La ira de Kenia

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NOTA DE AUTORA:

ANTES DE QUE ME MATEN, QUIERO DECIRLES QUE ESTOY FELIZ,  LUEGO DE CASI TRES MESES BUSCANDO EMPLEO LO ENCONTRE, POR ESO MI ATRASO EN PUBLICAR...Y ESTOY TRISTE PORQUE NO PODRE SUBIR CAPÍTULOS TAN SEGUIDO COMO QUISIERA, PERO PROMETO QUE APENAS ME AJUSTE A MI HORARIO NO TARDARME MAS DE TRES DÍAS EN PUBLICAR... POR FAVOR NO ABANDONEN LA LECTURA EN EL PROCESO Y SIN MAS QUE DECIR AQUÍ TE DEJO EL ESPERADO CAPITULO.... MUCHAS GRACIAS!

Kaled desesperado vuelve al burdel al día siguiente con una cita programada con la chica morena enamorada de Alex y con quien había hablado minutos antes que los guardias de seguridad lo abordaran, tenía la esperanza que ella le diera una pista de cómo conseguirme.

Ella lo esperaba recargada en la puerta de su habitación, las chicas del burdel no sabe que cliente pago por ellas hasta que lo tienen en frente, el deslumbramiento al mirar a Kaled fue de seducción, sus gestos sus poses sugestivas, todo denotaba en despertar un interés en él. No esperó verlo llegar hasta ella, y soltando una sonrisa de trepadora dijo.

— Que agradable sorpresa ¿vienes a probar que soy mejor en la cama que tu esposa? —

—No juegues con eso por favor, es un gusto verte ¿podemos pasar a la habitación? — ella paso delante de él pero mirando hacia atrás, observando con detenimiento su cara de preocupación, Kaled ajeno de los movimientos provocadores de ella con su pequeña tanga que dejaba muy poco a la imaginación, ella se adelanta y pregunta.

—Por tu cara puedo entender que no pagaste por compañía, ¿o me equivoco cariño?— Kaled de pie frente a ella no dejaba de mirarla fijamente a los ojos, trataba de concentrarse y hacer la pregunta correcta.

En un momento de frustración dejó escapar un suspiro profundo y arrastro sus dedos por su cabello — ¿Cómo te llamas? — ella lo mira cruzando sus brazos y no cierra la bata transparente que lleva puesta dejando ver su torneado y bien proporcionado cuerpo, tal vez dejándole en claro que estaba mejor que yo y no tenía nada que envidiarme. Cosa que no era cierta, pues la rabia la carcomía de saber que era yo, la mujer de Alex y no de ella. (Todos en el burdel pensaban que era su mujer)

—Kenia—

—Iré directo al grano Kenia— dijo visiblemente alterado

Los ojos de ellas se centraron en el rostro de Kaled —Ok. Pregunta lo que quieras—

— ¿Qué relación hay entre mi esposa y Alexander Baker?—

Ella mueve sus ojos arrastrando la mirada por el aire sin un punto fijo, tratando de ordenar sus ideas, tenía toda la intensión de desprestigiarme ante los ojos de Kaled.

—Esa chica es de lo peor, se le metió por los ojos a mi hombre hasta volverlo loco— hablaba la mujer perversa y despiadada

— ¿Disculpa? — la interrumpe Kaled dudando de sus palabras, asombrado continúa.

— ¿Estamos hablando de la misma persona? —

—Si cariño, de tu esposa Sofía Carpenter ¿No?—

Ella lo toma por el rostro y su mano la desliza acariciando desde su frente hasta su mejilla —Siento mucho ser yo la portadora de estas noticias tan feas, y créeme me sorprende que un hombre tan hermoso como tú no la haya sustituido— Su mano seguía bajando por cuello hasta posicionarse sobre su pecho, acomodando la solapa de tu traje negro.

Kaled perdía la paciencia, toma su mano por la muñeca, separándola de su cuerpo con brusquedad —Necesito que no desvíes el sentido de la conversación y me respondas con la verdad—

Eternamente tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora