Ellie
Me bajo del auto de Jayce y me quedo mirando como el vehículo se aleja. No puedo creer lo que hice, definitivamente, no puedo aceptarlo. Y sin embargo, mi cuerpo lo recuerda por cada poro de mi piel. Me indigna que no me moleste ni un poco y me enojo conmigo, por desear querer más. Suspiro y camino hasta dentro de mi casa.
Me va a ser difícil olvidar una noche como esa.
Subo por la escalera para ir al baño de mi habitación y mientras doy cada paso, oigo ruidos. En realidad, gemidos. ¿Estoy imaginando cosas? ¿Tanto me afectó? Sigo caminando y son cada vez más fuertes.
―Oh... Ronald. ―¿Esa es la voz de mi madre?―. Ah... sí.
Definitivamente, no quería escuchar eso.
Me detengo en frente del cuarto matrimonial. ¡Cielos, mi mamá está teniendo sexo con Rockefelle! Me tildo un segundo y después vuelvo a caminar.
Debo ignorar esto.
¿Cuándo vino? ¿Desde cuándo están juntos? ¿Por qué con ese tipo tan asqueroso? ¿No pudo buscarse alguien más normal? Y papá murió hace poco, sé que no era una buena persona, pero no sé, tengo un lío en mi cabeza. Encima, no soy quién para juzgar, me acabo de acostar con un hombre, por una supuesta deuda, que hasta parece una estafa.
Cierro con llave la puerta de mi pieza, entonces me dirijo al baño a ducharme. Cuando termino, me pongo una remera amarilla, una calza negra y unos pequeños zapatitos sin taco. Salgo del cuarto, sin embargo, sigo oyendo ruidos, así que bajo rápido, decidiendo salir de la casa.
No debería salir sola.
Sé que el contrato me protege, pero algunos no se van a acobardar. ¿Debería visitar a Estefanía? Me gustaría saber cómo está después de lo ocurrido. ¡Sí, eso haré! Iré a ver a mi amiga.
Camino tranquila por la vereda a un paso lento, pero lo aumento al sentir que alguien me sigue. ¿Estaré paranoica? Solo lo pensé un momento, pero no me siento segura. Toco mi cartera que es donde está mi arma y continúo mi paso veloz.
―Señorita Divine. ―Oigo una voz masculina detrás de mí y me sobresalto.
Tranquilízate, todo está bien.
Me giro, viendo a un hombre morocho y alto. Me resulta familiar, ¿dónde lo he visto antes? Me percato, es el chico que estaba en el living, cuando fui a hablar a la casa de Jayce esa vez.
―¿Quién eres? ―pregunto, asegurándome de la situación.
Sonríe y me da un beso en la mano.
―Lisandro Markov, a tu servicio. ―Me guiña y me suelto.
―¿Eres familiar de Jayce?
Bufa.
―Por desgracia, sí, soy su primo.
―Ah. ―Hago una pausa―. ¿Y qué buscas?
―A ti. ―Me agarra del brazo.
―¡Suéltame o gritaré! ―amenazo mientras intento abrir mi cartera.
Debí haber seguido el concejo de Jayce, de guardar mi arma en otro lugar. Forcejeo, pero no me deja ir.
―Qué miedo tengo ―se burla de mi intento fallido de huir.
―Jayce se enterará y te irá mal, soy su protegida ahora, ¿no te enteraste? ―Quizás funciona.
―Eso es lo que planeo, que se entere, porque esto no tiene nada que ver contigo, cariño.
Me arrastra, entonces me empuja dentro de un auto. Me ata las manos y los pies, para luego ir al asiento del conductor y comenzar a manejar.
―¡Déjame ir! ―grito alterada y asustada―. ¡Si mi padre estuviera vivo, te pasarían cosas horribles, malvado! ―me quejo.
Esto no me pasaba cuando papá estaba vivo y yo soy su asesina. Me siento fatal. No puedo creer desear volver el tiempo atrás, era un hombre horrible. Pero mierda cómo lo extraño ahora. Me pongo a llorar. Maldito mundo injusto.
―Deja de lloriquear, eres privilegiada, vas a conocer al patriarca de la familia ―se burla y se ríe―. Nikolai Markov.
―¿Quién es ese? ―digo nerviosa y aún con lágrimas en los ojos.
―El padre de tu protector. ¿Qué tal? Suena divertido, ¿no? ―Deja de hablarme y atiende su celular que comienza a sonar―. Sí, ya la tengo ―le avisa y corta―. Es hora de una reunión familiar.
No sé por qué, pero eso no me gusta para nada, sin embargo, prefiero mantenerme callada y esperar. Cuando al fin el coche se detiene me sobresalto, abre la puerta y me levanta entre sus brazos.
―¡Bájame! Déjame ir ―me quejo, tengo un mal presentimiento.
Camina conmigo encima y como no me responde, me pongo más nerviosa. Veo la enorme mansión, entonces trago saliva, ¿en dónde me están metiendo? Es más grande que mi casa y la de Jayce juntas. Y eso ya es decir mucho. Me tira sobre un sillón en un grande y lujo living, para luego retirarse.
―¡No me dejes aquí! ―Vale, parece contradictorio lo que pido, pero no sé qué es peor. Quedarme con él o aguardar a mi muerte.
Solo espero estar imaginando cosas.
―Parece que mi sobrino no te ha tratado bien. ―Me sobresalto, miro a un costado, cuando visualizo a un hombre de unos cuarenta y algo de años, ¿o tiene más? Pero bastante atractivo, su belleza evita su edad.
El hombre castaño desata mis manos y pies, entonces me siento. Él hace lo mismo, posicionándose a mi lado. Me sonríe y me ruborizo, un hombre mayor no debería ser tan guapo. Cuando era joven, seguro era un adonis.
―¿Quién es usted?
―Oh, qué descortés, soy Nikolai Markov, tu secuestrador.
El padre de Jayce. Ahora ya sé de dónde sacó la belleza el chico pervertido. Reacciona, Ellie, ¡te acaban de secuestrar!
―Me quiero ir ―acoto.
―No puedes ―dice seriamente―. Te aviso, que si cruzas la puerta de salida, te mataré.
Trago saliva.
―Okey ―exclamo en tono bajo.
Eso dio miedo. Su rostro serio da pavor. Ya ni me atrevo a hablar.
―Aún no me he comunicado con mi hijo. ―Vuelve a su tranquilidad―. Pero esta noche lo haré, mientras tanto te quedarás aquí, ¿de acuerdo?
―Eh, sí, pero...
―Sh. ―Posa su dedo en mi boca y se me eriza la piel―. Aquí soy yo quien da las órdenes, tú solo debes asentir.
Hago lo que me dice y asiento, nerviosa. Veo como se levanta y oigo como cierra la puerta, muy tranquilo.
Lo admito, estoy asustada.
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Perversa Oscuridad: Orígenes [#6]
ActionEllie Divine, es la hija de un traficante de personas, la mafia más perversa, la red de trata. Ella odia a su padre, por los maltratos constantes que recibe su madre. Un día, harta de la situación, por un arrebato y en defensa propia, termina asesin...