Capítulo 2: Nueva Familia y Sustos que dan gusto

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Nos fuimos corriendo, sacamos nuestros boletos y nos dirigimos a nuestros asientos por suerte nos toco juntas, no tenía nada en mis manos para guardarlo arriba igual que Melody, casi empezaba el viaje hasta que... una aeromoza nos habló.

–Disculpe ¿Eres Alejandra Erdmann? —asentí con la cabeza— bueno usted tendría que estar en la primera clase.

Melody y yo nos miramos con asombro.

–Y de casualidad... ¿Hay un lugar extra para mi amiga? —hablé—.

–Lo siento señorita, no hay... —de repente un señor la interrumpió—.

–Disculpe, estoy dispuesto de cambiarme de lugar por ella.

El señor cambio de lugar por Melody y nos emocionamos, nos fuimos por nuestros nuevos lugares y le hable a la aeromoza que me atendió.

–Disculpe pero... ¿quién me compro el boleto de primera clase?

–Ah sí... un tal Tyler Weels se lo compró —después me guiñó—.

La aeromoza se fue y voltee a ver a Melody y no faltaba que empezaría enfadarme con eso.

–Iurs... ese Tyler te ama mucho —bajo y subió sus cejas mientras que lo decía un tono burlón en español—.

–Ay cállate Wereja —puse mis ojos en blanco—.

–Ok tranquila... no te molestaré pero enserio, ¿Quién carajos es el?

–La verdad que no sé quién es y no me interesa, quizás sea un conocido de la familia o yo que se —obviamente sabía quién era el o algo así, pero de todas maneras me siento terrible en mentirle pero no tengo opción—.

–Está bien te creeré.

Después de esa mini discusión platicamos las baboseadas de siempre y llego un punto que nos quedamos dormidas mientras que yo estaba escuchando Avril Lavigne y Shawn Mendes que me hicieron tranquilizarme, son mis dos canadienses favoritos espero encontrarme uno de ellos en este viaje.

Horas después...

Nos despertamos y la aeromoza nos avisó que ya llegamos a nuestro destino. Bostezamos y nos estiramos mientras que esperamos a que la gente se bajará o la mayoría se saliera. Fuimos unas de las últimas personas en salir del avión; nos dirigimos directamente en buscar nuestras maletas y las personas que nos recibirán en su hogar. Melody ya había encontrado su familia temporal y la muy terca no se quiso ir porque no quería que me quedara sola.

–¡Anda wey, vete con tu familia! —le hablaba en español—.

–Pero no te quiero dejar sola.

–Lo sé cariño pero te veo que estás muy cansada... vete a descansar, ¿si?

–Esta bien estúpida, pero cuando llegues a tu casa me mandas un WhatsApp... ¿vale?

–Vale. Te amo —le dije mientras la abrazaba—.

–Yo también me amo.

–Ni llevamos media hora y empiezas con tus mamadas... ¿Nunca vas a cambiar verdad?

–Así amas wey.

–Lo se, te amo, ¡te hablo después!

–Yo también te amo —me volvió a abrazar y se fue—.

Parecíamos una pareja lesbiana... pero la verdad me valdría mucho lo que digan los demás yo sé quien soy y nadie podrá dallarme. Minutos después mire una señora que sostenía un cartel que decía "Erdmann" mi apellido y fui directamente con ella.

Intercambio [S. M.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora