Jeremy
Quedaba apenas un mes para que el curso acabara. Estábamos hasta arriba de exámenes, trabajos, y mil cosas relacionadas con las clases. Aparte de todo el estrés que llevaba acumulado, debido al inmenso esfuerzo que estaba poniendo en este último mes, tenía que sumar, que estuve buscando una casa por Suiza e informándome de los colegios a los que podríamos asistir, así como alguna universidad para Yumi y algún puesto de trabajo. También tenía que sacar los billetes de avión, para los cinco. Decidimos que la mejor opción para no levantar sospechas de nuestra partida sería plantear la posibilidad de hacer un erasmus, y para ello teníamos que contar con el apoyo de nuestras familias.
Había revisado, días atrás, la señal que el virus nos proporcionó para saber exactamente a qué parte de Suiza teníamos que viajar. Resultó que nuestro destino era Ginebra. Husmeé en la red para ver como era Ginebra. Según leí, era una ciudad muy bonita y el centro financiero de Suiza. Indagué para buscar los billetes de avión y para nuestra suerte había una oferta, por lo que los vuelos nos salían tirados de precio. También había encontrado un apartamento, para los cinco. Tenía seis habitaciones, tres dormitorios, un aseo, el salón y la cocina. Pero lo mejor del apartamento era que se encontraba en el casco histórico de la ciudad. Cerca de las estaciones de transporte público y de los centros educativos. Por lo que no íbamos a tener que preocuparnos en andar para llegar al colegio.
Sólo quedaba lo más importante. Llevar a cabo el traslado de expedientes, pero eso tenía que ser autorizado por nuestros padres, así que llegaba el momento de poner en marcha la parte en que comunicábamos nuestra petición de traslado a nuestras familias. Nuestros padres eran simplemente conocidos, a pesar de haberse visto alguna que otra vez, pero nunca habían intercambiado palabra entre ellos. Determinamos que la mejor manera de que entablasen alguna especie trato cordial sería concretando una cita entre todos. El lugar de la quedada iba a ser Le Trévise, ya que sería el sitio en el que mejor nos podríamos desenvolver.
-Entonces, está decidido. Mañana a las cuatro pondremos en marcha el plan. -Les comunique, a los demás.
-¿Pero han aceptado todos? -Preguntó Aelita con un matiz de nerviosismo en su voz.
-Mis padres han dicho que sí. -Afirmé.
-Mis padres no saben realmente a lo que vienen. -Aclaró Ulrich.
-Ulrich, pensé que fuiste tú el primero en decir que no habría mentiras. -Le espetó Odd.
-Y lo sé, pero sabes que mi padre se negaría a venir.
-Eso es verdad. -Coincidió Odd.
-Mi madre irá, y mi padre vendrá cuando salga del trabajo. -Dijo Yumi.
-Mis padres, no pueden venir desde Italia.
-¡Cómo que no pueden venir! -Le ataqué verbalmente.
-Tranquilo, Einstein. No me has dejado terminar. Iba ha deciros que están sorprendidos de que quiera ir a estudiar a otro país. Me han enviado una transferencia de dinero. -Me fui relajando a medida que escuchaba sus palabras.
-Eso ya es otra cosa.
-Y yo... También asistiré. -Afirmó Aelita, algo triste. Ella no tenía tutor legal que ejerciera sobre ella. Entonces caí en la cuenta de que se nos estaba escapando un dato importante.
-Odd, una pregunta. ¿Le dijiste a tus padres si podían firmar el traslado del expediente de Aelita? -Me miró algo extrañado.
-No. No me comentaste nada de eso. Además, ¿por qué tendrían que firmarlo ellos?
-Muy fácil Odd. Aelita está interna en Kadic, bajo la mentira de que es tu prima porque es huérfana. Por lo tanto, los únicos que pueden hacer el traslado de expediente son tus padres. -Le explicó Yumi.
ESTÁS LEYENDO
Código Lyoko: The New Life
FanfictionAelita y los guerreros lyoko se sumergen en una misión que les condicionará por completo sus vidas. En esta nueva encomienda en la que se embarcan pasarán muchas cosas: amor, desamor, aventura, etc. Si quieres saber que pasa, sigue leyendo. Es una...