Narra Harry.
Tal vez tenga razón.
Tal vez.
Espero a que el sueño se apodere de mi cuerpo pero no puedo. Es difícil. Completamente complicado. Giro constantemente en mi cama, tratando de hallar un lugar en el cual sentirme cómodo. Pero las sombras que tengo a mi alrededor no me dejan hacerlo.
Me levanto de golpe y veo el reloj. Son las tres de la mañana. Qué normal es eso.
'Oye' —escucho que alguien me habla y sé que me estoy volviendo loco cuando no veo a nadie en la habitación.Tiro las sabanas y camino al tocador. Tal vez es porque estoy con muchas cosas en la cabeza, y no puedo concentrarme en una sola cosa. Lanzo agua a mi rostro y, al levantar la vista al espejo a ver mi reflejo, veo que algo pasa, detrás de mí, a una velocidad suficientemente rápida como para dudar si es real o no. Me giro y niego con la cabeza para ignorar lo ocurrido.
'¿Qué no reconoces mi voz, Haz?' —se ríe.Siento escalofríos en el cuerpo y caigo en la duda de si es ella o no.
—Odio los acertijos, y mucho más si son de alguien a la que no le rindo la menor importancia del mundo.'No te hagas el loco, que sabes perfectamente quien soy'
Era su risa, su voz y podía sentir su respiración cerca de mí cada vez que pronunciaba algo.— ¿Qué quieres?—pienso. Sus palabras solo estaban en mi mente, y nadie más podía oírlas.
Estaba loco.
'Vine a saludarte Haz, y a pedirte perdón una vez más'—Mi perdón solo podrás tenerlo cuando me muera.
'Puedo ayudarte con ello' —escucho que algo cae. Es mi móvil.
— ¡Mierda!—vocifero al asustarme por el ruido—. ¡Deja de joderme de una puta vez!—mascullo con fuerza, ya que no quiero que alguien escuche.
Todo se queda en silencio, y pienso que se ha marchado. Sus segundos permitidos en el Infierno los ha desperdiciado en mí. Como desperdició mi amor hacia ella.'Dulces sueños Haz'
Doy un respingo al sentir su respiración chocar en mi oreja y me las tapo con las manos, cerrando los ojos como un pequeño niño cuando escucha cuentos de terror.
Es inconcebible, pero siento como una tristeza me fatiga el cuerpo. Quiero llorar, tirarme al suelo y golpear mi cabeza contra la pared.
¿Cómo es que es puedo ser tan débil?
Me levanto y trato de calmar mis lágrimas, pero no puedo. Me siento impotente.
Abro la puerta y pienso en bajar, pero mi vista es atraída por la luz que refleja la luna en el final del pasillo. ¿Estará Alba despierta? Venga, obviamente no.
Camino y me paro frente a la habitación de Alba. Quiero llamar a la puerta pero tal vez esté dormida y la despierte. Pienso en abrir la puerta por mí mismo, pero puede que esté con el picaporte y que no haga ruido y, por ende, también la despierte. Apoyo mis manos y me dispongo a marcharme, cuando siento que la puerta se abre y veo a Alba observarme.
—Perdón yo...no quería despertarte—susurro. Quiero contener las lágrimas que, por el esfuerzo que hago de verla por la poca luz, salen con mucha más razón.Se queda callada y me abraza.
Siento su cuerpo contra el mío y también le abrazo. Necesito contener las ganas que tengo de llorar, pero con ella me es sumamente imposible: la recuerdo a ella cuando le veo a la cara.
Nos besamos unos segundos sin importar que el sonido de nuestros labios se escuche en el pasillo. Levanto su cuerpo y sigo besándola mientras desciendo mi boca hasta su cuello y deposito suaves y lentos besos en este. La recuesto en la cama y siento como sus manos comienzan a jugar conmigo. Le sigo con la mirada, tratando de contener las ganas que tengo de follármela aquí mismo. No quiero que nadie escuche un solo gemido de ella, porque eran sonidos solo para deleite de mis oídos. De nadie más.
Llega un momento en que las caricias no son suficientes para controlar lo que sabes que es incontrolable; así que cojo su cuerpo y me acomodo encima de ella para hacerla mía esta madrugada.
—Quiero ser el único que pueda saborear tu piel—susurro—. Porque me volvería loco si alguien más intenta hacerlo.
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Lovesick
Novela JuvenilNo pensaba que habría relación alguna entre el dolor y el amor, ni que fuera complemento para la felicidad y mucho menos para poder amar a alguien tanto. ¿Es esto en verdad lo que esperaba de él? ¿Podré soportar no tenerlo junto a mí?