¿Nos vamos a Hawai?

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Aquella noche, en medio de su frustración y su poca cordura, Kenia se dirige hacia el apartamento de Alex, piensa que Alejandra ha propiciado esta situación entre Robert y ella, y que juega con el amor de Kaled y de mismo Alex... por suerte Alex no presta atención a su desvarío, producto de sus celos incontrolables, y le pide que se aleje de Robert si no quiere salir lastimada, y le comenta de la obsesión de Robert por mi...

Alex logra calmarla un poco, pero ella obviamente ya había caído en sus redes y no creyó que Robert fuera el obsesionado, sino que yo me le había metido por los ojos como piensa que también paso con Alex...

Esa misma noche Kaled y Alejandra conversan plácidamente ignorando todo lo que estaba pasando...

Después que Kala se durmió preparé café para Kaled y para mí, platicábamos gratamente, sentados en el sofá y me senté en el regazo de él, mientras se enfriaba mi café en la mesita contigua, Kaled acariciaba mis piernas cruzadas en el cortito baby doll, yo acariciaba su rostro y  toco su labio inferior con mi pulgar y al instante siguiente cierra los ojos y dentro de él se desata una gran necesidad de besarme, pero el sonido de su celular desde la otra habitación con una llamada en curso, lo distrae aunque se resiste a contestar para no despegarme de su abrazo. Finalmente se excusa, prometiendo regresar en un momento; se levanta elevándome en sus brazos para después bajarme  y salio de la habitacion dejandome sola, lo observo marcharse y repentinamente un mal presentimiento se acomoda en mi estómago, no me gusta esta sensación y unos minutos después suena mi teléfono celular.

Contesto y Kenia en la línea suelta una serie de groserías e improperios en mi contra... por las frases que dice, deduzco que se trata de Robert y le pido que se calme y que hablaremos del asunto mañana en la oficina al tiempo que le cuelgo... me preocupa y me asusta pensar que Kaled se enteré de todo por lo que me he esforzado por ocultarle...

Kaled no tardas mucho y cuando lo veo entrar, su sonrisa llena de luz toda la estancia y un calor suave sube por mi espalda al abrazarme. Me susurra al oído que tiene una sorpresa para mí, mis ojos brillan al oírlo y lo miro sin poder decir una palabra. Me toma de la mano y tira de mí para que lo siga, y antes de llegar a la habitación tapas mis ojos con su mano y me toma por la cintura para guiarme. Siento que nos paramos al frente a la cama, me toma la mano sin dejar que abra los ojos y coloca algo en ella y saca su mano despojando mis ojos, cuando fijo la mirada era un folleto de un Resort en la isla de Honolulu, Hawái. Con cuatro pasajes aéreos extendidos en el borde la cama frente a mi...Y emocionado me dice — todo está listo nos vamos una semana a Hawái a celebrar el cumpleaños de Kala y nuestro aniversario— Feliz por la sorpresa de mirar en el folleto el resort donde nos hospedaríamos, porque Kala anteriormente había escogido el destino e intrigada pregunté para quien era el cuarto pasaje.

Esa misma semana del cumpleaños de Kala coincidía con el día que nos conocimos y que él siempre festejaba y ese cuarto pasaje era para Anastasia la niñera de Kala, ella la cuidaría cuando no estuviéramos presentes. Mi rostro refleja felicidad como siempre él pensando en todo...

Observo lo hermoso del resort en el folleto y entonces sin darme cuenta él pasa por detrás de mí y pone su mano nuevamente sobre mis ojos, mientras dice a mi oído — tengo otra sorpresa para ti— y me hace avanzar hacia otra habitación del apartamento, creo que es el vetier y me avisa para que los abra, con un movimiento muy suave sus manos me dejan al descubierto
No puedo creerlo, es un hermoso vestido negro de mucha pedrería colgado en uno de los percheros, y me dice al tiempo que baja dos cajas enorme de la parte de arriba del armario — Es para celebrar nuestro aniversario en la playa— y coloca las cajas sobre la poltrona antigua que decora el vestier y me pide visiblemente emocionado — ábrelos— maravillada abro la primera caja y observo y me deja sin aliento, dos sombrero de ala ancha estilo Frau Hut im Freien, son preciosos, uno negro y otro en beige, más abajo consigo cinco finísimos bañadores de dos piezas, tres de animal print, uno de estampado de cebra blanco y negro, otro atigrado, y otro de lunares de varios tonos de Roberto Cavalli y los ojos se me abren como platos con dos de Poisson D'Amour en tela metalizada rosada y el otro en negro, son hermosos y el rosado es un sueño, lo abrazo emocionada y le susurró al oído "me encantan" y él feliz me pide que siga —te falta algo más de esa caja— y al volver a la caja había unos conjuntos playeros, vestidos de flores y unicolor, pareos para combinar con los bañadores y dos pares de sandalias de K. Jacques unas en negro y otras en beige, al no poder resistirme más, y con las sandalias en cada mano lo abrazo y lo beso repetidamente, y me vuelve a hablarme — te falta la otra caja— paseo mi nariz por su rostro y lo beso apasionadamente , y me toma por la cintura y me eleva, entonces nos besamos en los labios con más intensidad y luego me habla encima de mi boca — abre mi amor, la otra caja— mientras me baja y me muevo hacia la caja que me falta, allí consigo dos finísimos trajes de lencería y par de tacones negros y una caja en terciopelo blanco de la tienda TIFFANY. Eran una gargantilla que hacia juego con los pendientes y la pulsera y me pide con cierta picardía — ¿puedes medírtelos? — y me arrastra contra su pecho, y pregunto entortándole los ojos y en un tono divertido — ¿Quieres jugar? — Y él me susurra al oído — Siii— y levanto las dos prendas y le pregunto— ¿Cuál quieres que me pruebe primero?— y con deseos de besarme se acerca rosando mis labios y hablándome encima me susurra — sorpréndeme— se fue a la cama en nuestra habitación mientras yo me arreglaba en el vestier.

Eternamente tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora