Se queda mirándome unos segundos y luego continua con lo que estaba haciendo. Me encorvo ligeramente y trato de que mis gemidos no se escuchen tan fuertes.
—Harry—se escucha tras la puerta.— ¿Qué carajos quiere ahora? —se levanta y acomoda su cabello lo más rápido que puede.
Me incorporo en la cama y me quito los cabellos del rostro. Estábamos ambos mojados, y la cama era cómplice de todo esto.
Al este abrir la puerta hace que su madre pase, la cual me observa y luego sonríe al ver que Harry está calmado.— ¿Qué quieres?—pregunta por fin él.
—Vine a decirte que tu padre quiere hablar contigo. Te está esperando en el salón—le tiende algo a las manos y luego se gira para salir de la habitación. Harry lo toma y lo lanza a un rincón.
—Mierda—masculla. Se gira para tomarse de la cara y luego me mira—. Vete.
Me quedo en silencio sin poder decir nada.— ¡Que te vayas!—lanza un grito, completamente hastiado.
Reacciono luego de unos segundos y me levanto de la cama para salir.
Esos cambios inesperados de estado de Harry eran muy...irritantes.
Saco ropa seca y la dejo colocada sobre la cama, mientras camino hasta el tocador para ir llenando la tina con agua. Me coloco la toalla alrededor del cuerpo y salgo, escuchando por el camino el sonido de una bofetada.
— Tu comportamiento es inaceptable, ¡es una completa deshonra para el apellido Holt!—escucho que alguien grita a pesar que la puerta está cerrada.— ¡Pues solo digo lo que veo!—responde al mismo tono, o tal vez un poco más alto, del que le reprendió su padre.
—Vete a tu habitación.
Al escuchar eso entro rápidamente al tocador y cierro la puerta, pidiendo para que no se haya escuchado el ruido que hice al cerrar la puerta.
A la mañana siguiente doy un tiro de la cama al ver la hora en la que me he despertado. Solo tengo unos minutos para ponerme ropa y acomodar mi cabello. No tengo ni tiempo para poder darme una ducha.
Y mi cuerpo no quiere cooperar en nada.
Me duele hasta el más minúsculo lugar en mi cuerpo, pero lo suficiente como para salir a caminar.—BUENOS DÍAS—digo un poco alto al encontrarme en la cocina. Puedo divisar también a Harry con la mirada, y por lo que veo también se ha despertado hace unos minutos. Un poco antes que yo, tal vez.
—Se te hizo muy tarde—me susurra Kaire, quien me pregunta que es lo que quiero de desayunar.
—Tuve un día muy duro ayer—canturreo y lanzo la mirada a Harry, el cual, al devolverme la mirada, con la cuchara de cereal en la boca, se atora y tose un par de veces.— ¿Tienes planeado algo para hoy?—me pregunta Kaire, quien le tiende los cereales y ve como los sacudo sobre mi tazón de leche.
—Saldré con Jamie por la tarde—sonrío y siento como si Harry lanza un pequeño gruñido que lo disimula con un carraspeo de garganta.
—Es muy lindo.
—Sí.
Harry rueda los ojos y se levanta de la alacena, arrastrando el taburete con brusquedad mientras camina hacía el grifo.
—Si quieres hablar de mierdas para niñas podrías tener el respeto de hacerlo en tu recámara, no donde tu jefe esté presente. Pero mira, que puedo esperar de una señorita como tú—bufa, apartando la mirada de Kaire y deja el tazón casi lleno bajo el hilo de agua. Muevo mi cuerpo para poder encararlo pero Kaire me toma de la mano y me sujeta fuertemente.
Al este salir, digo:
—Es totalmente irritable.
—Pero es mi jefe, y no puedo decir nada. He lidiado con él desde hace un año y...es así con todos. Gracias por no decir nada, ya sabes que si suelto algo y me defiendes pueden quitarme el trabajo y...no estoy para darme esos lujos.
Trago saliva y asiento, terminando de comer todo el cereal que estaba en mi tazón.
Demoro unos laaaaargos minutos en darme cuenta que es sábado y, por lo tanto, no tengo clases el día de hoy.
Al salir de la cocina me choco con una escena un tanto incómoda para mí, aunque sé que para los demás es la escena más normal del mundo.
Pero cabe mencionar que yo no soy como los demás.
Harry está junto a una chica, y ambos comparten risas y carcajadas también.
Estos al notar mi presencia, no dejan de sonreír y se quedan mirándome.
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Lovesick
Teen FictionNo pensaba que habría relación alguna entre el dolor y el amor, ni que fuera complemento para la felicidad y mucho menos para poder amar a alguien tanto. ¿Es esto en verdad lo que esperaba de él? ¿Podré soportar no tenerlo junto a mí?