36: Manipulación

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Jayce

11 años de edad...

Estoy avergonzado, pero se acabó, ya todo terminó. Sin embargo, siempre está ahí, en mi cerebro, sigo sucio. Admito que es la primera vez que maté a alguien, pero me dejó marcado para toda mi existencia. Corro fuera del edificio y visualizo una camioneta como la que me trajo hasta aquí.

Todo mi cuerpo se tensa.

El alivio regresa a mí cuando visualizo a mi padre. Asustado, busco protección, pero un hombre se pone delante de mí y el miedo se impregna mucho más que antes. Agarra mi brazo y las lágrimas intentan escaparse otra vez, como cuando estuve allí dentro, en esa pesadilla.

No puedo llorar, no debo.

Un disparo se escucha y el hombre cae al suelo, muerto. No logro evitarlo y cuando mi papá se acerca, comienzo a lloriquear como una nena. Él me levanta y yo lo abrazo con fuerza.

―No le digas a nadie ―suplico, ahogado entre lágrimas.

―No lo diré, lo prometo.

Él es el único que sabe mi secreto.

Actualidad...

Maldito Cross, se llevó a Ellie otra vez, ¿quién se cree que es? Intenta manipularme, está muy equivocado. Cuando lo atrape, voy a matarlo y descuartizarlo en pedacitos. Ni quedarán cenizas luego de que lo queme.

Subo a mi vehículo, después de que me deshago de los guardias, y conduzco pensando a qué otro lugar pudo llevársela.

Ellie

Abro los ojos y me encuentro recostada en un sillón. Esto es el living de una casa, ya no estoy en un burdel. Espero que eso sea bueno, al menos para mi integridad.

Debo ver el lado positivo.

Se abre la puerta y me siento rápido, como puedo. Me duele mucho la cabeza, luego del golpe que recibí, y estoy algo mareada. Visualizo a Cross, así que frunzo el ceño.

―¿Qué planeas ahora?

Se ríe y se sienta en sillón de enfrente.

―Estuve pensando, y ya sé cómo hacer para crear la Sociedad de las Letras ―aclara y quedo confundida.

―¿La Sociedad... de las Letras?

―Si vamos a ser un enorme incógnito ante la ley, necesitamos un nombre, ¿no te gusta? Soy especialista en elegir el tipo de destrucción que hay alrededor de mí ―exclama con altanería y noto que habla también de Jayce.

―No me interesan sus ideas, solo quiero irme ―digo determinada.

―Te irás cuando yo decida, ahora sí eres una pieza importante.

Levanto una ceja.

―¿Y antes no lo era?

―No. ―Se ríe―. Solo intentaba destruirte.

―Deje de dar vueltas y hable ―exijo.

―No necesito la firma de Jayce, ahora quiero la tuya.

―¿Eh? ―No comprendo―. Admito que mi padre era relevante, pero...

―No eres influyente, lo sé, tu nombre no lo es, sin embargo, si lo cambiamos a... ―Posa un dedo en su rostro y se hace el que piensa―. Ellie Divine de Markov, ¿no suena más importante?

―¿Qué? ―Me sobresalto.

―Si la esposa firma por el marido, no hay problema, ¿no?

―No soy la esposa. ―Me sonrojo.

―Aún ―agrega a mi acotación―. ¿O crees que Nikolai mintió cuando dijo que te quería como nuera? ―pregunta, sintiéndose poderoso.

―Te estás complotando con él. ―Frunzo el ceño.

―Ambos tenemos las mismas metas. Además, si te casas con Jayce, ya nadie te perseguiría por ser la heredera Divine y encima, estarás con tu enamorado. ¡Todos ganamos! ―Aumenta la voz, alegre, y levanta sus manos, muy animado.

―No ―digo firme―. Eso es traición.

Entrecierra los ojos, molesto.

―No me desafíes.

―No voy a traicionar a Jayce. ―Continúo decidida.

Dos golpes se escuchan en la puerta y su semblante alegre regresa.

―Sabía que dirías eso, así que invité a alguien. Pasa ―ordena y visualizo al morocho.

Trago saliva.

―Nok, ¿qué haces aquí?

―Él es la prueba viviente que ya lo has traicionado ―continúa Cross.

―Que le haya dado unos papeles, en un momento de arrebato, no significa que lo vaya a volver a hacer ―le aclaro.

―Si me permites... ―exclama Nok con su aire tranquilo y se sienta a mi lado―. Jayce te ha traicionado más veces de las que imaginas, ¿por qué no pagarle con la misma moneda?

―Porque no soy como ustedes.

―Sigues siendo la hija de Divine y tú también tienes historial criminal.

―No lograrán manipularme. ―No miro a ninguno de los dos.

―No quieres saber el secreto de Jayce. Si firmas, quizás sabremos el porqué de que esté tan retorcido ―vuelve a hablar el de ojos claros―. Ya que no quiere firmar por esa razón, ¿no tienes curiosidad?

―No.

―¿No quieres descubrir cómo salvarte de ser asesinada como Claire?

―Claire fue asesinada porque lo supo. ―Creo que le arruiné el plan con mi respuesta―. ¿Ya me puedo ir?

―Creo que necesito la ayuda de alguien más. ―Hace una señal para que Nok se vaya y quien entra me causa repugnancia.

Me levanto del sillón y miro con odio al rubio.

―¿Y tú que tienes para decir? ―exclamo su nombre completo con asco―. Ronald Rockefelle.

Él se ríe.

―¿Quieres jugar a un juego? Se llama: amenazas contra mami.

Perversa Oscuridad: Orígenes [#6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora