Fichiers

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Ulrich

Fui con Yumi a la biblioteca de Kadic. La verdad no sabía muy bien que íbamos a buscar, por qué no conocíamos mucho a la madre de Aelita. Y por si fuera poco, en las bibliotecas solo había libros de gente importante.

-¿Yumi... exactamente qué hay qué buscar?

-Si te soy sincera, no lo se. Esto es como buscar una aguja en un pajar.

-Entonces... Llamaré a Einstein para preguntarle. -Saque el teléfono y marque el número de Jeremy. Sonaron tres tonos antes de que su voz sonara por el auricular.

Ulrich: Einstein, podrías echarnos un cable... Vale se lo diré a Yumi... Gracias, Einstein. -Colgué la llamada. y le comuniqué a Yumi por dónde teníamos que empezar a buscar. Andamos por los corredores, que indican en un cartel que libros comprendían. Después de recorrer dos pasillos, llegamos al correspondiente, al de física cuántica e informática cuántica. Era un gran pasillo. Me asusté al ver lo grande que era, pues nos llevaría un buen rato tener que revisar todos los libros. Christine, la bibliotecaria de las tardes en Kadic, se acercó a nosotros.

-Ulrich, Yumi... ¿Puedo ayudarles? -Preguntó.

-Claro. Por qué no. -Respondió antes Yumi. Me volví hacia ella. Christine esperaba con una amplia sonrisa en sus labios a que le dijéramos lo que necesitábamos.

-¿Christine, tenéis algún archivo de profesores anteriores a la señorita Hertz? -Pregunté para evitar preguntas innecesarias.

-Mmm... Creo que sí. Pero están en el archivo de la academia.

-Verás... es que me han mandado un trabajo de investigación y necesito saber algo sobre un profesor anterior a Suzanne. -Improvisó Yumi.

-Mmm veré que puedo hacer. Pero si me dais el nombre, tal vez, encuentre algo. -Yumi me miró y yo la asentí.

-Franz Hopper. -Transmitió Yumi. Vi como a Christine le cambió la cara, pero enseguida volvió a lucir la sonrisa de antes. Se había tragado la trola que le había dicho Yumi. Me quedé embobado mirándola. Sus rasgos eran tan hermosos, que podría estar mirándola sin cansarme todo el rato. Adoro como el color de su pelo enmarca sus ojos negros, ligeramente rasgados. Que destacaban sobre el color pálido de su piel. Hacía que Yumi fuera auténtica. Noté como se giró y me pilló infragantis, mirándola, deleitándome con su perfecta fisonomía. Sentí un ligero ardor en mis mofletes. Retiré la mirada de ella.

-Esto es todo lo que he encontrado. -Christine me salvó de aquella situación, de la cual no sabía por qué me avergonzaba. Al fin y al cabo, ahora estaba con Yumi.

-Gracias Christine, nos has servido de ayuda. -Yumi cogió de las manos de la bibliotecaria la carpeta marrón que sostenía. Me percaté de su débil color rosado en sus mejillas.

-No hay de qué. -Nos devolvió el agradecimiento, y empezó a caminar hacia su sitio. -Estos adolescente... -Oí que decía casi doblando la esquina de uno de los pasillos para llegar a su lugar, de este antro. Miré a Yumi, que sonreía avergonzada, del comentario de la bibliotecaria.

-Anda... Volvamos. -Me acerqué a ella, y entrelacé mis dedos en los suyos. Comenzando a andar dirección a la salida. Ella apretó la unión de nuestras manos. Me sentía vivo con ella, como un chico completamente nuevo, completo y feliz.

Sentía el roce de la pulsera que le regalé. Ese roce me daba seguridad, pues si ella llevaba la pulsera, eso quería decir que de alguna manera era importante para ella. Los abalorios que colgaban de la esclava, los seleccioné aposta. Eran significativos para ella y para mí. Tenía partes de ella como de mí. Por eso pensé que sería el regalo perfecto. Aunque he de decir que conseguirlo me costó lo mio. Tuve que discutir con mi padre para que me adelantara la paga. Por qué si no, iba a ser imposible conseguir el regalo perfecto para ella. Pero a fin de cuentas, mereció la pena haber discutido con el inhumano de mi padre.

Atravesamos el campus cogidos de la mano. Mientras andábamos, nos encontramos alguna que otra cara conocida como las de Milly y Tamiya que estaban grabando alguna noticia para el periódico del colegio. Pero en cuanto nos vieron su guión dio un giro de trescientos sesenta grados, pues centraron la noticia en nosotros.

Milly: ¿Ulrich, por fin te has declarado a la señorita Ishiyama? -Preguntó mientras Tamiya grababa.

Yumi: Mmm, chicas tenemos algo de prisa. -Yumi tiró de mí y empezó a correr en dirección a las habitaciones. Era la única forma de librarme de contestar a las preguntas de esas dos chicas.

Subimos las escaleras corriendo también. Nos paramos enfrente de la habitación de Jeremy a recuperar el aire. Vi que Yumi aún sostenía el portafolios que Christine nos dio minutos atrás. Abrí la puerta de Einstein. Él se dio la vuelta en su silla para vernos, se subió las gafas, y volvió a su lugar en el escritorio.

-Hola Jeremy, parece que somos los primeros en volver. -Saludó Yumi que aun tenia la voz algo agitada, Nos sentamos en la cama.

-Sí, al parecer Odd y Aelita lo están teniendo más complicado.

-Eso será por qué no te pidieron ayuda.

-O por qué en la Ermita habrá más cosas personales de su madre. Vosotros sólo habéis conseguido el registro como profesor de Franz Hopper. -Me contestó Jeremy.

-Por cierto, ¿por qué querías esto y no algo relacionado con su esposa? -Preguntó Yumi, que al igual que yo, no conseguía descifrar el enigma.

-Os he pedido esto. Por qué podré contrastarlo con sus diarios. Creo que el gran hallazgo lo traen Aelita y Odd. -Jeremy volvió a lo que estaba haciendo. Que era revisar nuevamente todos los archivos que el padre de Aelita grabó constatando cómo iba el virus para el proyecto Cartago.

La puerta se abrió de repente. Dejando ver a nuestros dos amigos, los cuales llevaban dos libros, uno cada uno. Me fijé en la portada de uno de ellos. Tenía una estructura atómica impresa en él. ¿Por qué habrían cogido, libros de química?

-¿Qué tal os ha ido? -Preguntó Yumi curiosa.

-Pues la verdad es que muy bien. -Respondió Odd triunfante.

-Odd, eso son libros de química. -Le dijo dudosa Yumi.

-Sí. Pero no son libros cualquiera. Esconden el diario de Anthea Hopper. -Soltó emocionado Odd.

-Tu madre, era una auténtica experta en camuflaje. -Le dijo Yumi a Aelita.

-Lo sé. A ninguno se le hubiera ocurrido mirar en esos libros. Excepto a Odd.

-¿Estas diciendo, que Odd metió la cabeza en esos libros y no en los suyos? -No daba crédito a lo que estaba escuchando.

-Por supuesto. Fue él quien me dio la clave para iniciar la búsqueda en ellos. Si no llega a ser por él, hubiésemos vuelto con las manos vacías. -Estaba flipando.  Odd cuando quería era una auténtica caja de sorpresas. Si prestara algo más de atención, y se centrara más, seguro que conseguía aprobar. Pero le podía más la buena vida, que estudiar.

Seguimos descubriendo alguna pequeña cosa de la historia. Espero que os haya gustado, se que es corto pero como ya dije en otros, habrá capítulos largos y cortos. 

Sigo escribiendo y lo que se viene tiene tela, pero para que quede realmente bien, necesito unos cuántos detalles, que ta vez, tú puedas darme. En primer lugar, necesito la fecha de cumpleaños de Aelita, he indagado pero no la he encontrado, si alguno la recuerda, estoy encantada a que me la comparta. (si no la sabéis admito sugerencias de fechas). Además, necesito cuadrar el origen de procedencia de la familia Hopper, es decir, de dónde viene Aelita. También lo he estado buscando, pero no he encontrado nada más que de la región escandinava. Y creo que esos dos detalles son los que necesito. Admito todo tipo de sugerencias. Gracias : )

PD: Se que en Kadic no hay secretaria, que son los profesores los que hacen las guardias, etc. Pero como es un Fanfic, he considerado oportuno cambiar alguna cosilla. El nombre de la bibliotecaria es inventado, claro esta que es francés, pero no es real. ¡Ay, se me olvidaba! Otra cuestión importante es el nombre de la mamá de Ulrich. 

Att: la escritora.


Código Lyoko: The New LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora