Un odio no normal. Ganadora De Los Premios Wabbys.

"No lo hago por tí."

POV Lailo...

Al fin llegué a casa después de un largo y duro día. Dejé mi mochila sobre mi cama y saqué unos libros de ésta para ponerlos sobre mi escritorio y empezar mi proyecto . Mi madre llega hasta la noche , por lo cual estoy con la casa sola. Me senté en una silla frente a mi computador, no dejaba de pensar como me trató hoy Armin... Nunca había pensado que sería así.

El sonido del timbre, interrumpió mis pensamientos.

-¿Quién será?- me pregunté para después bajar las escaleras en dirección a la puerta, acomodé un poco mi pelo para abrir.

-¿P-pero qué..?-

-Cállate, no lo hago por tí, lo hago por el proyecto- dijo Armin para apartarme de la entrada y adentrarse en mi casa.

-Estoy bien, gracias, ¡Claro! Puedes entrar- dije con un tono sarcástico.

Sin embargo, el ignoró mi comentario y se quedó parado en medio de la sala con una mirada indiferente.

Suspiré -Vayamos a mi cuarto- dije rendida.

-Wow wow wow, Tranquila gatita, no tan rápido, yo vine por mi proyecto escolar- dijo con una sonrisa pícara en la cara.

-¡No seas idiota! Ahí están mis cosas y mi computador!- contesté sonrojada.

-JAJA, lo sé tonta- dijo para subir las escaleras.

Una vez en mi cuarto comenzamos el proyecto, pero hubo un momento de descanso en el que fui por bocadillos a la cocina.

POV Armin...

Lailo salió del cuarto, miré a mi alrededor. Una típica habitación de chica. El color lila dominaba la mayoría de las decoraciones, bien , ya sé su color favorito.
Me paré a dar una vuelta en la habitación, había una que otra foto con la cual supongo que es su madre...Pero ninguna con un hombre. ¿A caso...?

-Traje unas galletas- me sobresalté un poco al oír su voz -¿Qué miras? ¡No seas cotilla!- dijo mientras me aventaba una galleta.

-¡Eh! ¡Que me puedes matar, psicópata!- dije haciendome el dramático.

Ella rió, al ver su sonrisa sentí como mi sangre subía a mis mejillas haciendome sonrojar, lo cual también pasó con ella.

-Eh...Mejor sigamos con el trabajo...- propuso nerviosa.

Yo sólo asentí con la cabeza. Nos sentamos en su escritorio. Volvimos a trabajar.Pasaron unos minutos cuando por fin habló.

-¿Me podrías pasar la engrapadora? Está en ese cajón- ella me indicó el lugar con el dedo y yo me paré para ir a lo que se me pidió.

Abrí un cajón. ¡Mierda! ¡Abrí el de su ropa interior!. Lo cerré rápidamente antes de que se diera cuenta. Abrí otro.

-Oh, aquí est...- fui interrumpido por un empujón que obviamente me dió Lailo.

-Eh...si, si ...Y-yo la saco- empezó tartamudeando.

Yo sin entender asomé mi cabeza sobre su hombro ya que yo era más alto que ella. Sólo pude ver una pequeña libreta lila con puntos blancos con la palabra...¿¡DIARIO?!
Ella tomó la engrapadora y cerró fuertemente el cajón.

-Eh ¿Qué pasa?- decidí hacerme el loco.

-Nada, nada- dijo ruborizada.

-Bueno...- contesté.

Ambos nos sentamos. Su escritorio quedaba frente a la ventana, por lo cual el sol nos daba en la cara. Su cabello morado brillaba , sus ojos recibían un brillo fascinante, sus...¿¡PERO QUÉ ESTOY PENSANDO?!

Terminamos en un par de horas, era hora de que me fuera a mi casa, ya nos hallamos en su sala.

-¡Oh! Que he dejado mi móvil en tu cuarto- dije.

-Sube por él, te espero aquí- dijo sonriente.

-Vale, espera un momento- contesté para subir al segundo piso.

Una vez que no me veía, una sonrisa se pintó en mi cara, fingí para poder subir. Busqué el cajón en el que ví aquella libreta.

-¡Aquí!- exclamé sosteniéndola con una sonrisa maliciosa en mi rostro.
Rápidamente la metí a mi mochila y bajé.

-Lo tengo- le dije con el aparato en la mano.

-Bueno, pues... Adiós. dijo  apenada  mientras abría la puerta.

-Nos vemos en la escuela- dije para por fin salir de su casa.

Escuché como cerró la puerta detrás mío.
Sonreí de lado, Con que tengo tu vida en mi mochila, ¿eh?...