No soporto como la miras

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Habían pasado casi cinco días desde que Kaled salió de Hong Kong, Nahila al ver que no podía comunicarse con Kaled, alarmada llama a la Sra. Amira quien preocupada resuelve viajar a buscar a su hijo hasta debajo de las piedras, ella solo sabía que Kaled había dado con el paradero de Alejandra e iría por ella.

Pero de allí perdió todo contacto con él, su hija no hacía más que preguntar por él, estaban muy nerviosas las dos.

Durante todo ese tiempo Nahila hacia intentos por mantenerse calmada para no exaltar a Kala que de por si estaba hecha un manojo de nervios al ver que los días pasaban y no se sabía nada de él, y conforme iban pasando se desesperaba cada vez más.

                                                                 ***

El buen samaritano que auxilio a Alejandra subió a la montaña por petición de Kaled aquélla mañana para avisarle a Alex y a Kenia que Alejandra había aparecido y estaba mal herida y Kaled la llevaba al hospital por su condición de salud tan delicada. Pronto Alex y Kenia se ponen en camino hacia la civilización con el buen hombre que ofrecería un refugio para Kenia mientras dejaban de buscarla, y Alex no dudaba ni por instante de salir a buscar a Alejandra.

Había caído la noche tras unas horas de penas y calamidades llegaban al hospital, allí lograron estabilizarla pero había que trasladarla a Hong Kong, su vida estaba en peligro, debía ser operada de emergencia y el hospital no contaba ni con quirófano ni el personal calificado para atenderla. Con la ayuda de un médico contacto un helicóptero para hacer el traslado rápidamente.

Fueron unas horas muy traumáticas para Kaled que luego de casi cuatro horas que duró la operación fue que tuvo noticias de Alejandra.

Después de la operación ella se recuperaba satisfactoriamente, aunque la mantenían sedada mientras se restablecía.

Alex luego de casi dos días llega a Hong Kong buscando por varias clínicas de la ciudad da con la clínica donde está recluida Alejandra.

En recepción pregunta por ella sin percatarse que Kaled estaba muy cerca.

—Por favor aquí se encuentra Alejandra...—

—Señor tiene que decir el apellido— le pide amablemente la recepcionista a Alex, lo piensa por unos minutos y luego responde

—Alejandra Miller— Kaled alcanza a oírlo y lo mira sorprendido y camina hacia él

¿Qué haces aquí? — Alex se sorprende también al verlo y le responde.

—Avisaste que Alejandra estaba mal herida y quise...— Kaled intempestivamente y visiblemente molesto lo interrumpe.

—Sí, pero era para que no la siguieran buscando, no para que te aparecieras aquí— le dice reclamándole su atrevimiento.

Y Alex le pide casi suplicando —Solo quiero pedirte que me dejes estar cerca de ella— kaled frunce el ceño ante la petición de Alex y se niega rotundamente.

—No, no, ¡claro que no!— levanta sus antebrazos al mismo tiempo con sus palmas abiertas hacia arriba, como pidiendo explicaciones. Pero no soporta la presencia de él cerca de Alejandra y le confiesa

—No puedo soportar como la miras, como crees que permitiré que te le acerques siquiera— le dice con propiedad

Y Alex vuelve a suplicar —Alejandra es mi vida, me muero si no estoy cerca de ella—

Kaled se le va encima pero antes de tocarlo recuerda donde están y entonces le exige colocando su dedo índice muy de cerca de su rostro y de forma amenazante —No vuelvas a repetir eso— hace una pausa mirándolo como si estuviera desquiciado y le dice

— ¿Que pasa contigo? Alejandra es mi esposa— dice visiblemente celoso.

Pero Alex le responde desafiándolo —No me iré de aquí hasta saber que ella está bien—

—Ella es mi mujer tu ni siquiera debiste haber venido—

—Pero ya estoy aquí y no me iré—

— ¿Que eres? — Hace una pausa mirándolo fijamente y apuñando las manos y prosigue.

Acaso eres mi peor pesadilla, estás retando a tu buena suerte— de pronto son interrumpidos por el doctor que está atendiendo a Alejandra para decirle que ella despertó y quiere verlo.

Él se retira de encima de él agitándole el dedo en el pecho y sale de allí rápidamente, fijándole los ojos a Alex con una expresión de amenaza.

Llega a hasta su cama, ella despierta adolorida y él se le acerca con una sonrisa en los labios.

—Alejandra mi amor— dice tomándole la mano y ella lo sorprende con lo que le pide.

—He tenido un sueño con Kala, soñe que la ví llorando, y me desesperé, tráela hasta aquí por favor—

—Así lo haré mi amor, por ahora por favor descansa— y ella vuelve a sorprenderlo con la siguiente pregunta

— ¿Dónde está Alex y Kenia? —

—Están bien mi amor, pero no te agites, trata de descansar, mira que estoy muy preocupado por ti— y la besa en la frente y ella sonríe ante su contacto, él prefiere no decirle que Alex esta cerca. pero no contaba con que se aparecería en la habitacion.

— ¡Alejandra!— escucha que la llaman justo de tras de Kaled ella no logra verlo hasta que Kaled se aparta quedando frente a él mirándolo con cara de pocos amigos.

Alex lo ignora y avanza hacia ella tomándola de la mano y acercándose a besarla, Kaled respira con fuerza dejándole bien claro su molestia, pero él estaba en otro plano , mirándola con tanto amor que se le desbordaba en sus ojos, tanto que ella se conmovió al verlo con aquella sublime expresión en el rostro, Kaled ardía de los celos deseaba arrancarlo del lado de ella; pero opto por respirar, tomando una gran bocanada de aire y salir de allí antes de que no pudiera controlarse y hacer una escena que empeorara el estado de Alejandra.

Kaled estuvo fuera casi por cinco minutos y tras no aguantar más y tratando de controlarse, entró nuevamente a la habitación, apartándolo del lado de ella.

—Por favor, Alejandra necesita descansar— y le quita la mano que sujetaba la mano de ella y lo abraza rodeándolo por los hombros obligando a salir, a lo que Alex se gira y vuelve a la cama para besarla y despedirse de ella. Y sale por sus propios pies, sin dejar que Kaled vuelva a ponerle las manos encima.

Ella lo mira haciendo un ademan de negación con la cabeza, cuando lo nota rojo de los celos. Mientras le dice ya sin importarle esconder sus celos ante la cercanía de Alex.

—No me digas nada, no superaré esto nunca, no puedo ver la forma en que te mira, esto me supera, es más fuerte que yo—

—Ven aquí amor— y ella abre los brazos invitándolo para abrazarlo y el accede con una gran sonrisa en los labios.

—Ven aquí amor— y ella abre los brazos invitándolo para abrazarlo y el accede con una gran sonrisa en los labios

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