Perversa Oscuridad: Orígenes [#6]

8: Pervertido

"Me lo voy a cobrar".

Mis deudas con Jayce han aparecido en un solo día, al salvar a mi amiga he decidido firmar el contrato que con tanta insistencia me ha pedido, pero lo otro ha sido una trampa y no lo puedo aceptar. Me pone de los nervios, ¿solo porque subí a su auto sin su permiso, le debo algo? ¡Eso es injusto!

Por algo lo llaman estafador.

Aunque ahora me tiene inquieta su otra definición, depredador de mujeres.

Es obvio lo que está buscando y por eso me pongo nerviosa. Es evidente, él me quiere llevar a la cama, y es indiscutible aquello, por todas las repetidas insinuaciones pervertidas que me ha hecho.

No me lo estoy imaginando, solo no sé cómo escapar de esta situación. Admito que es un hombre atractivo, pero tener sexo porque sí, no tiene sentido. Además, ¿hace cuánto que no tengo relaciones sexuales? Y no soy una persona que le guste practicar algo como eso, menos con un desconocido.

¿No tengo por qué hacerlo, cierto?

Aunque si no lo hago, eso sería fallar a mi palabra como la dama que soy, maldita educación. Mi padre tiene la culpa.

Y está muerto.

Mi padre le hubiera cortado el miembro si escuchara tal aberración, era un desalmado y un monstruo, sin embargo, en este tipo de cosas, siempre se entrometía.

Por eso mis novios terminaban quien sabe dónde.

Mejor no recordar eso, después de todo, yo lo asesiné. Me siento horrible, no he derramado ni una lágrima por él, era una mala persona, pero era mi padre. Y duele cuando lo recuerdo, pero no he llorado nada. ¿Acaso es normal eso? No lo sé, y no creo saberlo nunca.

Dejo de pensar en ello cuando el sueño me ataca de repente y mis ojos se cierran para dormir. Mañana será otro día.

"Me lo voy a cobrar mañana".

Mañana no...

~~~

"Vamos a tener sexo, mi Lady".

Me despierto de repente y me siento rápido, tocándome la ropa.

―¡Uf! La tengo puesta. ―Suspiro―. Fue solo un sueño. ―Que en cualquier momento puede ser realidad―. ¡Maldito pervertido! ―Me alboroto el cabello, nerviosa.

Me peino, me pongo una remera y un short. Ya estoy lista para bajar a desayunar. Camino por las escaleras, pero detengo mi paso cuando oigo su voz, parece que habla con mi madre en el living. No puede ser, miro el reloj, ¿por qué ha venido tan temprano?

Tranquilízate, tú ve a la cocina e ignora la situación.

―Ellie, ¿estás despierta? ―Escucho a mi mamá, llamarme, y me sobresalto.

Me observo, qué mal vestida estoy. Sigo con el plan, camino hasta la cocina y hago como que no escuché.

―¿Me estás evitando, Ellie Divine? ―Oigo en la puerta detrás de mí esa voz masculina y me quedo paralizada por un instante.

Respiro profundo y me giro.

―No, una dama no hace eso ―exclamo lo más formal posible e intento ocultar mis nervios―. Vine a desayunar, no quería molestarlos.

Jayce sonríe.

―Una hermosa lady como tú, jamás me molestaría. ―Me mira de arriba abajo―. Menos de la forma en la que estás vestida, tan... provocativa. ―Se relame los labios y me sonrojo, no obstante, no me voy a intimidar.