Llovizna.

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Narra Angela.

- Gracias por venir, y por regalarme tantas alegrías hoy.- le abracé nuevamente. Sentí que mi corazón aceleraba su ritmo, Sebas cerró los ojos, se estaba inclinando a mí cuando me acordé de su novia y me aparté. - ¿Y Elena?- pregunté con seriedad. Sin contestar, me besó haciéndome sentir mariposas en mi estómago y de repente un chaparrón inició. Nos separamos al escuchar una bocina. Eran sus padres desde el auto. Había algo distinto en Sebas, y me gustaba, tenía más seguridad, más confianza, más iniciativa.

- Chau.- me saludó mientras yo le observaba boquiabierta con los ojos ampliamente abiertos. Me posó un nuevo beso y tierno en los labios y se fue al auto, completamente empapado por el chubasco.

Entré a casa completamente feliz, sin dudas, había sido uno de los mejores días de mi vida.

- Angela, estás toda mojada.- me decía Jazmín incrédula.- ¿Por qué estas tan contenta?

- Por nada.- decía cuando Valentín me lanzó una toalla en la cara.

- Querrás decir Sebas.- canturreó Cel.

- ¿Te quedarás a dormir, preciosa?- le ofreció Jazmín.- No queremos que te empapes toda.- declaró.

- Wow, gracias, Jazmín.- sonrió la rubia.

- Val, dormis en mi habitación conmigo .- decía la mayor. - Cel en la tuya y así todos descansamos tranquilos.

- No me molesta compartir habitación con Cel.- indiqué.

- ¿Segura?- me consultó Jazmín.

- Sí.- afirmé completamente feliz.

-¿Qué pasó con Sebas?- me preguntó Celentin una vez en mi nueva habitación.

- Nada...- sonreí acostándome en mi cama.

- Tu sonrisa no parece ser por nada.- señaló Cel.

- Bueno, es que no sé si puedo decírselo.- después de todo no sé por qué Sebas me besó estando con Elena, pero por su forma de no querer hablar de ella, me da la impresión de que no están bien las cosas entre ellos.

Soñé con él y que volvía a besarme pero esta vez éramos interrumpidos por Elena llorando.

- ¡Eres igual a tu madre! ¡Una maldita amante!- me gritó provocando que me despierte de golpe.

- ¡No, no soy como ella!- exclamé con el pulso agitado.

- ¿Qué te pasó?- despertó Cel.

- Fue una pesadilla que espero que nunca se vuelva realidad.- declaré llorando.

- ¿Queres hablar sobre ella?

- No, olvídalo.- suspiré.- Perdón por despertarte.- me disculpé.

- ¿Segura?

- Te lo aseguro.- forcé una sonrisa y seguí durmiendo.

Al siguiente día, el sol brillaba, mi cabeza me dolía ya que no había logrado dormir con tranquilidad desde aquella pesadilla. Me llegó un mensaje de Malena que quería verme en el parque por la tarde, al parecer, quería pedirme ayuda con un problema de matemáticas que ni Sebas entendía. Entonces accedí a ayudarle antes de que Sebas me preguntara.

4. La Niebla Siempre Con Nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora