Camuflaje

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Aelita

Anduve con Odd por el camino que llevaba hasta la Ermita. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, provocándome frío. Una sensación que era fruto de la soledad que sentía en esos momentos. Ya no había nadie que me recordará los momentos felices que pasé aquí. Cuando mi madre fue secuestrada, el único que fue capaz de hacerme vivir el día a día fue mi padre. Pero ahora, sin mi madre y sin mi padre, todo era más difícil. Ir a la Ermita, me pareció buena idea, pero también me provocaba inquietud y malestar. Era la primera vez desde que apagamos el superordenador que venía aquí.

-Princesa... ¿Te encuentras bien? -Me preguntó Odd, cuando vio que me frené en seco delante de la imponente fachada.

-Ajá... Es sólo... Me trae algún que otro recuerdo de mi padre. -Odd posó su mano en mi hombro y me dio un ligero apretón. Sabía que estaba conmigo en esto y que no me iba a dejar sola, no ahora.

-Va entremos. -Cambió su mano a la curvatura de mi espalda, animándome a entrar con él.

Los cristales, siguen rotos, las paredes con sus grafitis, las hojas de los árboles cubrían parte de los escalones de la entrada. Una ola de recuerdos me invadió. Recordé la primera vez que llegué a mi casa. Fue mientras estaba haciendo un trabajo de campo con Jeremy. Me perdí en el parque, en el cruce, asustada, la visión de un lobo me vino, y corrí tomando uno de los cuatro caminos. Finalmente, me tope con esta gran casa, en la que alguna vez viví. Como la primera vez que la tuve ante mi. La sensación de preocupación por si había alguien se apoderó de mí. El sonido de las hojas meciéndose por el viento, no era muy favorable para mí en estos momentos. Vi como Odd, pasó por delante mio subiendo al porche. Corrí a su lado, no quería separarme ni quedarme sola. Odd, abrió a la puerta, y un nauseabundo olor a cerrado se hizo con nuestras fosas nasales. Me tapé mis vías respiratorias con mi antebrazo y tosí levemente para expulsar el aire que había inhalado. Seguí a Odd al interior.

-¿Princesa, por dónde empezamos a buscar? -Me sacó Odd de mis pensamientos. Eché un vistazo rápido desde la entrada y opté por el salón. Ahí teníamos una inmensa librería, que probablemente nos fuera de ayuda.

-Vayamos al salón. Allí está nuestra biblioteca personal. -Odd se encaminó al salón. Cuando llegamos, todo estaba tal cual lo dejamos la última vez que estuvimos todos juntos aquí. Me acerqué a la estantería dónde estaban los volúmenes. Empecé a echar un vistazo, de izquierda a derecha y de arriba abajo. El polvo no me dejaba ver con claridad los lomos de los libros. Cogí aire, soplé lo más fuerte que pude, y la nube de polvo que cubría gran parte de los tomos, se volatilizó. Ahora, si podía observar los dorsos de los libros.

-¿Qué libro buscamos, exactamente? -Preguntó Odd.

-No sé... Busca haber si hay algún albúm de familia. Yo buscaré algún diario.

Busqué con la vista, pero lo único que conseguía ver eran un montón de libros sobre informática cuántica. Sabía que mi madre era una genio de la informática y que muchas veces ayudó a mi padre, pero tener tanto manual me estaba volviendo loca.

-Aelita... Aquí no hay nada interesante. Sólo hay libros de física.

-Odd no es física, es informática cuántica. -Le corregí.

-Bueno pues eso. El caso es que a tus padres parecía importarles más la informática cuántica que su familia. -Sus palabras me dolieron. Borré la sonrisa de mi cara, y al ver que no le contesté, se dio cuenta de lo que había dicho. -Lo siento, Princesa. No quería ofenderte. -Se disculpó sabía que no lo decía aposta.

-¡Odd!

-¿Qué pasa? ¿Encontraste algo?

-No. Tu respuesta me ha dado una idea. Y sí es verdad lo que dices, y sólo les importase su trabajo. -Vi que Odd, me miraba incrédulo. -Lo que quiero decir es que como estaban bajo búsqueda... Tal vez, escondieron los recuerdos familiares en estos libros. Como dices son tan aburridos que nadie pensaría que guardarían algo.

-¡Aelita eres una genio! Manos a la obra, a sacar libros. -Odd se animó y empezó a sacar libro tras libro. Los meneaba, pasaba sus hojas en forma de abanico, y tocaba las tapas de los mismos, por si tuvieran algún doble fondo. Yo hice lo mismo.

Tras un rato de mirar libro por libro, nos dimos cuenta que nos quedaban los dos últimos. Uno lo cogió Odd y el otro yo. Lo miré detenidamente. La tapa era completamente negra con una ilustración centrada de una especie de núcleo atómico con varias órbitas a su alrededor. Por su apariencia, parecía ser un libro normal, como todos los libros anteriores que estuvimos mirando. Toqué con mis nudillos la tapa por si sonaba a hueco. El sonido que hacía era algo peculiar. Decidí abrirlo. El papel que cubría la cubierta por el interior, estaba algo levantado. Tiré de la esquina superior izquierda. Para mi sorpresa, encontré una foto mía con mi madre. La dejé ahí por ahora. Seguí echando un vistazo al tomo. No parecía contener nada más, hasta que me paré a leer detenidamente alguna línea.

       "No quiero ser aguafiestas. Pero a Franz se le esta yendo el proyecto de Franz de las manos.           Temo por nuestra salud, porque nuestras vidas sean perjudicadas por este proyecto, ligado           a la Guerra Fría..." 

Cerré el libro de inmediato.

-¡Odd lo tengo. Es un diario de mi madre! ¿Tú has encontrado algo? -Le pregunté también

-Emm, creo que sí. En cualquier caso, deberíamos marcharnos, está anocheciendo.

-Si volvamos a Kadic. Coge el libro y yo me llevaré este. Ya les echaremos un vistazo más detenidamente. -Odd, se puso de pie y salimos del salón, y de mi casa cerrando la puerta. Descendimos las escaleras, y continuamos andando por el camino. Llegamos al cruce y cogimos el sendero de vuelta a la escuela. El parque ahora era algo más siniestro. La oscura luz que se apoderaba del lugar, llegaba con la brisa nocturna, el silbar del follaje de los árboles y los sonidos de los animales nocturnos. Estaba acostumbrada a salir de noche por los ataques que hacía X.A.N.A, pero especialmente hoy, me sentía desorientada.

Por fin llegamos a Kadic, cruzamos la cafetería y nos fuimos directos a la habitación de Jeremy, ya que suponíamos que los demás estarían allí. Espero que hayan tenido la misma suerte que nosotros.

¡Feliz día de San Valentín! 

Como dije en el capítulo anterior, hoy es un día cualquiera. Pero quería por lo menos felicitaros el día para aquellos que sí pensáis que se debe celebrar el día del amor. Dicho esto, os digo que este capítulo me gustó tanto escrirbirlo, ya que tuve que indagar y eso hizo que descubriera alguna que otra cosa. Así que, espero que os haya gustado tanto como a mí. Como siempre os digo, os espero por los comentarios. 

PD: Os avisaré cual será el capítulo que tenga que ver con San Valentín.

Att: la escritora.

Código Lyoko: The New LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora