-Buenas noches señor Kaled, que pena con usted, pero la señora Alejandra no ha llegado y yo tengo clases en la facultad, ¿usted puede venir a quedarse con la niña?
-¿Alejandra no ha llegado al apartamento?- Pregunta desconcertado Kaled, ya eran casi las siete de la noche y él sabía que a las cuatro y media salía del trabajo, era mucho tiempo, para que lo menos hubiesen noticias mías
- No señor, la estoy llamando a su celular y me sale apagado-
-Muy bien Sabrina, gracias por avisarme, en unos minutos estaré allí-
Kaled sale de su apartamento preocupado por mí, sabía que jamás dejaría a la niñera de mi hija sin noticias de mi paradero.
-Pasan las horas y empieza a desesperarse con mi ausencia y al no poder ubicarme por el celular, recuerda que la última vez que hablo conmigo era al medio día y aparentemente todo estaba bien conmigo, supó que almorzaría en la oficina.
Habían pasado un par de semanas de nuestro regreso a New York, hablábamos a diario, nos extrañábamos, pero para no levantar sospechas no volvimos a vernos desde nuestro regreso.
La madre de Kaled, no se mostró molesta o aprensiva con él, fingió no saber nada de nuestro viaje a República Dominicana, nunca le reclamo nada...
Kaled desesperado a las diez de la noche llama a mis padres, que se preparaban para dormir.
-Disculpe la hora suegra, pero quiero saber si Alejandra está allí con ustedes- mi madre nota la desesperación en su voz y se levanta de un brinco de la cama alertando a mi padre con su actitud, quien la mira sorprendido y con curiosidad.
-No esta aquí. ¿Qué pasa con Alejandra?- Responde mi madre con el mismo tono de angustia de Kaled.
- Tenemos que ir con la policía Alejandra no aparece y su celular está apagado-
-¿Y Kala? Grita mi madre desesperada.
-Ella está bien, ya está dormida. Necesito que se quede con la niña, voy a salir a buscar a Alejandra, tiene que haberle pasado algo, para no haberse comunicado hasta esta hora-
Mis padres llegaron al apartamento rápidamente, kaled y mi padre salieron a recorrer el trayecto desde mi trabajo al apartamento, no tardan en conseguir mi coche aparcado en el mismo lugar donde lo estaciono todos los días, esto alerta aún más a Kaled que presiente que algo muy malo me ha sucedido.
Vuelve a marcar a mi celular y nada, continua apagado, deciden ir con la policía, estando allí Kaled recuerda la llamada que una vez le hiciera a la recepcionista del bufete de mi trabajo para darle un recado que yo misma le pedí, desesperado busca el número que no borró de la memoria de su teléfono.
Lo consigue y suelta un suspiro ahogado.
–Buenas noches, disculpa la hora habla el esposo de Alejandra ¿Sabes a qué hora salió del trabajo hoy y con quién? La chica extrañada y vacilante le responde.
–Ella se fue a la hora de siempre, a las cuatro y media y se fue sola, que yo sepa.
– Y sabes si alguien la citó para verse a la salida- Hizo otra pregunta angustiado
– No señor, según su agenda no tenía citas programadas para hoy.
– Recibió... Y disculpas tantas preguntas... ¿Recibió alguna llamada extraña? es muy importante que recuerdes-
– No señor, que recuerde no la llamaron hoy al bufete-
– Gracias por tu ayuda, buenas noches- Colgó con el corazón en la mano, sabía que algo andaba muy mal.
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Eternamente tuya
RomanceCuando el tiempo ni la distancia pueden contra un sentimiento tan fuerte, que hasta la maldad termina inclinándose en una reverencia ante el... SE PROHÍBE TODA ADAPTACIÓN O COPIA DE ESTA OBRA. REGISTRADA EN SAFE CREATIVE. asegurada bajo At...