2: Oscuridad

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Cierro la puerta de mi cuarto, oigo a mi madre gritar y me tapo los oídos. Me pongo a llorar sin hacer nada. ¿Dónde quedó mi valor de la otra vez?

Esto no puede seguir así.

―¡¡Ellie!! ―Escucho a mi padre llamarme y me sobresalto―. ¡¡Ven aquí!!

No quiero.

Me levanto, nerviosa, y camino hasta el living, que es dónde están.

―¿Sí? ―Bajo la vista, cuando visualizo a mi madre en el sillón, temblando.

Mi padre agarra un vestido y me lo tira en la cara.

―Cámbiate, nos tenemos que ir ―ordena.

―¿A dónde? ―pregunto confundida.

―¡¡Al casino!! ¡¡¿Todo tengo que explicar?!! ―exclama molesto.

Le echo una mirada a mi madre por un segundo, también lleva un vestido formal, un poco más cubierto que el mío, obviamente, para ocultar sus moretones. Se limpia las lágrimas y se sienta de manera correcta. Esto me parte el corazón.

Pero mi padre me da más miedo.

Voy a mi habitación y me cambio, apenas termino, nos vamos a toda velocidad. Llegamos al enorme casino con el nombre: El Conquistador. No sé por qué, pero siendo el dueño Jayce Markov y que lo llaman Depredador, creo que le queda bien.

Veo como se reúne con él, mientras nosotras nos quedamos en la sala de las mesas, agarro la mano de mi madre y la miro, preocupada.

―¿Te duele mucho?

―Estoy bien. ―Baja la vista.

Frunzo el ceño.

―Tengo tanta rabia, quisiera hacer algo.

―No hay nada que se pueda hacer, es peligroso ―dice con miedo.

Suspiro, triste.

―Lo sé, no puedo denunciarlo. ―Terminaría asesinándola, como venganza―. Deberíamos irnos.

―¿A dónde? ―exclama nerviosa―. Ellie, no hay a dónde ir.

―Para que no sufrieras, me iría a vivir hasta debajo de un caño.

Niega con la cabeza.

―Sea donde sea, incluso un lugar así, nos encontrará y no quiero que te lastime.

―¡Me lastima que te hiera a ti! ―Aumento mi voz.

―Silencio ―habla bajo―. Ahí viene. ―Mira a un costado.

Visualizo a mi padre venir con Jayce.

―Espero que estén disfrutando de la estancia ―acota el castaño, con esa sonrisa que empieza a irritarme.

Mi padre se ríe.

―Ha sido muy interesante nuestra conversación, pero sigo sin convencerte. ―Levanta las manos.

―Invertir en un show en mi casino y hacerlo más ilegal de lo que es, debo pensarlo, bástate bien ―hablan de la prostitución, es una aberración.

Terminan de conversar y el chico arrogante se retira, invitándonos a quedarnos un rato más. Lo miro mientras se va y entrecierro los ojos cuando se encuentra con una chica, para luego ver como la besa e irse con ella, ¿a quién sabe qué hacer? Mejor no saber.

Nos quedamos un momento, mi padre bebe de más y eso me preocupa, entonces cuando estamos por irnos, caminamos por los pasillos, pues...

¿Qué es lo que llamamos oscuridad?

Pues bien, es lo que se apodera de mi padre en el pasillo.

―¡¡Ese infeliz!! ―grita, molesto―. ¡¡Hijo de puta!! ¡¡Jayce Markov, me estafaste por puto!! ―Empieza a tirar cosas y romperlas, nosotras retrocedemos.

¿Lo estafó? ¿De qué habla? ¿No estaban conversando lo más bien hace un rato? No entiendo.

De repente, nos mira furioso, no está en sus cabales y entonces, golpea a mi madre como el loco que es.

―¡¡Es tu culpa, perra!!

―¡¡Déjala!! ―Me interpongo y me golpea a mí. Regresa a ella, entonces me vuelvo a oponer. No más, no quiero que la lastime más―. ¡¡Basta!!

―¡¡Ah!! ―grita mi madre y es estampada contra la pared por él, se golpea la cabeza, desmayándose.

Va a pegarle estando inconsciente, ¡está más loco que de costumbre!

―¡¡Basta, detente, maldito borracho!! ―le grito y me mira con furia.

Viene hacia mí.

Me zamarrea, me empuja y me choco contra un adorno roto, el cual él había destruido con anterioridad. Me ataca y no sé qué ocurre, me defiendo con el objeto. Es punzante, mi mano es lastimada y la sangre corre, pero no es la mía.

Entonces me doy cuenta, la oscuridad se ha apoderado de mí, ya no soy quien soy o quien creía.

Ellie Divine, ese es mi nombre completo, pero no importa, porque mis manos están manchadas de sangre.

La sangre de mi padre.

Unos pasos se escuchan en el pasillo y me sobresalto. Acabo de asesinar a mi propio padre y alguien lo vio.

―Te ofrezco un trato.

Levanto la vista, temblando, cuando oigo su voz.

―No ―pronuncio cortante.

—Aún no dije nada. —Se ríe.

—No quiero nada de ti, Jayce. —No lo conozco tanto, pero sé que es peligroso.

—La hija de un traficante de personas, debe ser objeto de deseo de muchas mafias. —Se acerca hasta mí y yo retrocedo, chocándome contra la pared, termino acorralada—. Me necesitas.

Levanto mi rostro y me obligo a mirarlo.

—Te... Te escucho.

No me queda otra, ¿cierto? Tiene razón, pero acabo de matar a mi propia sangre y el cuerpo sigue ahí, aunque sé dónde me estoy metiendo, pero ya no hay vuelta atrás.

Cuando la oscuridad te atrapa, no puedes escapar, pero, ¿quién tiene la oscuridad en estos momentos?

Sonríe triunfante, pero mira a un lado y otro.

―Ahora que tengo tu atención, antes de hablar, debería encargarme de unas cuantas cosas. ―Me observa de arriba abajo―. Mejor no conversarlo aquí. ―Levanta su celular sin soltarme la cara―. Llama a un médico y tráeme a alguien para deshacerme de un cuerpo. ―Corta, luego de forma delicada posa una tarjeta en mi escote―. Te diré todo en mi casa, me encargaré de esto ahora, Lady. ―Mira el cuerpo de mi padre―. ¿De acuerdo? ―Asiento y me suelta―. Bien. ―Parece complacido―. Te daré un consejo, no le digas a nadie que esto ocurrió o tendrás problemas muy rápido. Yo que tú, apenas tengas tiempo para mí... ―Me guiña―. Vengas.

Una vez que se retira, todo se comienza a movilizar, se llevan el cuerpo de mi padre, un médico revisa a mi madre, por suerte está bien, y hasta un coche nos lleva hasta nuestra casa.

Al fin llego a mi habitación y me recuesto en mi cama. Suspiro, retengo el sufrimiento que siento, mi mente es un lío y... ¿Qué especie de trato quiere Jayce Markov conmigo? ¿Cómo va a ayudarme? No lo sé, y eso me da miedo.

La oscuridad se nota peligrosa, él es peligroso, acaso, ¿tengo opción?

Perversa Oscuridad: Orígenes [#6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora