Aelita
Todo se había acabado. Aquella misma tarde apagamos el superordenador, y con él le dije "adiós" a aquel mundo virtual que un día fue mi hogar. El proyecto de mi padre fue destruido por completo. Eso me hacía sentir algo extraña, pues mi padre ya se tuvo que sacrificar por mí, y aunque ahora sabía que mi madre estaba viva, no estaba feliz. Pero una cosa estaba clara, siempre, durante todo este tiempo mi familia, fueron ellos y ahora no iba a ser menos. Comenzábamos nuestra vida como personas normales, sin una segunda identidad en un mundo virtual en el que éramos los héroes del mundo.
Yumi regresó a su casa, sus padres la estaban esperando para cenar. Jeremy, Odd, Ulrich, William y yo regresamos a Kadic lo antes posible, para que Jim no sospechara de nuestra ausencia, pues ya habíamos faltado a la mayoría de las clases de hoy, y los profesores habrían dado el aviso. El camino de vuelta fue algo extraño, ninguno de los cinco dijo nada respecto al superordenador, y yo no quería ser la primera que dijera que no estaba bien.
-Nunca imagine que lo diría... Escuela por fin aquí. ¡Vamos amigos, la cena nos espera!
-Odd tu nunca cambias...-dijo graciosamente Ulrich mientras cruzábamos la puerta de entrada.
-Vamos... me diréis qué la última batalla no os ha dejado con hambre. -Nos miró con una ceja hacia arriba, esperando respuesta, pero no la logró alguna. Corrió hacia la cafetería y abrió la puerta caballerosamente para que entráramos uno detrás de otro lo más rápido posible. Por lo menos algo estaba claro, el sentido del humor de Odd Della Robia no se había esfumado.
Cogimos una bandeja y recorrimos el camino hasta llegar a Rosa, la cocinera, que nos miró preocupada. Al parecer se había preocupado por nuestras caras largas. Pero no dijo nada, solo sirvió la cena y siguió con lo que estuviera haciendo. Nosotros nos dirigimos a nuestra mesa.
-Bueno, parece ser que la despedida de X.A.N.A, os ha dejado sin lengua. ¿Es que ninguno va a decir nada? -Odd tuvo que hablar y esfumar el silencio.
-Vamos Odd, ¿crees que esto es fácil para Aelita? -Jeremy salió en mi defensa. Le hice un gesto para que no siguiera, porque no necesitaba más escuderos en mi vida. Esa parte en la que era una carga para todos se esfumó hace ya mucho tiempo.
-Basta, Jeremy, te agradezco que te preocupes por mí, pero no necesito que os guardéis lo que pensáis por respeto a mí. No estoy bien por haber apagado el superordenador, pero era nuestro deber. Al fin y al cabo, soy yo quien se ha tenido que sacrificar esta vez para salvar el mundo.-Una lágrima resbaló por mi mejilla, pero entonces me dí cuenta que era mejor sacar lo que sentía que martirizarme por ello.
-Aelita, sabes que siempre estaremos a tu lado. Eso es lo que importa.-William intentó animarme, pero no había manera de que me sintiera algo mejor. Era demasiado pronto.
-Además Aelita, en la tierra o en Lyoko, te ayudaremos a encontrar a tu madre.-Ulrich tendió sus dos manos una hacia Odd y la otra hacía mi. Odd cogió la mano de su mejor amigo y tendió la suya hacia Jeremy. Yo cogí la de Ulrich y le tendí la otra a William quien no dudó en cogerla, y darle la otra a Jeremy.
-Por supuesto. Aelita estamos contigo, en lo bueno y en lo malo, porque somos tus amigos.-dijo Jeremy cuando aún teníamos las manos cogidas, formando un corro.
-Gracias chicos, de verdad. Pero sabéis que para mi no solo sois mis amigos. Sois mi familia, y estoy en deuda con vosotros por acogerme.
-Anda... Princesa, deja las ñoñerías para después de cenar, que se me va a cerrar el estómago.
-¡Odd!- Le llamamos todos la atención. A continuación, nos reimos por su comentario. Porque al fin y al cabo, ahora lo importante, era vivir como personas normales, y dejar de pensar en programas informáticos.
