Sentimientos

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Yumi

Seguía sumida en una nube. Ulrich y yo nos separamos para poder recuperar el aire. Él me miro y me sonrió. Mataría por ver esa sonrisa todos los días antes de dormirme y todos los días al despertarme. Pero eso no estaba aún a nuestro alcance, aún quedaban muchas cosas que vivir.

-Ulrich... Espero que esto que acaba de pasar... Haya respondido a tu pregunta. -Le dije, lidiando interiormente con la fiesta de mariposas que revoloteaban por mi abdomen.

-Yumi... Creo que ha sido la mejor contestación que podrías haberme dado. -Si seguía así de romanticón, terminaría por desmayarme ahí mismo.

-Ulrich, deberías volver. No quiero que te castiguen por mí culpa.

-Yumi, si me castigan por esto... Estate segura que volvería a estar castigado. -Le abracé, pillándole por sorpresa, quería volver a sentirlo cerca de mí. Quería abrazarlo tan fuerte que supiera que nadie más podría abrazarle como yo.

-Ulrich... Tengo que volver a casa. Mis padres me esperan, y como tarde más... Hiroki me espiará por la ventana. -Le dije levantando la cabeza de su pecho y mirando sus preciosos ojos marrones.

-Esta bien... Vuelve a casa. Mañana nos vemos. -Me despegué de él. Le sonreí, me dí la vuelta para entrar en casa, pero antes de entrar... Me agarró del brazo, me giró y volvió a juntar sus labios con los míos. Segundos después se separó. Yo mordí mis labios, para recordar la sensación de sus labios. -Pensabas, que te iba a dejar que te fueras, sin el beso de buenas noches. -Esta nueva faceta de Ulrich era totalmente nueva para mí. Era otro nuevo Ulrich, realmente estaba cambiando muchas cosas de él, pero su esencia aun la mantenía. Le sonreí y ahora sí me metí en casa.

-¿Qué hacías afuera, Yumi?

-No te importa Hiroki. -Me alejé de él por el pasillo. Cogí las escaleras y subí a mi habitación a dejar el regalo de Ulrich. Luego lo abriría con todos los demás. Volví a bajar, en la cocina mi padre y mi madre, estaban sentados esperando para cenar. Aunque estuviera llena, ya que habíamos estado comiendo durante la fiesta. No me iba a perder el sushi que mi madre me había preparado para este día.

Me senté en mi sitio y esperamos a que Hiroki se sentara también, Una vez sentado mi madre nos indicó que cogiéramos lo que quisiéramos. Me eché tres trozos, uno de cada uno que había preparado , y no me demoré mucho más en hincarle el diente.

-Mamá está realmente bueno. Gracias, de verdad, gracias por este día. -No sé cuántas veces les había dado ya las gracias, pero es que necesitaba hacerlo.

-Aún queremos darte algo... Aunque no sea nuestra tradición , desde que estamos en Europa os hemos hecho un pequeño detalle el día de vuestro cumpleaños. Así que este año no iba a ser menos. -Mi madre me tendió una caja grande, envuelta con papel de regalo de color oro, y un lazo negro. ¿Ulrich y ella se habían puesto de acuerdo para combinar los papeles, que envolvían sus regalos?

-Otra vez, gracias. Mamá, papá, Hiroki, estoy feliz de que seáis mi familia. Se que no suelo mostrar mis sentimientos muy a menudo, pero alguna que otra vez, esta bien hacerlo. Mis padres me sonrieron. A mi madre se le resbalaban algunas lágrimas de los ojos, pero mi padre se las detuvo con sus pulgares.

No tardé mucho más en terminar de cenar. Y cuando lo hice, cogí mi plato y mi vaso con los palillos chinos y los llevé a la pila. Los aclaré y como siempre hacía fueron al lavavajillas. Después, cogí el regalo de mis padres y me subí a la habitación después de despedirme de ellos.

Antes de ponerme a abrir todos aquellos regalos. Me cambié de ropa y me puse la camiseta del pijama. Me sujeté el pelo en un pequeño moño y me senté en mi cama con las piernas cruzadas. Alrededor mía estaban todos aquellos paquetes. No sabía por cual empezar, pero creo que sí que sabía por cual iba a terminar. Decidí ver cual era el regalo de mis padres. Quité el lazo y el papel y abrí la caja. Dentro encontré la solicitud para sacarme el carnet de conducir. Y un kimono en tonos negros, rojos y dorados. Era casi igual al que llevaba en Lyoko, me lo llevé al pecho y lo estruge, invadiéndome de unos recuerdos que siempre estarían en mí.

Código Lyoko: The New LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora