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Mi móvil vibró y timbró entre mis senos. No me quería levantar, el cansancio aún lo traía en la espalda y digamos que hablar hasta tarde con Lauren no me benefició del todo. Su lado de la cama está vacío, es extraño, la extraño mucho y ni un día ha pasado.

Hablando de días, hoy es el gran día. Esto debió haber pasado hace dos años, pero como nunca es realmente tarde para algo, hoy empiezo mi vida universitaria. Tampoco me arrepiento de haberme tomado ese tiempo, me hizo encontrar a la mujer de mi vida y sentar cabeza al fin, recuperar el control y encaminarme por el bien.

Me estiré lo que quise y salí de la cama. Mi móvil volvió a sonar, avisandome que los cinco minutos de prorroga pasaron. La mañana pasa rápido cuando quiere. Acomodé las sabanas de la cama, procurando no dejar ni una arruga; apagué el aire acondicionado, ese frío hace que mi cuerpo se achine y no tengo a nadie para calentarlo. Saqué una toalla y me fui directo al baño, no debo perder tiempo.

Luego de hacer parte de mi aseo matutino salí del baño con mi cabello goteando. Con tanta ropa que tengo decidí robar una de las camisetas de Lauren, se me vino a la cabeza la idea de sentir que está conmigo si llevo algo de ella puesto; la acompaño con unos jeans y unas botas de tacón, todo lo he planeado en la noche mientras hablaba con ella por el móvil. Ya que he mencionado mi móvil, éste vibra y suena contra la lámpara de mi mesita de noche.

De Taylor Jauregui:

—Buen día mi preciosa mujer universitaria.

Lauren ha robado el móvil de Taylor para comunicarse conmigo. Eso es lo de ella, robar móviles.

Para Taylor Jauregui:

—Buen día chica pastelera.

—Te extraño tanto que me puse una de tus camisetas.

Ella responde rápido, apenas me giré para buscar la toalla y secar mi cabello y ya mi móvil recibió un nuevo texto.

De Taylor Jauregui:

—Me extrañes o no siempre robas mi ropa.

Le doy toda la razón.

—También te extraño caramelito, abrazar a Will no es lo mismo.

Para Taylor Jauregui:

—Ni para mi dormir abrazada a la almohada.

Dejé el móvil en su lugar y fui a arreglar mi cabello. Encedi el secador para que me ayudara un poco, mientras lo pasaba secaba y ya mis ondas estaban saliendo a relucir. Puedo tener una que otra falla en la moda o en maquillaje pero una cosa que si sé hacer bien es mi cabello, y es en lo que gastaría media hora si fuera necesario. Pero ese no es el caso, porque como lo manejo bien el tiempo que invierto es poco.

Verifico que no falte nada en mi mochila, estoy consciente que es el primer día pero quiero estar bien preparada, sería un gran fallo si no tengo algo con lo que escribir desde el primer día. Voy hacia las puertas del balcón a abrirlas, recibiendo lo hermoso de la mañana; veo directo al balcón de Dinah, está cerrada su puerta, conociéndola debe estar durmiendo todavía. La luz que entra es favorable, y como prometí enviarle una foto a mi novia a punto de empezar mi primer día la aprovecho. Hay varios mensajes de ella, los cuales ignoro por el momento, cuando se trata de tomarme fotos debo concentrarme en ello, la cámara me odia la mayoría del tiempo. Unos cuantos intentos y selecciono la que no se ve tan mal.

Mi Chica de Cuidad | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora