6: Rapto

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Años atrás...

Estoy tranquilo, mirando las cuentas de mi casino, cuando de repente alguien abre la puerta de mi oficina. Visualizo a Andreski, entrar con una chica de cabello tan oscuro como la noche misma. Podría quedarme observando esa melena todo el rato, pero el hombre se para delante de mi escritorio quitándome la hermosa visión y devolviéndome de mis pensamientos.

―¿Qué quiere el jefe de un prostíbulo aquí? ―Levanto una ceja.

―Suena más lindo red de trata. ―Sonríe.

―Es lo mismo. ¿Qué quieres?

―Agradecerte, no quiero tener una deuda contigo, así qué me gustaría darte un regalo, es gratis. ―Hace una señal para que la chica se acerque―. Te la presento, ella es Claire.

Actualidad...

Comienzo a disparar, mantengo a Ellie y Estefanía detrás del auto cuando el momento se pone peor. ¿Cuántos son? ¿Tres? ¿Cuatro? Es difícil distinguirlo cuando están tantos sobre esa camioneta.

Obviamente, se quieren deshacer de mí.

Error, se equivocaron de mafioso.

Me levanto, tiro del gatillo, uno, dos muertos, vuelvo a ocultarme. Si son tres, me falta uno. Espera, ¿dónde está el cuarto?

Estaba casi seguro que había uno más.

―¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! ―grita asustada la rubia, llorando.

Giro mi vista a Lady, pero ella se mantiene tranquila, sonrío.

―¿Y tú qué? ¿No tienes miedo?

―Es normal ―exclama sin expresión en su rostro.

Ciertamente, tiene sentido. Que se comporte como una dama, no significa que no corra su vida peligro siempre, después de todo es la hija de Divine. Está acostumbrada a este tipo de situaciones.

Apuesto a que tiene hasta un arma, aunque también apuesto a que no la usa. Oh, soné a más dueño de casino que nunca, qué ironía. Ironía ilegal.

Vuelvo a pararme y asesino al que me falta. Me aseguro que no haya nadie más y reviso el lugar. Estoy seguro de que había un cuarto hombre aquí. Examino la camioneta, pero no veo a nadie. Me dispongo a llamar a mi "limpiador", debo deshacerme de los cuerpos, antes de que haya testigos.

―¡¡Ah!! ―Oigo un grito y me giro.

Corro hasta las chicas. En lo primero que pienso es que han atrapado a Lady, pero al llegar hasta ahí, me equivoqué.

―¡¡Se han llevado a Estefanía!! ―grita Ellie, preocupada por su amiga.

¿A la rubia? Es evidente que quieren hacer un intercambio.

―Cálmate.

―No ―exclama frustrada―. La van a violar. ―Corre en la dirección a la que es obvio que el cuarto hombre se la llevó.

Maldita sea. La persigo y agarro su brazo.

―¡Explícame!

―¡¡Se la llevó en la moto!! ¡¡Ella me empujó para que no me agarrara y se la llevó a ella, no puedo dejar que le hagan daño, Estefanía no tiene nada que ver!! ―grita alterada―. ¡¡Haz algo!! ―Sus ojos se humedecen.

Mierda, no sé ni para dónde fue la moto, ya debe estar muy lejos.

―Tranquilízate.

―¡¡La lastimarán, haz algo!! ―me ruega entre sollozos.

¿Pero qué puedo hacer? Para cuando se comuniquen con Ellie, Estefanía será usada de muchas formas, antes de querer un intercambio. Es obvio, la rubia es bonita, esa gente no dudará en violarla.

Necesito un favor. Obvio que eran de una red de trata. Levanto mi teléfono nuevamente y un tono, dos, me atiende.

―Andreski, necesito una dirección. ―Que mejor forma de obtener una dirección del dueño de un prostíbulo, que con otro dueño de lo mismo―. Quizás conozcas una camioneta con un logo azul.

―Claro que la conozco. ―Oigo una risa―. Es Paul.

Me sorprendo al oír el nombre, es el que mandó a la asesina.

―Dame la dirección ―exclamo directo.

―¿A cambio de qué? ―se burla.

―Qué te parece, ¿no volarte la capa de los sesos? ―amenazo y se forma un silencio hasta que contesta.

―¡Uf! Señor Oscuridad, qué miedo, te mandaré la dirección.

Maldito sobrenombre, no le contesto y espero que me llegue el mensaje.

―Ya me voy ―le indico a Ellie.

―¿A dónde? ―Sigue nerviosa.

―A buscar a tu amiga. ―Le sonrío―. Espero que a cambio, ya sepas qué hacer. ―Le guiño, se sonroja y me retiro.

Ojalá después de gastar tanto tiempo en esto, me firme ese contrato. Subo a mi vehículo y escucho la puerta del acompañante cerrarse.

―Yo voy. ―La veo sentada a mi lado y muy determinada.

Bufo. No hay tiempo de discutir. Sonrío.

―De acuerdo, aunque me lo voy a cobrar. ―Me relamo los labios y ella mueve la cara para no notar mi insinuación pervertida.

Han raptado a su amiga, es hora de ir a buscarla. Arranco mi coche y veo por el espejo retrovisor como mi "limpiador" se deshace del destrozo que hice. Matar es fácil, no dejar rastro es difícil.

Aunque por algo me dicen, Señor Oscuridad.

La oscuridad es falta de información acerca de las causas y esa noche yo no dejé ninguna pista.

Años atrás...

Sangre, lluvia, noche, sangre en todas partes, muerte en todo el lugar. Estaba oscuro, pero era obvio quien lo hizo.

Fui yo, yo los maté.

Perversa Oscuridad: Orígenes [#6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora