededor de la habitación, la ropa mojada de anoche desordenada en el piso y al recordar todo lo que viví junto a él no pude evitar sonreír, y volví a recostar la cabeza en la almohada y lo miré dormir. << Todo en tu rostro es perfecto, pareciera que hubieses sido dibujado por ángeles >> Y no pude evitar susurrarle lo que pensaba de él.

- Hasta dormido eres un sueño, mi amor ¿Porque eres tan bello?... ¿Porque eres tan perfecto?... Por ti pierdo la cabeza y me haces hacer locuras que jamás pensé, haría en mi vida, ¿pero sabes qué?... Me gustó y creo que por ti, lo haría otra vez, y mil veces más, si me lo pidieras-

Lo vi esbozar una sonrisa con los ojos cerrados y me sentí descubierta.

-¿Me estuviste escuchando todo este rato?- Le pregunté sonriéndole avergonzada.

Él sonreía abriendo solo un ojo, divertido mientras se le dibujaba una enorme sonrisa.

-¿Yo te hago perder la cabeza? ¿Es enserio?... Si tú eres la causa que yo pierda la mía. Me vuelves loco y lo sabes-

Se despertaba por completo y se volteo sonriendo y me tomó por la cintura atrayéndome con su brazo hacia su cuerpo, el calor de su abrazo me envolvió y nos hundimos bajo las sabanas entre besos y caricias, ese día lo pasamos encerrados en la habitación pedimos las comidas que nos las llevaran hasta allí, necesitábamos estar solos y disfrutar de las pocas horas que nos quedaban para estar juntos. Pensaba en lo difícil que sería separarnos cuando llegáramos a New York, después de haber pasado un fin de semana tan hermoso como este.

... Mientras en New York, una tormenta se hacía huracán... La Sra. Amira se enteraba por medio del investigador privado que sus sospechas eran ciertas, que yo estaba con Kaled en República Dominicana, estaba furiosa y quería acabar con el problema de raíz, y ese problema era precisamente yo, ella ideaba un plan para deshacerse de mí para siempre.

 Amira se enteraba por medio del investigador privado que sus sospechas eran ciertas, que yo estaba con Kaled en República Dominicana, estaba furiosa y quería acabar con el problema de raíz, y ese problema era precisamente yo, ella ideaba un plan ...

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