Capítulo 89: ¿Me quieres perder?

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Alejandra POV

Unos momentos antes

Nuevamente salí a caminar o más bien lo que hice fue salir corriendo de todo aquello me hacía feliz. Estaba derramando lágrimas, no podía contenerlas, miré a Shawn tan confundido y por favor que ya empiece a odiarme, ya no quiero lidiar más con su sonrisa o su perfecta actitud que siempre me ha demostrado.

Llego a ver a unas bancas y fui a sentarme en ellas, tuve la cabeza agachada con mis manos sosteniendo mi cabeza, he estado llorando mucho y a veces llega a doler. Me destroza estar así. Perfecto, ahora me toca la maldita lluvia ¿algo más quiere agregar?

Les juro que miré un rayo, tuve suerte que no me haya tocado. El lugar ya se hizo de noche y todavía no regresaba a casa, no podía poner un pie en ese lugar, cualquier cosa me haría llorar, dejaría muy lindos y inclusive feos recuerdos de ese lugar. Uno de los más apreciados para mi fue cuando conocí a Shawn en su cuarto, yo estaba cantando y como él me dice me vió cantando, recuerdo que estuve súper sonrojadisima, estaba segura que iba explotar de la vergüenza pero al menos así con el tiempo nos hicimos grandes amigos o casi algo más. O aquella vez que Shawn me regaló un oso gigante por aceptar la tocada y además me hizo una carta reconociendo ese momento o esa vez que Shawn, Aaliyah y yo jugamos al Monopolio y me hice pasar vergüenza cantando una canción de Shawn en la ducha.

Tantos momentos tan inolvidables, y más ganas de llorar nacieron. No quiero abandonar este lugar, me trajo la alegría que una vez había perdido, aprendí a que siempre tienes que enfrentar a tus enemigos y no quedarte callada, aprendí un poco aceptarme tal cual como soy. Especialmente aprendí amar a alguien, siendo yo misma y sin ningún cambio de personalidad, aunque esa parte me gustaría quitar mis problemas tanto la ansiedad y depresión pero eso se trabaja.

–¡ALEJANDRA! ¡¿EN DÓNDE ESTÁS?!

Escuché a alguien gritar mi nombre, alcancé ver que había una luz como de una lámpara pero no sé quién es el que está manejando ese aparato. No quiera voltearme, no tengo ni ganas y ni la fuerza de eso.

–¿Alejandra?

No tuve de otra. Volteo y era él, un Shawn mojado gracias por la lluvia, veía sus ojos muy brillosos ¿yo provoqué eso? Por favor no.

–Ahora ¿me puedes decir que sucede?

Intento quitar mis lagrimas pero gracias a la lluvia me las cubre.

–No es para...

–¿QUÉ NO ES PARA TANTO? —me interrumpe— Alejandra —se sienta a mi lado— dime que te sucede, estos dos días te haz comportado rara conmigo y quiero saber porqué.

No podía hablar, había perdido la voz, sentía un nudo en la garganta, simplemente me salieron más las lagrimas, en vez de contestar salgo ignorándolo. Empiezo a llorar y llorar más.

–¡ALEJANDRA!

Sentí como él corría, ni siquiera tengo las fuerzas para correr o tan siquiera para seguir viviendo, esto como dije con anterioridad, me destroza. En eso pude sentir su mano en la mía, me agarró y al instante me besó, fue el típico beso en la lluvia pero en vez de parejas felices y enamorados, yo estaba destrozada. Nos despegamos y nuevamente nos pegamos pero nuestras frentes y me mira.

–Por favor, dime de una vez que te iras. —Me sorprendí—.

–¿Qué? —ahora si pude pronunciar una palabra y el valor de mirarlo—.

–Ya lo sé Alejandra, ya sé que te iras este jueves.

–Shawn yo... —me calló besando—.

Intercambio [S. M.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora