Desorden

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Odd

Volvíamos a Kadic, después del cumpleaños de nuestra amiga. Me lo había pasado fantásticamente, tenía que repetir esto de ir de fiesta. Eran las diez y media cuando salimos de casa de Yumi, por lo que teníamos media hora para llegar a las academia. Íbamos con tiempo, pues no queríamos jugarnos un castigo con el gordo de Jim. Aunque a mi me daba igual. Romeo, se quedó un momento con Julieta y nosotros nos fuimos. Nos dijo que nos cogería pero estábamos entrando por la arquería del parque, y aún no había aparecido. Como no llegase a tiempo me tocaría cubrirle y esto me lo pagaría como que soy Odd Della Robia.

Entramos al bloque de los dormitorios y subimos al primer piso, donde nos despedimos de Aelita. Lucía fantástica, por como iba vestida y porque conservaba una sonrisa de oreja a oreja, desde que Einstein nos dijo que había conseguido el programilla.

Aelita subió las escaleras para ir a su habitación y nosotros dos nos metimos a nuestras habitaciones. Me deshice de los pantalones, aunque primero tuve que quitarme los zapatos. Y luego de la camiseta. Me vestí con el pijama, y me metí en la cama. Kiwi, se acercó para que le acariciara. Pobre chucho llevaba todo el día solo y no le había hecho caso. Le dí las buenas noches a mi perro y me dí la vuelta, para dormir.

Un silbido continuo y de felicidad, me despertó. Me giré algo malhumorado y ahí le vi. Ulrich acababa de llegar. Estaba contento, ¿pero por qué? Me incorporé en la cama, sin que él me viera porque estaba de espaldas a mí, abriendo su cama. Se empezó a cambiar de ropa.

-Cof, cof... -Carraspeé para que me sintiera. -Me has despertado.

-Lo siento. -Se disculpó y siguió con lo que estaba haciendo que era ponerse la camiseta del pijama.

-Mmm... no vas a decirme por qué vienes tan contento.

-Hoy no, Odd. Mañana, tengo sueño.

-Qué pena, porque me he desvelado. -Le espeté.

-Vamos, seguro que no llevabas ni diez minutos dormido. -Se excusó.

-No, pero ya estaba profundamente dormido. Ahora, me volverá a costar dormirme, y todo por tu estúpido silbidito.

-Odd... No me creo que te despierte un silbidito y la alarma del despertador ni te inmute. Estabas despierto esperándome.

-Ulrich... Me has pillado... ¿Qué ha pasado con Yumi? -Levanté las cejas para insinuarle y que hablara.

-Nada. -Dijo poniéndose tan rojo, que parecía un tomate.

-¿Estás seguro? Tu cara no dice lo mismo. -Le piqué, sabía que cantaría más pronto de lo que parecía.

-¡Odd, eres un pesado! ¡Nos besamos! -Me gritó enfadado.

-¡Stern, Della Robia. A dormir! -Jim nos gritó desde el otro lado de la habitación.

-Oh... Ulrich, tu amor ha despertado a el gordo de Jim. Mañana te hará correr.

-Eres tan estúpido...

-Lo sé, pero soy tu mejor amigo y por algo será. Cuéntame, ¿qué tal besa Yumi?

-No te importa.

-¡Uy! Veo que alguien se ha puesto de mal humor. Entonces tendré que averiguarlo por mí mismo. -Me encogí de hombros, sabía que Ulrich estaba al límite. Pero era tan gracioso ver como se avergonzaba de sus sentimientos.

- Odd, te lo advierto como toques a Yumi...

-Eh, Amigo... Tranquilízate, solo estaba bromeando. Yumi es toda tuya. -A Ulrich le salía humo por las orejas, y yo no podía aguantar más mis ganas de reír. Era un poco malvado, pero era verdad que me había desvelado, así que le tocaba también sufrir un poco.

- ¡Odd me voy a dormir! -Pues sí que se había cabreado el Romeo.

-Buenas noches, Ulrich. Sueña con tu Julieta -Me empecé a reír, pero su almohada me dio de pleno en la cabeza. -¡Ay!

-El karma, tío. Lo siento. -Dijo sarcástico y echándose a reír.

-¡Ulrich me las pagaras! -Me dí la vuelta, y cerré los ojos. Ulrich seguía tronchándose de la risa. Pero cuando vio que no le prestaba atención se calló. Ahora sí. La paz y el silencio reinaban en la habitación.

PI PI PI PI PI

(Alarma)

La alarma sonaba y sonaba. Me dí la vuelta y me tapé la cabeza con la almohada para que el molesto sonido cesara. Pero nada, era inútil. Me levanté de la cama y apagué la alarma del despertador. Miré en el calendario que había pegado en mi armario. Pero sí era domingo. ¡por qué suena la alarma a estas horas! Maldito Ulrich, se le olvidó quitarla.

Volví a la cama, miré a ver si Ulrich estaba despierto. Pero nada, Romeo seguía soñando con Julieta. A saber qué cosas estaría soñando. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo solo de pensarlo, que me volví a tumbar en la cama y me dormí.

PRESENTADOR: Con todos ustedes, el magnífico e inigualable... Odd Della Robia. -La gente gritaba y aplaudía. Estaban eufóricas en aquella pista de baile, mirando al escenario donde yo me encontraba, sonriéndome. Las mujeres de la primera fila estaban casi babeando. Normal estos músculos no los tenía nadie más. La música empezó a sonar, y yo comencé a moverme al ritmo de ella. Era música disco, por lo que decidí tomar referencia de las clases de Jim Morales, mi profesor gordo de gimnasia. La gente empezó a gritar más aún y a bailar siguiendo mis paso. Estaba en tan contento, disfrutando de esta experiencia. Que acabaría rendido.

-¡Odd quieres, callarte! ¡Odd!, ¡Odd despierta!. -La voz de Ulrich, comenzó a desvanecer mi magnífico sueño. Me movía tan fuerte que parecía querer tirarme de la cama.

-Ulrich... -Dije con voz soñolienta.

-¿Quién si no? -Dijo volviendo a su cama, para hacerla. -Sabes... Me has despertado con tus estrepitosos gritos, de qué se yo qué.

-Habló... Estaba soñando. Ulrich, tenías que haber estado allí, era genial. Las chicas me adoraban y gritaban mi nombre, mientras se les caía la baba.

-Odd... No me interesan tus sucios sueños. Mejor guárdatelos para ti. -Se fue al armario a sacar su ropa. Yo me levanté e hice lo mismo, deslizando los pies y moviendo los brazos hacía arriba, como una entrada triunfal. Rebusqué por mi ropa. No encontraba nada con qué vestirme aquella mañana de domingo. Tiraba la ropa, por detrás de mi cabeza, intentando vaciar el armario para ver si en el último lugar de aquel maldito mueble había algo del rollo para poder ponerme.

-¡Odd!

-Ulrich deja de llamarme, me vas a borrar el nombre de tanto gritarlo. Ya sé que me quieres, pero... nuestro amor es imposible.

-Serás egocéntrico. No te borraría el nombre, si fueras algo más... ¿Cómo decirlo? ¡ORDENADO! -Chillo, a los cuatro vientos esa última palabra que me penetraba y rompía los tímpanos.

-¡Shhh!, despertará a Jim.

- Jim llevará despierto unas cuantas horas ya. ¡Quieres hacer el favor de recoger, todo esto! -Dijo, tenía el ceño fruncido. Con los ojos casi salidos de las órbitas, daba realmente miedo.

-Ulrich, estás insoportable, cuando tienes novia. Creo que deberías cortar con Yumi. Pero tranquilo, recogeré esto. -Ulrich, se vistió lo más rápido que pudo, sin mediar palabra. Luego cogió el picaporte de la puerta y lo abrió. Cuando salió cerró con un portazo. Este chico...

Querido lector. Antes de saber cuáles son los regalos del cumpleaños de Yumi... Toca sufrir un poco. Prometo que la espera para saberlo será más llevadera. Espero que os haya gustado el capítulo. ¿Qué pasará entre Odd y Ulrich? 

Besos

Att: la escritora. 

Código Lyoko: The New LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora