– Es increíble. – Dijo sentado en la silla de la inmensa sala de la estación de policia, y secándose las lágrimas que salían una tras otra sin poder detenerlas.
–Ahora mismo me pondré en contacto con la Interpol – Dijo el comisario para poner un poco de esperanza sobre su espalda al verlo tan afligido.
–Gracias, también me moveré por mis medios, tengo que encontrarla – Otra lagrima abandonaba su ojo y se escurría por su mejilla, arrancándola de un zarpazo de su rostro. Kaled estaba decidido a no cruzarse de brazos.
Junto con sus tres detectives privados decidía partir a Hong Kong, a pesar de las advertencias del comisario que le insistía
–Hong Kong es muy grande será como buscar una aguja en un pajar, sin contar que es una de las ciudades con más organizaciones de trafico de tratas, muy peligrosas –
Nada detendrá a Kaled en su intento por encontrarme, después de escuchar mi voz, ya tenía la plena seguridad que daría con mi paradero. La búsqueda del señor Collins se había paralizado tras mi desaparición, cosa que convenía a la Sra. Amira quien furiosa trato de comunicarse con mis captores sin tener éxito. Las ordenes era eliminarme y que no hubiese rastro de mí. Estuvo a punto de un colapso nervioso al saberme viva, después de escuchar a Kaled gritar mi nombre.
Pronto empezó los preparativos de su viaje sin fecha de regreso. Necesitaba preparar a Kala para la separación que sufriría, fue difícil para ambos, Kala vivía con él y su relación era muy estrecha, estaba cerca de cumplir sus seis años y para ella había sido traumática mi ausencia, ambos asistían a terapia. Sabrina seguía cuidándola por las tardes, mientras Kaled no estaba en casa, se quedaron a vivir en el apartamento que él había alquilado y cerraron el apartamento frente al rio Hudson. Para esto la ayudara a despegarse un poco de mi recuerdo, que tanto daño le hacía. Nabiha se había convertido en una madre para Kala, salían juntas muy a menudo cosa que Kaled agradecía; aunque en el fondo las intenciones de ella era ganarse el corazón de él, se había enamorado ¿y quién no? Si Kaled era maravillosos en toda la extensión de la palabra. Ella había buscado las mil y una forma de llevarlo a sus brazos y a la cama otra vez, pero Kaled sentía remordimientos cada vez que ella se le acercaba en ese plan, pues sentía que me traicionaba, sin embargo por el bien que le hacía a Kala le permitía estar cerca de ellos, además que la Sra. Amira también la alentaba a luchar por él.
Kala enfrentaba otro gran miedo perder a su padre, y sufrir otro abandono, la niña estuvo expuesta a una presión a tal grado que ni las terapias ni los tratamientos para la ansiedad lograban tranquilizarla y en un intento por llamar la atención de Kaled e impedir que viajara escapó del colegio poco antes de su hora de salida.
Tras pedir permiso a la maestra para ir al baño y en un momento que hubo un descuido de parte del celador, la niña se escabullo sin que nadie lo notase, hasta la hora de formarlas para llevarlas hacia el área donde esperarían el trasporte escolar.
La maestra comunicó a la directora la desaparición de Kala después de buscarla por todo el colegio sin éxito. Pasada la una de la tarde Kaled recibía la mala noticia de parte de la directora del colegio.
Mi pobre Kaled corrió como loco hacia el colegio, donde se entrevistó con la directora y la maestra, esta última vuelta un manojo de nervios contó lo que ocurrió esa mañana.
–La niña estuvo más triste de lo común este día, y cuando le dije que lo llamaría se puso a llorar diciendo que usted no tenía tiempo para ella y que además estaba ocupado buscando a su madre, que ya se sentía mejor y me pidió permiso para ir al baño para lavarse la cara, y de allí no regreso–
–Disculpe señor Abad, fue un descuido del celador por no estar pendiente de la puerta, será despedido de inmediato– dijo la directora visiblemente afectada.
Kaled llamaba desesperado a los detectives para que ayudaran con la busca cerca del colegio y se dirigió hacia la policía y pidió un taxi no se sentía en condiciones de manejar dejando su camioneta aparcada frente al colegio, llevaba el alma en vilo pensando que su adorada hija estaría sola perdida en algún lugar de New York, se culpaba por su obsesión por encontrarme, y de alguna forma y sin darse cuenta había descuidado a su adorado tesoro. Sin dejar de revisar cada rincón en el trayecto para ver si lograba verla pedía a Dios ella estuviera bien.
Para Kala, lo que sería un llamado de atención para Kaled, se volvió algo más serio al ver que se había perdido, pasaban las horas y buscaba el camino de regreso sin encontrarlo, angustiada al borde de la desesperación se echa a llorar en una banca de un parque varias cuadras lejos del colegio, con las manos en su carita no se había fijado que otro niño que parecía de la calle se le acerca con curiosidad al verla tan afligida; estaba sucio y mal vestido y sus zapatos rotos, era como un año más que ella.
–¿Estas perdida? – preguntó mirándola con lastima.
–No– dijo levantándose en el acto secando sus lágrimas, el niño la había asustado
–Si no estás perdida ¿Porque lloras? – Kala lo miraba con sus hermosos ojos azules muy abiertos.
–No estoy llorando– dijo pasando su mano por su mejilla húmeda.
–Vete pronto a tu casa; va a oscurecer y hay peligro por aquí– y se dio la vuelta alejándose de ella.
–Espera...– dijo dando unos pasos hacia él. –Salí de mi colegio y no sé cómo volver– el niño le sonríe amistoso y le preguntó cómo se llamaba el colegio, estaba dispuesto a llevarla pero a esa hora nadie quedaba en el colegio, por lo que el niño le propone que pase la noche con él, que aunque no es un lugar bonito a donde el vivía, por lo menos no pasaría la noche en la peligrosa calle. Y los niños salieron de allí apartándose de la vista de las personas que la buscaban para internarse en unas horribles alcantarillas bajo la ciudad, que era el lugar donde vivían varios niños abandonados relativamente de la misma edad.
Pobre Kaled cuanto esta sufriendo, para ahora Kala este perdida. Por favor apuntale a la estrellita gracias y mantente enganchada...
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Eternamente tuya
RomanceCuando el tiempo ni la distancia pueden contra un sentimiento tan fuerte, que hasta la maldad termina inclinándose en una reverencia ante el... SE PROHÍBE TODA ADAPTACIÓN O COPIA DE ESTA OBRA. REGISTRADA EN SAFE CREATIVE. asegurada bajo At...