"Tiempo..."

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POV Barbara...

-¿¡Por qué no me lo dijiste?!- Una y otra vez escuchaba ese chillido.

-Porque si te hubiera dicho, ¡no sería una sorpresa!- respondí algo harta.

-Así que por eso estabas tan nerviosa...-

-¡Julieta! Pareces niña pequeña, por favor cállate y sigue empacando- pedí desesperada. Así es, ella estaba empacando sus cosas, iba a vivir en mi departamento por un tiempo, en lo que sus padres aclaraban unas cosas y... Sí, para estar con mi hermano el mayor tiempo posible.
Terminamos de cerrar algunas valijas, y bajamos a la primera planta, en la que Vladimir no esperaba para ayuda con las cosas. Julieta se despidió de su madre y salimos de la casa. Subimos todo a la camioneta de mi hermano para después hacerlo nosotros. Vladimir y Julieta iban en la parte de enfrente y yo en la trasera, todo el camino estuvo lleno de comentarios graciosos y un poco de miel derramada por esos dos.

Cuando al fin llegamos a mi edificio, bajamos de la camioneta tomando algunas cosas entre todos y llevándolas hasta el ascensor. Así hicimos varios viajes hasta terminar de subir todas las maletas. 

-¿A dónde vas?- Preguntó Vladimir, al darse cuenta de que bajaría una vez más las escaleras.

-Eh...Me están esperando- Apreté un poco mis labios.

-¿Armin?- preguntó Julieta sujetando algunas cajas .

-No... tengo que irme, Adiós!- Grité por último para comenzar a bajar las escaleras. No les dí tiempo para contestar cuando ya bajaba algunos pisos. Al quedar en el primer piso, lo vi recargado en el umbral de la entrada.

-Hola linda- 

-Te estaba esperando, andando, tenemos que preparar las cosas-  Me dispuse a avanzar cuando me tomó por el brazo y me acercó a él -¿Qué diablos haces?- pregunté arqueando una ceja.

-Barbara, ¿Piensas darme una respuesta? Mierda, me gustas y sólo lo ignoras!- Reprochó.

-¿Ro...Rodrigo?-

POV Lailo...

Me encontraba en mi casa recostada en mi sofá, miraba una película mientras tecleaba una que otra vez hablando con Spencer. Cuando hablábamos era realmente lindo... en verdad me ayudó.

Me levanté a calentar un poco más de palomitas, cuando el sonido de mi puerta me hizo abandonar mi acción, me acerqué a ésta y tomé la perilla; la giré y abrí. Al mirarlo fruncí el entrecejo algo confundida. 

-¿Qué haces aquí?- Pregunté extrañada.

-Te...tengo que hablar contigo Lailo-  Dio un paso hacia mí, claramente estaba inseguro -Tuve que decirlo mucho tiempo atrás...-

-¿A...Armin?-


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Ahí vamos...

Un odio no normal. Ganadora De Los Premios Wabbys.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora