Eternamente tuya

Mirada de psicópata

Lo empujo con energía apartándolo de mis labios y mi mano abierta choca contra su mejilla con fuerza y hago el intento de salir de baño de damas, cuando sus manos me toman por el brazo volviéndome hacia él.

— ¡Alejandra por favor escúchame!... esto no lo había sentido nunca por ninguna mujer, es de hecho, nuevo para mí!... ¡Nunca había estado tentado de poseer a una mujer fuera del plano estrictamente sexual, y ahora siento todo esto por ti, y es la primera vez que siento algo así! — intenta besarme nuevamente y a medida que se acerca dice...

—Eres una mujer muy atrayente, me tienes fascinado. Te deseo con locura—

Aun temblando le levanté la voz, mientras trato de zafarme de su agarre —soy una mujer casada y suéltame si no quieres que grite—

Se aparta de mí mirándome fijamente, su mirada intensa me da escalofríos y se aleja hacia el baño de caballeros justo al lado, vuelvo a entrar al baño de damas, siento deseos de llorar y me controlo, me miró al espejo y tomo una toalla húmeda del tocador, limpio el labial rojo, regado fuera de los límites de mis labios, trato de recuperarme haciendo ejercicios de respiración...

Y cuando estoy deslizando mis manos para amoldar el vestido a mi cuerpo entra Beatriz a buscarme.

Observa la palidez de mi rostro y me pregunta — ¿Estas bien?— dice acercándose

Asiento con la cabeza, no estoy lista para contarle.

—Alejandra todos te están esperando—

Me toma por el brazo y me siente temblando y vuelve a preguntarme.

—... ¿De verdad estás bien? —

Trato de controlarme no quiero alarmarla...

— Sí, amiga—

Me observa mientras acercándome al espejo pinto mis labios nuevamente de rojo... trato de controlar mis nervios. Y ella al ver mi actitud más relajada me pregunta.

— ¡Oye!... que guapo está el tal Robert Pattinson, ¿qué tal es el tipo?—

No quiero hablar de él y solo atino a decir

—Mantenemos una muy buena relación, lo admiro, pero nada más... hago un ademán de abanicarme con la mano y ella me mira presintiendo que pasa algo malo conmigo...

— ¿En serio estas bien Alejandra?—

— ¿Por qué lo preguntas? —

—Es que... Con todo esto, por lo que has trabajado tan duro y lo que han logrado al ganar este caso y todo lo que significa para la firma, te veo tan inexpresiva, tan tranquila, yo estaría trepando las paredes, incluso cuando nos vimos en diciembre estabas más feliz que ahora, que te veo hoy, sin rastros de que está pasando algo grande en tu vida... —

—Tal vez es porque estoy agotada, pero no te preocupes, tomaré unos días de descanso—

Ella aun con la incertidumbre en el rostro y mirando mi reflejo en el espejo, arregla su cabello para finalmente salir.

Entro con Beatriz al salón de recepción, solté un respiro profundo y seguí mi camino. Robert desde un extremo de la sala me observaba. Sus ojos sobre mí, me inquietaban, me siguieron todo el trayecto hasta llegar junto a Kaled, tomaba su mano con fuerza, él sintió el apretón y se giró a besar mi frente de la manera más dulce. Me abraza y me relajo al sentir su protección.