Incondicional

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Suena el celular que Kaled compro para despistar a la Sra. Amira. Me apresuró a estacionar estoy de vuelta al apartamento con Kala después de nuestra jornada del día, tuve que llevarla conmigo al trabajo después de retirarla del colegio porque la chica que me la cuidaba en las tardes estaba enferma, mi corazón saltaba cada vez que recibía una llamada por ese teléfono, significaban noticias de Kaled o algún plan para vernos, la tarde cede su paso a la noche, mientras se desarrolla nuestra conversación.

-Hola mi amor- escucho a Kaled del otro lado de la línea, parezco una chiquilla, siento mis mejillas calentarse y esa alegría reflejada en mi estómago, me hicieron recordar las maripositas. Es ridículo sentir todo esto, después de todo este tiempo, pero sí, eso sentía, o eso me hacía sentir él, mi eterno novio, mi eterno enamorado.

-Te extraño- Me dijo. Nos habíamos visto el fin de semana pasado y apenas era martes de la semana que corría, pero así de dulce era él.

-Yo también mi vid... Y muchísimo más que tú...- Me limite a decirle, Kala me miraba curiosa con sus enormes y curiosos ojos azules. No quería que se diera cuenta que hablaba con su papi, me sentía mal por tener que fingir frente a ella, pero estaba muy pequeña para comprender lo que sucedía.

-El investigador privado me llamó para decirme que hay noticias pensé que quería que nos reuniéramos los tres, quería saber que día tienes disponible para hacerlo y donde- era apremiante saber lo que tenía que decir, así que pensé que lo hiciéramos en casa de mi madre me saldría más tempano del trabajo, para no tener que llevar a kala conmigo y a una hora que mis padres no estuvieran en el apartamento, yo tenía llaves para entrar.

-Nos veremos mañana en el apartamento de mi madre a la una de la tarde, allí no levantaremos sospechas- le dije

-Y si nos vemos tú y yo antes, llevo comida china y me dedicas un rato- lo escuchaba reír con picardía, me encantaba cuando bromeaba con eso.

-Si me gusta la idea, nos vemos entonces a las once de la mañana y citamos a las dos de la tarde al investigador privado. ¿Te parece?

-Sí, estaré ansioso, por besarte mucho, mucho hasta cansarme y consentirte y complacerte en lo que me pidas, mi amor- Sus palabras siempre me estremecían, la forma en que me hablaba siempre cargadas de ternura, él era especial para hacerme suspirar.

-Si quiero todo eso, ¿Sabe cuánto lo quiero señor...? lo esperaré también ansiosa... Que pases buena noche mi amor- Colgué olvidándome por completo que Kala escuchaba mi conversación.

-¿Era mi papi mami? Me dolía mentirle pero no podía involucrarla.

-No. Mi cielo bello, hablaba con tu abuelito.

No, mami esé era mi papá... Tú no le dices mi amor a mi abuelo- mis ojos se abrieron como platos junto con una enorme sonrisa, me sentía descubierta por mi chiquilla que nos conocía más que a nadie, las cosas que me hace el amor, que pierdo la cabeza por completo.

-¿En serio le dije, mi amor? debí haberme equivocado- Tocaba su estómago haciéndole cosquillas para que olvidará el tema y resultó.

Estaba feliz, mañana sabría algo sobre señor Collins y veré a mi adorado tormento.

Esa noche escogía el traje que quería lucir al día siguiente, quería verme hermosa para él, un vestido tipo coctel que no me había visto fue el que elegí, no acostumbraba a llevar vestidos al trabajo; vestía mas tipo trajes sastre, pero quería verme diferente, quería deslumbrarlo.

*

Desperté con una sonrisa en mi rostro, me arreglaba, me esmeré para verme radiante, me coloque la gargantilla que me había regalado Kaled con la letra A, y que tanto significaba para mí, deseaba que se llegaran la hora pronto para verlo, me aseguré que la chica que me cuida a Kala estuviera bien para atendérmela en la tarde después que el transporte la dejara en el apartamento.

La mañana pasó velozmente, ya era hora de irme al apartamento de mi madre, apenas subía al coche le envié un mensaje en clave como Kaled me pidió que lo hiciera.

-Voy saliendo a la reunión-

-Perfecto- Respondió él

Estaba nerviosa arreglaba mi cabello frente al espejo retrovisor, y sin perder tiempo me fui de allí.

Para cuando llegue al apartamento no habían pasado ni diez minutos cuando Kaled timbro la puerta, corrí arreglándome el vestido y cepillando mi cabello con mis dedos, lo vi sonreír por el ojo mágico de la puerta, apenas abrí la puerta me abalance sobre él estaba feliz de verlo, estaba hermoso con su traje negro, traía unas bolsas con la comida y con una botella de vino tinto. Coloco las bolsas en la mesa y se volteo mirándome de abajo a arriba

-Que hermosa eres- Y rodeándome por la cintura me atrajo con suavidad hacia su cuerpo, miraba fijamente la gargantilla en mi cuello.

-Cuantos recuerdo me trae esta gargantilla, fue lo primero que te regalé y que no querías aceptar, rompiste mi corazón sabes- Antes de dejarme responderle se inclinó a besarme con suavidad. Tomaba sus cabellos entre mis dedos y lo acariciaba dulcemente, sus labios suaves me besaban con ternura y sus manos inquietas bajaban el cierre de mi vestido.

Me susurraba entre besos cuanto me amaba y me deseaba me tomó en su brazos y me llevo a mi habitación, sacó mi vestido, recostándome sobre la cama despacio y sin prisa me exploraba con sus labios y sus manos me acariciaban volviéndome cada vez más adicta a él.

Nos quedamos en la cama abrazados me decía lo mucho que nos extrañaba a kala y a mí, de cómo extrañaba dormir abrazado a mi cintura y amanecer con un dulce beso mío.

Yo también deseaba lo mismo pero no podíamos estar juntos todavía, no podía volver con él sin antes saber quién estaba detrás de la trampa que me tendieron, sabía que estaba muy cerca de descubrirlo y no quería perder la oportunidad de desenmascarar a la Sra. Amira frente a Kaled, era cuestión de tiempo, de esperar un poco.

Entre risas y besos nos duchamos para luego salir al comedor para almorzar, contábamos con el tiempo exacto para esperar al investigador privado. Estaba ansiosa por saber que había podido descubrir del caso.

No quería que Kaled sufriera pero era necesario que supiera quien realmente era su madre y de lo que era capaz de hacer, no podía evitarle todo lo que vendría después pero aquí estaría junto a él para consolarlo y ser su hombro y su apoyo incondicional.

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