Muero por una sola vez con ella...

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La miré allí tendida en la cama, miraba como la fina sabana de seda dibujaba el contorno perfecto de sus caderas y sus hermosas montañas erguidas y no pude seguir con el plan original que me pedía la señora Amira... 

Ella solo quería las pruebas que comprometían a Alejandra con Kaled. Y yo muero por una sola vez con ella... 

Así que direccioné mis deseos a otro lugar.

Para la hora que era, ya casi no habría personas con quien tropezar en el corredor o el ascensor.

Con mi teléfono envié por correo electrónico las fotos que quería la señora Amira, sin saber que ese sería el detonante de los catastróficos sucesos que estarían por hundirla y a mí con ella.

Me dispuse a huir con Alejandra. Tenía que apresurarme antes que notaran su ausencia.

Me vestí rápidamente y a ella la envolví en las sabanas y baje hasta el estacionamiento a buscar mi auto.

Ella era una pluma, no me costó nada llegar al sótano del edificio con ella en brazos, solo tropecé con un par de personas justo cuando abordaba el ascensor y ellas salían de él. No di explicaciones ni cruce miradas con ellos.

Totalmente inconsciente, la senté en el asiento del copiloto de mi auto deportivo, no fue para nada difícil llevármela de aquel lugar.

Conduje por más de una hora y media a las Montañas de Catskill en las afueras de Nueva York.

Allí conocía una lujosa propiedad lejos de la ciudad desde donde difícilmente había señal telefónica, un lugar apartado del mundo, en la cima de la montaña y le pertenecía a Alex, siempre veníamos juntos a esquiar, todos los empleados de la hermosa mansión me conocían no tendría problemas en que me recibieran allí con ella sin hacerme preguntas.

Llegamos con los primeros rayos de sol, la montaña cubierta de nieve lucia espectacular.

Como dije me abrieron las puertas y me ofrecieron a escoger cualquiera de las habitaciones.

La recosté sobre la cómoda cama de la alcoba principal en el segundo piso era la que siempre usaba Alex cuando veníamos, era la más grande y hermosa con una vista espectacular hacia el lago. Salí a prepáralo todo para cuando despertará.

Robert se mantenía alerta y preocupado por que no despertaba, monitoreaba con sus dedos en mi cuello los latidos de mi corazón y tomaba eventualmente la temperatura de mi cuerpo.

Dormí casi todo el día...

Los últimos rayos de sol iluminaban con delicadeza la amplia y lujosa habitación

A mis ojos les llevó un buen rato adaptarse a la débil luz que entraba por los enorme ventanales, y un rato más largo aún para que el resto de mi cuerpo respondiera.

Asustada recorrí con la mirada aquel lugar que no conocía, me vi desnuda al levantar las sabanas que cubrían mi cuerpo, y entonces recordé aquel hombre que me insistía para que fuera a ver a Kala y después aquella mano con el pañuelo que aspiré para luego desvanecerme.

Recordé todo lo que viví cuando fui secuestrada y un helado corrientazo recorrió mi espina dorsal... pensé en Kala y mi corazón no podía con la culpa que algo malo le hubiese pasado.

Me levante envolviendo mi cuerpo en la sabana de seda terminé de abrir las cortinas para mirar las montañas cubierta de nieve.

¿Dónde estaba? ¿Cómo llegué aquí?

Eternamente tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora