¿Una cita?

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Odd

Salí de clase nada más terminó. No quería que mis amigos se siguieran cachondeando de mí, puesto que había conseguido un logro personal y sinceramente, no pensaba que Ulrich hubiera podido conseguir esas notas. Pero Romeo nos ha dado una gran lección a todos.

 Ahora solo tenía que cumplir con la apuesta y todo seguiría su curso. Sin embargo, la apuesta todavía estaba lejos, y la preocupación prioritaria era decidir qué iba a hacer con el teléfono de la dependienta.

No era una chica fea, ni mucho menos. Su pelo naranja hacía que pareciera una muchacha explosiva. Eso era una de las cosas que me llamó mucho la atención y sumaba puntos a favor. La luz que me transmitieron sus ojos y la seguridad con la que hablaba me cohibieron, y por esa razón cambié de opinión en la tienda, y para mi suerte el otro atuendo no se quedó de escaparate.

Veía un inconveniente en quedar con aquella dependienta y era que aún mantenía un insignificante vínculo con Sam. Samantha fue realmente la única chica que consiguió llevarse todo de mí, me absorbió de tal manera que ahora cada vez que la veía sentía una atracción hacia ella. Pero su rechazo me dolía todavía más, saber que todo se fue a la mierda por un distanciamiento. Bueno no solo fue por eso. Samantha tuvo otra relación cuando emigró por el trabajo de sus padres, y que la iniciara sin haber acabado la nuestra (si se podía llamar así), me jorobó bastante, pero a eso se le sumó la mentira que me coló el día del concurso de monopatines de hace ya unos años.

 Sam se llevó toda mi atención en el corto periodo de tiempo que estuvimos saliendo. Ella merecía tener toda esa atención. Era tan igual a mí... Pero las circunstancias, hicieron que la chica de piel chocolate regresara a Francia, sin expectativas en volver con nuestra relación, rota definitivamente por el concurso de monopatín del año 2007.

14 de Julio de 2007

El concurso de monopatín que lleva celebrándose años atrás, se festejaba en Kadic. Odd Della Robia, le pidió a su compañero y amigo Ulrich Stern que acudiese como espectador al concurso.

Antes de dar comienzo al concurso, Odd se puso toda la protección necesaria desde coderas, hasta casco.

Jim se topó con los dos muchachos en las escaleras para acceder a la doble rampa que habilitaron en el gimnasio de la escuela.

-Amm increíble. Si que entiendes de monopatines, Jim. - Bromeó Ulrich.

-Si mucho. Hasta fui campeón del roller derby de los años setenta. -Contestó el profesor de gimnasia.

-Pero prefieres no hablar del tema. -Volvió a intervenir Ulrich con la frase que Jim Morales solía siempre decir.

-En realidad me encantaría, pero no tengo tiempo. -Dijo algo interesado. Al finalizar la conversación con el chico moreno, tocó el silbato dando comienzo al torneo de monopatines.

Los dos primeros concursantes tuvieron una estrepitosa caída que hizo que los descalificaran. Las siguientes, una pareja de dos muchachas, no tuvieron mucha suerte tampoco y chocaron en la intersección de las dos rampas, siendo descalificadas también. El siguientes fue Odd, quién dio una verdadera exhibición de nollys, backflips, y otras piruetas, consiguiendo llevarse toda la ovación del público.

-¡Ahí lo tenéis la combinación perfecta de habilidad y elegancia! Es decir, tengo clase. -Odd se echó unas cuantas flores así mismo, mientras una muchacha de piel negruzca se puso frente a él.

-Eh, Odd. ¡Te has salido colega!

-Sa, sa, sa... ¡Ay! -Balbuceo cayéndose al suelo, sin dar crédito a la chica que veían sus ojos. 

Código Lyoko: The New LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora