Epílogo I

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Tres años después...

Dean

Mi hermano Edwin está desaparecido desde que mi padre murió, no sé dónde se ha metido, pero no creo que sea nada bueno. Se ha escapado de sus responsabilidades y por su culpa me he convertido en el Señor R.

Ahora sí que estoy más que atado a la Sociedad de las Letras. Maldito Jayce Markov, todo es tu culpa. No me queda otra que aceptar mi destino. Aunque hay que admitir que no soy malo en el negocio de la oscuridad. Ya me he acostumbrado, es la vida que me tocó y la acepto.

Termino de hablar con mis socios y me levanto de la silla de aquel salón. Mi esposa se acerca y me desconcierto. Miro hacia abajo, observando la manita de la pequeña niña, que se agarra de la mano de su madre.

―¿Por qué la has traído? Es peligroso ―le aclaro y veo su rostro de preocupación―. ¿Qué ocurre? ―Le acaricio el cabello.

―Es Jayce, ha vuelto.

La pequeña Analy levanta una rosa negra que tiene en la mano.

―Mira, papi, una chica, me regaló eto.

Me sobresalto al ver tipo de flor que es, reconozco enseguida quién pudo habérsela dado y me preocupa más que oír hablar del Señor Oscuridad. Miro a mi mujer y le exijo de manera veloz.

―Ellie, vámonos de aquí y rápido.

―¡¿Por qué te altera más esa rosa que lo que estoy diciendo?! ―me grita, enfadándose, y trago saliva.

―Porque...

―Porque el Señor Oscuridad no se compara conmigo. ―Oigo detrás de mí y me giro, visualizándola―. ¿No? Dean Rockefelle.

La mujer con el cabello más oscuro que he visto está ante mi presencia.

―Adelia.

Se cruza de brazo y sonríe.

―Tenemos asuntos pendientes, ¿verdad?

―No, los asuntos pendientes los tienes conmigo. ―Me giro a un costado, al visualizar una mujer que nunca había visto, pero parece que Ellie junto con Adelia, si la reconocen, rápidamente.

Mi esposa se sorprende y la nombra.

―Claire. 

Continuará... 

 

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Perversa Oscuridad: Orígenes [#6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora