—Prefiero dormir en mi pieza, se ve un poco más cómoda—me encojo de hombros, sintiéndome completamente alagada por si deseo de que duerma esta noche con él.
Aunque sé perfectamente que lo que él busca es algo más que solo sea su acompañante de oscuridad por una noche.—Que duermas en mi cama—exigía, prepotente y dominante, como si fuera una chica que no quiere obedecer a lo que sus antojos diarios le aclaman fogosamente.
—No pienso dormir en tu habitación. Buenas noches—entro a mi habitación con un paso rápido, ya que Harry estaba solo a unos pasos de distancia—. Autocontrol—susurro, dejando resbalar mi cuerpo al mismo tiempo que escucho sus pasos alejándose de mi puerta.
Me quito el maquillaje junto al vestido, tomando una percha para colgarlo en el armario. Quisiera poder conservar para toda la vida este vestido, y usarlo en todo momento porque, a pesar de ser extremadamente hermoso, me lo ha regalado alguien que no acostumbra ser amable conmigo.
Acomodo las sabanas y me acurro entre ellas, deseando que el sueño llegue rápidamente y que pueda dormir sin tener que escuchar cualquier cosa en las afueras de mi ventana.
El ruido de la rama del árbol me jodía el sueño, tanto que tendía a despertar a mitad de la madrugada.
Y pasó.Tengo la mala costumbre de levantarte a media noche e ir por un vaso de agua, pero esta vez fue provocado por la maldita rama que volvió a golpear en mi ventana. No soy sonámbula, solo que en España acostumbrabas hacer eso como un hábito.
Bajo con sigilo, tratando de no hacer ruido ni despertar a alguien. Entro a la cocina y busco la jarra de agua entre la oscuridad. Me sirvo un vaso y decido solo limpiar la boquilla para no tener que abrir el grifo y dejar evidencias que alguien ha usado esto.
Camino por la sala sintiéndome atraída por el reflejo que la luna provoca entre los vidrios del ventanal que da al jardín. Me acerco y coloco mis manos sobre el vidrio, notando que alguien está sentando en el césped mientras tiene la cabeza agachada y los brazos rodeados en sus rodillas.
Era Harry.— ¿No deberías estar durmiendo? —susurro al mismo tiempo que trato de acercarme a él.
Él tomo su ojo izquierdo y lo frota bruscamente. Se levanta y, sin mirarme, camina en dirección contraria a la mía.
—Harry—tomo su brazo, obedeciendo a mí impulso de sujetarlo y no dejar que se vaya sin que me diga lo que ha pasado.
Se voltea a mí y me mira. ¿Estaba llorando? Sí, estaba llorando. Y no por un corto tiempo. Sus ojos estaban rojos y las bolsas debajo de estos estaban hinchadas, como si fuera la mezcla de falta de sueño y llanto desconsolado.¿Cómo una persona tan fría como él podría llorar?
Todo el mundo llora, así sea la persona más fuerte del mundo.
— ¿Nadie te enseñó lo que es espacio personal?—zafa su brazo del mío y, por mis pensamientos, dejo que lo haga. Retrocede un poco y trata de no mirarme a los ojos.—No me enseñaron muchas cosas—me encojo de hombros con la mayor serenidad del mundo—. La verdad es que mi padre nunca pudo...—agacho la cabeza y dejo la oración en el aire.
Recordar a mi padre era algo completamente duro. No podía simplemente aceptar el hecho de él ya no esté conmigo, que nunca más vuelva a ver su sonrisa o que...nunca más vuelva a llamarme su niña.
Sin querer, termino por derramar una lágrima y sentir mis labios enrojecer.—Uno nunca puede mostrar su debilidad, porque si no la gente aprovecha de ello—musita con suavidad, tomando mi quijada para que lo vea y pare de sollozar. Puedo ver el reflejo de la luna en sus ojos; esa luz incandescente que se refleja el aquellos ojos de color verde, como si fueran dos gemas que se concentran en mis ojos.
—La vida es muy dura—susurro con la poca voz que me queda, ya que su mirada me provoca timidez— Un ejemplo claro es la luna; sola, desahuciada, sin nadie a quien amar. Pero siempre brilla—doy un ligero respingo al finalizar mis palabras, ya que siento su mano tomar la mía y entrelazarla con la de él.

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Lovesick
Teen FictionNo pensaba que habría relación alguna entre el dolor y el amor, ni que fuera complemento para la felicidad y mucho menos para poder amar a alguien tanto. ¿Es esto en verdad lo que esperaba de él? ¿Podré soportar no tenerlo junto a mí?