Perversa Oscuridad: Orígenes [#6]

47: Adiós, Ellie

Ellie

[01 Horas 03 Minutos]

Mi madre está muerta, por culpa de Ronald, él la mató.

Yo voy a asesinarlo.

Conduzco el coche que me robé de Jayce y la velocidad es extrema. Siempre he sabido manejar, pero no lo he hecho muchas veces. Es hora de ponerlo en práctica.

¿Dónde encontrar al Señor R?

El único lugar más factible es...

Entonces, recuerdo una conversación con mi padre:

―Ellie, si quieres ser una mafiosa, siempre debes saber dónde encontrar a tus enemigos.

Fruncí el ceño, irritada.

―Ya te dije que no deseo saber nada de tu mundo.

―Y sin embargo, has usado un arma. ―Se rió.

―Ve al punto y acaba de una vez ―exigí, frustrada.

―Conoces al enemigo, sabes quién es y este siempre regresa a un lugar en específico cuando va a ocultarse.

―¿Y cuál es ese?

―El de sus orígenes.

[00 Horas 59 Minutos]

Ronald Rockefelle, un mafioso que fundó su primer prostíbulo con la ayuda de su padre, Maquiavelo Rockefelle. Conocido por tener varias sucursales, sobre todo cerca del puerto. Básicamente, sus hijos se criaron donde los barcos zarpan y las mujeres pueden ser enviadas a otros países.

Es obvio, Ronald se oculta en la zona del puerto de Maquiavelo.

Doy justo en la curva y al fin llego. Derrapo el auto, así que freno con brusquedad. Mi taco pisa el suelo, escucho el sonido de este ante tal silencio. Es un lugar donde no hay nadie. Ya no se utiliza, al menos no esta parte.

Miro al muelle y camino por la acera. No voy en dirección hasta allí, no creo que sea necesario. Paso por al lado de los galpones y mantengo mi arma en la mano. Me sobresalto cuando me tocan el hombro, pero al girarme, dejo de estar alterada, al ver quién es y bajo mi revólver.

Levanto una ceja.

―¿Dean? ¿Qué haces aquí? ―expreso sorprendida.

―No... ―Frunce el ceño el castaño―. ¿Tú qué haces aquí?

―No quieres saberlo.

Bufa.

―Adivinaré, buscas a mi padre.

Retrocedo y lo apunto con mi arma.

―Sí... ¡Y no te atrevas a impedirlo! Porque te mato a ti también.

―No, no lo haré ―aclara, tranquilo―. No hay realmente un lazo afectivo como para defenderlo. ―Gira la vista a un costado.

―Eso es ser más ruin que yo. ―Bajo la pistola despacio, siendo precavida―. Al menos yo sentí culpa cuando lo hice.

Sonríe.

―No todos somos iguales. ―Vuelve a observarme.

―Bien, ahora que sabes qué hago aquí, dime, ¿qué es lo que haces tú?

―Tenía que encontrarme aquí con Jayce Markov. ―Mira su reloj, tranquilo―. Aunque todavía no es la hora.

[00 Horas 45 Minutos]

―Con... ¿Jayce? ―La curiosidad me ataca―. ¿Por qué?

―Lo siento, no puedo decirte ―expresa seriamente.