- Todos los viernes cenamos pastel de papas horneado. -Me dijo Liam a la luz de las velas que la oscuridad de la noche filtrándose por la ventana intentaba vencer.
- Está realmente deliciosa, Señor Payne. - Dije llevándome un trozo de carne a la boca. Lo único que recibí del hombre sentado en la cabecera de la mesa fue una leve sonrisa nerviosa y un asentimiento de cabeza.
- Ay papá, por lo menos di algo.- Le alentó Liam con una sonrisa frente a mi.
- No no, está bien. -Dije posando unos segundos mi mano sobre su brazo recostado en la mesa intentando transmitirle confianza.
En los pocos minutos que llevaba de conocer al hombre logré darme cuenta de muchas cosas; como por ejemplo que en un ámbito de apariencias podía resultar bastante parecido a Liam, pero era totalmente opuesto. El Señor Clouston parecía temerle a todo e intentaba ocultarlo con una sonrisa fallidamente nerviosa, parecía temeroso a decir palabra alguna pero todo eso me parecía extraño porque el hecho de ver fotografías días anteriores y hasta hace unos minutos de él uniformado, en algunas de ellas con armas en su posesión no daban indicios de un hombre con las características que el Padre de Liam poseía.
- Está bien, Mo tienes que comprender...-Habló Liam pero me vi en la necesidad de interrumpir sus palabras.
- Lo entiendo. -Realmente era algo que me incomodaba y creía que al señor Clouston también, después de todo estábamos criticándole de alguna manera su forma de ser y eso era algo que no podíamos y no debimos cambiar. - Y bien, señor Clouston ¿Podría contarme como era Liam de pequeño? -Pregunté intentando cambiar el incómodo tema, intentando hacerle hablar y participar los tres de una agradable conversación. Liam esbozó una sonrisa de aprobación. El hombre asentía con la cabeza.
- Liam... Liam era un niño listo. -Una sonrisa comenzaba a formarse en mi cara, estaba logrando dos cosas realmente importantes; hacer formar al Señor Clouston de una agradable conversación y también saber cosas de mi chico, cada vez quería indagar más en su vida.
- Cuéntale de aquella vez en los helados. -Liam le alentaba entusiasmado. El señor Clouston sonrió por primera vez claramente ante la petición del chico de ojos miel.
- ¿Qué sucedió ese día Señor Clouston? -Le pregunté expectante dejando la comida de lado al hombre que aún permanecía con sus ojos en el plato, o quién sabe en dónde pero no en
nosotros.- Liam, ese día -Comenzaba a sonreír - vio un carrito de helados a fuera de nuestra casa. Era de esos vehículos pequeños. Él me llamó para que le diera dinero y cuando Liam fue a pagarlos, se sujetó del fierro de la ventana del carrito de helados y se cayó. Todo se cayó, Liam, el hombre de los helados y su carrito. - Risas a carcajadas se oían por parte de Liam y de mí, aunque el hombre no hubiera contado la historia cómicamente ambos reímos.
- No puedo creerlo. -Dije entre risas.
- Y eso no fue lo peor; lo peor fué que tuve que ayudar al hombre a vender heladitos después y no podía comer ninguno. -Hablaba Liam con recelo por aquello.Me encantaba, estaba enterándome de cosas agradables y no era tan sólo el Señor Clouston quien las revelaba, si no tambien Payne.
Luego de un agradable momento de risas, anécdotas e historias fascinantes a cerca de su niñez, ayudamos al Señor Clouston a limpiar la mesa y a ordenar el comedor.
- ¿Quisieras ver una película? -Me preguntó mientras guardaba los platos en el lavavajillas de la cocina, tomando mi cintura y acercando sus labios a mi cuello para dejar suaves y cálidos besos.
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Mi Debilidad |Liam Payne|
FanfictionTenían estilos de vida totalmente distintos, eran completamente diferentes. Pero se conectaban de una manera única, incluso, podían llegar a sentir lo mismo sin darse cuenta. Ninguno sabía exactamente que esperaban de ambos, pero estaban seguros de...