Giré la manija de la puerta con el corazón a mil latidos por hora. No pensaba en nada más que en qué podía encontrar al otro lado. Cuando presencié el accidente en el mirador y vi como aquel estúpido chico le hería la mejilla con un cuchillo, no podía seguir de pie viendo como desprendía la sangre de su rostro ¿Qué era lo que me esperaba ahora?
Rápidamente mi vista se dirigió a mi chico de ojos miel tendido en una camilla de hospital. Me acerqué con la mano en la boca y los ojos abiertos, cristalizados. En su cara le cubría la nariz una mascarilla de oxígeno conectada por cables a unas máquinas a los lados de la cama. El vestía un camisón blanco. Todo a mí alrededor era blanco. Mi ritmo cardiaco no tenía estabilidad.
Sus ojos estaban cerrados mientras su cuerpo estaba conectado a diferentes máquinas por medio de cables ¿Qué fue lo que detonó el que Liam estuviese aquí?
Al lado de la camilla había una mesa con una botella de agua. Saqué la silla que le correspondía y la puse al lado de Liam.
Tomé asiento mientras lo esperaba. La cicatriz que tenía era acompañada por un par de cortes pequeños entre sus cejas y a un costado de la nariz. Se veía tan sereno y tranquilo mientras permanecía en aquel estado, pero a la vez tan indefenso y vulnerable.
Pensé: Zayn y Liam se mostraron muy misteriosos antes de que todo esto ocurriera. Cuando estábamos a punto de tomar chocolate caliente, estábamos. Entonces ¿Acaso fueron a una pelea? ¿Alguien llamó a Zayn para retarlo? ¿Por qué Liam resultó llegar al hospital? ¿Por qué no me lo quieren decir?
Mi vida de pronto había tomado un giro muy inesperado. Mis planes ya escritos eran pasar todo lo que pudiera divirtiéndome con All, disfrutando de las cosas que la vida podría entregarnos fuera del peligro que vivíamos cerca de mi padre. Pero ha llegado un chico a cambiarlo todo, a alterarme los nervios y provocar sentimientos de desesperación totalmente nuevos en mí, como por ejemplo el hecho de tener que estar visitándolo en un hospital, o curarle una herida de cuchillo en la mejilla.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por los nervios de verlo abrir los ojos, muy lentamente.
Unos ojos miel comenzaron a dar luz en la habitación, de a poco se iba acostumbrando a la nueva luz que le recibía. Sus ojos se encontraron con los míos. Liam sonrió gimiendo, lo que solo me estremeció.
- Estás aquí. –Dijo en un susurro, su voz estaba quebrada y era baja. Estaba adolorida.
- Siempre. –Le dije de volviendo la sonrisa. Era una sonrisa preocupada y nerviosa además de desesperada, pero que fingía su interior.
- Te debo una explicación, lo sé. –Dijo con una sonrisa nuevamente, sin darse cuenta de que lo único que provocaba en mí eran nervios.
- Luego te haré todas las preguntas. –Le dije tomando su mano, estaba fría, un cable iba pegado a su dedo índice. Liam río con dolor. Si su cara se encontraba en ese estado, quizá cómo se encontraría su cuerpo. -Dijiste que volverías luego. -Susurré acariciando sus nudillos rotos.
- Lo siento. –Se disculpó rápidamente.
- Liam estoy muy preocupada por ti. Todo esto me tiene algo afectada. –Le dije manteniendo la calma en mí por intentar no llorar. No soy de esas chicas que lloran porque nada les sale bien, pero por él era capaz de derramar un mar de llanto, sobre todo cuando se trata de situaciones como estas, simplemente no estaba acostumbrada.
- No ¿Por qué? Tú solo tienes que confiar en mí. –Murmuró con el ceño fruncido.
- Confié en ti y aun así me enteré de mala forma de qué eras parte del ejército, de que tendrías que irte en dos meses, de que una chica... –Callé, pues no quería mencionarla. Decir o escuchar su nombre era algo que ya me ponía la piel de gallina.
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Mi Debilidad |Liam Payne|
FanfictionTenían estilos de vida totalmente distintos, eran completamente diferentes. Pero se conectaban de una manera única, incluso, podían llegar a sentir lo mismo sin darse cuenta. Ninguno sabía exactamente que esperaban de ambos, pero estaban seguros de...