Terminamos de cenar y regresamos cada uno a nuestras habitaciones. Me dejé caer en la cama y me volví hacia el techo dejando la mente por unos segundos en blanco. Quería recordar por última vez Lyoko, despedirme de mi padre y prometerle que encontraría a mamá.
Tocaron mi puerta, y me levanté sin ganas a abrir. Eran los chicos que venían a recogerme para ir a las duchas. Cogí mi neceser, el albornoz, y la ropa limpia. Salí de la habitación cerrando la puerta tras de mi. Seguí a los chicos hasta las duchas, a pesar de saber que si Jim me pillaba en las suyas, me echaría una buena, hasta podría llegar a ser expulsada. Pero no quería estar sola en el baño de las chicas.
-Cada uno a una ducha... Y os lo advierto, no vale mirar. Esta preciosidad de cuerpo es para afortunadas.-Odd como siempre, haciéndose el presumido.
-Quieres callarte. Como pillen a Aelita en nuestras duchas, será expulsada y solo por no mantener la boca cerrada.-Ulrich fue algo duro con él, pero tenía razón.
Encendí la ducha y mientras se regulaba la temperatura del agua, me deshice de la ropa. Entré en la ducha y el agua hizo que perdiera la noción del tiempo, pero por suerte logré enjabonarme el pelo y el cuerpo. Cuando terminé me envolví en mi suave albornoz y salí de la ducha. Los chicos ya habían salido hace un rato, pero se estaban lavando los dientes.
-Aelita pensábamos que te habías ahogado.
-Muy gracioso Einstein. Deberías mejorar tus chistes.-Se me escapó una risita por el comentario de Odd que hizo sonrojar a Jeremy.
-Y tú deberías aprender a cerrar la boca, Odd. -William hizo que Odd se quedará con la boca abierta.
-Haya paz. Solo ha tardado porque es una chica.-Ulrich sorprendió a sus amigos.
-Aquí el sabelotodo, Ulrich Stern, que no es capaz de decirle a Yu...-Ulrich se movió tan rápido como un rayo y consiguió taparle la bocaza a Odd.
-Dejarlo ya... Estoy a aquí, no me he ahogado y no me ha pasado nada.
-Señor...Sí, señor.-dijeron al unísono los cuatro.
-Y ahora, caballeros, voy a vestirme... No os preocupéis por mí.-Volví a la zona de las duchas para ponerme la ropa interior y el pijama. Regresé con el neceser en la mano y el albornoz. Saqué mi cepillo de dientes, puse pasta y lo humedecí para llevarlo a mí boca. Cuando terminé de lavarme los dientes y de recoger las cosas, volvimos por el pasillo a las habitaciones. Nos detuvimos en la habitación de Odd y de Ulrich.
-Aelita...Yo... quería... decirte...-Jeremy intentaba decirme algo, pero el rubor en sus mejillas y el tartamudeo que le salía, no le dejaban.
-Vamos Einstein, que me voy a desplomar del sueño como no acabes.
.¡Odd! -Le miré fulminante y él agachó la cabeza.
-Si quieres puedes quedarte a dormir en mi habitación.-Jeremy terminó de decir lo que quería.
-Gracias, Jeremy. Pero creo que no es buena idea, con Jim en la misma planta. Estaré bien, de verdad.-Me acerqué a su mejilla y le di un beso de buenas noches.-Buenas noches chicos.
-Buenas noches, Aelita.-Ulrich, Odd y William se despidieron a la vez. Recorrí el pasillo de los chicos para llegar a la planta de arriba y llegar a mi habitación.
Cuando llegué, guardé el neceser y colgué el albornoz para que se secara. Después, me peine un poco el pelo y me metí en la cama. Intentando cerrar los ojos para poder dormir.
Estimado lector, espero que te haya gustado el comienzo de la historia. Tal vez no te hayas enterado muy bien de la trama de la historia. Eso será por qué no has visto código lyoko. Así que, si te gustó la historia, y quieres entenderla ve a ver código lyoko.
Un beso y espero sus comentarios.
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Código Lyoko: The New Life
FanfictionAelita y los guerreros lyoko se sumergen en una misión que les condicionará por completo sus vidas. En esta nueva encomienda en la que se embarcan pasarán muchas cosas: amor, desamor, aventura, etc. Si quieres saber que pasa, sigue leyendo. Es una...