|HOY|
Momentos, segundos y destellos. Meros momentos, segundos y destellos. De todo eso se trata la vida. Pero a última hora todo cambia y ella nos sorprende; ya no somos los mismos. Ya nada es igual y hay que saber elegir. Saber tomar un camino, no importa cuán lejos esté si se trata de hacia dónde llegaremos. A veces se deja ir cosas por razones equivocas, a veces se pierde y otras se aprende. Todo es cosa de tiempo, a veces el tiempo es nuestro mejor amigo.
Reconozco que en los últimos días de mi vida no he tenido nada claro. Hay una montaña rusa en mi mente que está en constante movimiento y no me da el permiso para deternerme a analizar cada cosa que ocurre conmigo, con All, con Liam, con mamá, con Zayn. Todo. No me permite disfrutar las pequeñas cosas que te pueden dar. Tampoco me quejo, pues la montaña rusa sube y baja, aunque quiero creer que lo que más disfruta es ir subiendo.
No sé con exactitud qué quiero. Creo que nunca lo he sabido y siempre he estado yendo a la deriva. No suelo pensar y poner énfasis en mis decisiones pero aquí estoy dando lo mejor de mí e intentando ver el lado positivo de las cosas.
Extraño a Liam y sólo he pasado unas horas sin él. No sé qué pensar. Él no salió trás de mí como lo hubiera hecho otras veces. Ni siquiera tocamos el tema de la fotografía, el mensaje o el club nocturno. No hubo tiempo; el silencio se encargó de cubrirlo todo. Estoy en mi habitación haciendo una maleta con destino confuso. La maleta irá conmigo, pero no sé hasta dónde.
El tiempo avanza como si cada segundo le contara al que acabó de pasar toda su vida. No quiero pensar mucho en Zayn, me afecta mucho su estado y saber que algo malo podría ocurrir con él cambiaría todos mis planes. Escucho murmullos de Allie con mamá en el piso de abajo y todo llega a mi como efectos colaterales de la vida. No hay nada que tenga prioridad, estoy yendo a la deriva y me siento totalmente vacía, como si ni siquiera la sangre fluyera dentro de mí.
¿Es posible sentirse tan inútil y estúpida por haber hecho nada? Siento que mis ojos pesan como nunca e intento descansar. Dejo la maleta de lado y me recuesto. Miro al techo y siento como voy adentrándome en el sueño. Me gana y ya no soy consciente de nada.
Despierto confundida. Nunca un sueño había sido tan real.
Estábamos en un cerro. Habían muchísimos árboles, el pasto nos llegaba hasta las rodillas, casi a los muslos. Yo iba corriendo, riendo feliz por tenerlo a mi lado. Liam venía tras mío, siguiéndome e intentando alcanzarme para hacerme cosquillas, tirarme al piso y besarme. Pero yo corría más lento y sentí como sus manos tocaron mis caderas y caí y él cayó conmigo. Me hizo las cosquillas, me dio besos y me hizo feliz. No podía parar de reír y decirle que lo amaba. Que nuestra historia no tenía final. Que éramos un infinito sin final.
Pero luego, el cielo se nubló y el suelocomenzó a abrirse. Desprendieron muchas rocas de la nada y estaba asustada. Mis piernas se iban separando y abriendo porque justo en donde estaba yo se hizo un hueco.
Y cai.
Y Liam no venía por mí.
El vuelo de Delaware a París sale mañana a las 11:40 am. Mi bolso, mi maleta y todas mis cosas ya están listas.
Todo está listo.
Menos yo.
Quiero llamar a Liam y decirle que venga y me busque porque yo no quiero hacerlo. Me siento débil y sin fuerzas para luchar por lo que sea. Quiero que venga y me diga que me necesita. Tanto como yo a él.
Yo no quiero hacerlo.
A medida que pasa el día salgo a mirar por la ventana. El día está hermoso. Creo que el sol es capaz de hacer brillar todo este día. Hasta las aves brillan. Y el canto de los pajaritos difunden por el aire una melodía exacta y precisa.
Pero algo falta.
Falta Liam.
All viene de vez en cuando a mi habitación y pregunta si algún día ella podrá conocer la Douai, o si podrá conocer París. Le contesto que sí, que la llevaré un día con mamá a conocer la torre eiffel de la que tanto hablan las adolescentes.
Y luego se va y reina el silencio. Suena mi celular, es un mensaje de texto. De Liam.
''¿Puedo ir a tu casa, para hablar contigo?'' 19:22.
Tardo unos segundos en contestar. Tardo si quiera esos segundos en procesar bien. No puedo creer que mañana tenga que estar tomando un viaje que cambiará el resto de mi vida y aún no está decidido ni mi presente.
''Estoy por dormirme, viajo temprano mañana'' 19:56.
''Bien, estoy yendo para allá'' 19:58.
''Nos vemos aquí, entonces'' 19:59.
''Nunca olvides que pase lo que pase, te amo'' 20:01.
Tengo la piel erizada. Intento tragar mi saliva en cada momento para estabilizar mi cuerpo entero. Me siento extraña, como si hubiera estado sin beber ni comer muchos días, como si hubiera cruzado un océano entero a nado. Pero tan sólo he estado aquí, en la misma ciudad, en la misma villa, en la misma cuadra, haciendo de cuenta que las cosas se pueden olvidar de un día para otro. Fingiendo que no importa que una persona, un amigo, esté en el hospital. Negándome a mi misma que el amor que siento y que alguna vez fue infinito -quizá aún, la verdad no lo tengo claro-, se ha desvanecido en el aire sin dejar huellas, como si nunca hubiése existido.Un par de meses junto a Liam me bastaron para darme cuenta de que no necesitaba nada más. Siempre creí que no habrían parecidos a él caminando por la calle. Siempre creí que iríamos de la mano hasta el final del infinito. Siempre creí en él, siempre creí en mí.
Ahora pienso que, la nube grisásea en la que estoy varada, me impide ver con claridad las cosas.
Suena el timbre de la casa.
Se oye la puerta del jardín abrirse.
Alguien golpea la puerta.
Es Liam.
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Mi Debilidad |Liam Payne|
FanfictionTenían estilos de vida totalmente distintos, eran completamente diferentes. Pero se conectaban de una manera única, incluso, podían llegar a sentir lo mismo sin darse cuenta. Ninguno sabía exactamente que esperaban de ambos, pero estaban seguros de...