Daños ocultos

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Aelita

Yumi: Hola, ¿qué tal el día?

Aelita: Muy bien, ¿y el tuyo?

Yumi: No ha estado mal. Pero espero que la tarde vaya mejor.

Aelita: Eso ni lo dudes. -Salimos de la academia y anduvimos las calles de París, rumbo al centro comercial. Cuando llegamos empezamos a mirar todas las tiendas que había. La verdad, es que no sabía muy bien por qué habíamos decidido venir. A Yumi, no es que le apasionen estos sitios, pero ella fue la que lo propuso.

Entramos a mirar alguna que otra tienda, y en alguna, sí que compramos alguna que otra prenda de ropa. Lo más tarde, decidimos mirar algo de ropa interior, no porque fuéramos a mostrarla, sino porque nos hacía falta. Cuando finalizamos las compras, decidimos sentarnos en una cafetería que estaba en el centro comercial.

Camarero: Buenas tardes, señoritas. ¿Que las traigo?

Yumi: Un té, por favor.

Aelita: Para mí... Un capuccino.

Camarero: Muy bien, en seguida os lo traigo. -El camarero se retiró, no sin antes haberle dado las gracias.

Aelita: Bueno Yumi... Creo que tenemos una conversación pendiente. -No sabía cómo sacar el tema, asique decidí preguntarlo sin más dilación.

Yumi: Mmm si... Y encima, he tenido que entregar un trabajo en el cual hablaba de Ulrich.

Aelita: Y por qué escribiste sobre él de nuevo. Sabes qué como se entere volveréis a estar enfadados.

Yumi: Lo sé, pero era un trabajo para literatura sobre "Orgullo y prejuicio", y lo que escribí era lo que más se asemejaba a la trama de la historia. Además intenté no poner su nombre.

Aelita: Bueno, si fue por eso, seguro que lo entenderá. Además, nadie sabrá de quién se trata si utilizaste el anonimato.

Yumi: Aelita, esto es realmente difícil... Me gusta Ulrich, pero hay veces que tiene una actitud tan infantil, que me hace replantearme mis sentimientos hacia él. Además, creo que él no siente lo mismo.

Aelita: Yumi, ¿cómo puedes decir eso?, te recuerdo que casi pasa algo entre los dos. Y no creo que alguien se olvide de una persona en tan poco tiempo.

Yumi: Aelita, realmente, quiero estar con él. Y si por fín estoy dispuesta a admitirlo, pero necesito que él sea quien da el primer paso.

Aelita: Si es lo que quieres, veré que puedo hacer. -La dije, dándole confianza. Nuestra tarde de compras, había terminado. Pagamos el capuccino y el té, y nos pusimos en marcha. Deshicimos el camino que hicimos para pasar la tarde.

Yumi: Aelita, ¿quieres quedarte a cenar en casa?, mi madre estará encantada de volver a verte.

Aelita: Sí es lo que tú quieres, por qué no. Además creo que la cena de hoy en Kadic no es que me encante. Llamaré a Odd para decirle que puede cenar mi plato.

Yumi: Estupendo, verás que contenta se pone mi madre. -Fuimos a casa de Yumi. Su madre, estaba en la cocina preparando la cena. Y cuando me vió, se la saltaron las lágrimas. No recuerdo cuánto tiempo hacía desde que no me veía, pero los padres de Yumi, fueron los que hicieron posible que yo volviera a la tierra, de algún modo.

Estaba realmente emocionada, con la celebración de cumpleaños de Yumi. Esta sería la oportunidad perfecta para que Ulrich le demostrara lo que significaba para él. Y yo iba a ayudarle, no me gustaba estar en el medio, pero en cierto modo, eso fue lo que Yumi me pidió.

Después de cenar como todas las noches, nos fuimos a las habitaciones. Pero aún quedaban cosas, que matizar con Ulrich, con respecto a la fiesta. Odd, estaba de capa caída, desde que volvió de comprar así que se fue a su habitación, Jeremy también, ya que seguía trabajando en el programa y dijo que quería hacer unos cuantos comandos más antes de irse a dormir. Yo y Ulrich nos quedamos en el pasillo.

Código Lyoko: The New LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora