Tornado.

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Narra Benjamín.

"Queda confirmado, nada ni nadie es mejor que vos." decía el post de Sil, unos diez minutos después Bella nos pidió vernos en el Roller y nosotros fuimos.

- Es una oportunidad para ponerlos celosos.- decía Sil. -¿Qué tal si entramos abrazados?

- Te acepto de la mano.- indiqué tomando la suya sonrojandola.- ¿Te sentís bien?

- Es que nunca imaginé que el chico más guapo del Blake me tomaría de la mano.

- Sabes que solo te ayudo con esta locura de los celos por Bella ¿no? ¿o es acaso una excusa para acercarte a mí?

- No, digo, sí sé que lo haces por Bella como yo por Tomi, pero no es una excusa para acercarme a ti.

Al llegar al Roller, la cara de Tomás era clara, estaba molesto por verme de la mano con su novia, mientras la de Bella combinaba muchas expresiones. Se veía incrédula y seria a la vez, con una esencia de tristeza pero ni una pizca de celos.

- Escúchame, Sil, te tengo que explicar.- decía Tomi cesando el silencio en la mesa.

- ¿Cómo puedo confiar en que me dirás la verdad?- cuestionó Sil desconfiada.

- A ver, él no hizo nada malo, solo...- decía Bella abogando por Tomás provocando que me molestara.

- Solo te invitó a su casa para que le dediques una serenata. Super casual lo suyo ¿no?- cuestioné logrando que se callara. Pero de sus melodiosos ojos podía leer una frase: "No es lo que parece"

- ¿Desde cuando desconfías tanto de Bella? Nos conoces perfectamente, no seríamos capaces de traicionar, Bella odia las mentiras.- declaró Tomás, ahora él la defiende.

- Si se conocen tanto, quédense juntos, pero aléjense de nosotros.- respondió Sil levantándose de su silla mientras yo seguía estudiando a Bella con la mirada.- Benja ¿venís?

- Están perdiendo todo por una escena de celos. ¿No lo ves?- cuestionó Bella comenzando a llorar, me partía el corazón verla así.

- Explícame, ¿qué hacías en la casa de Tomás cantándole?- interrogué dándole una oportunidad para hablar.

- Bueno y-yo...- decía nerviosa sin encontrar palabras.

- Ni siquiera puede pensar en una excusa.- interrumpió Sil tomandome de los hombros y alejándome con la duda en mente. Sentía un tornado de emociones en tensión, amor, celos, confusión, enojo, tristeza y miedo de que realmente me estuvieran traicionando.

- Sil, no podes ser tan impaciente.- le dije.

- ¿Y dejar que te engañe?

- Bella detesta mentir.

- Que deteste hacerlo, no significa que no lo haga.- respondió clavándome una espina más en cactus de sentimientos.

Pasamos por unas florería y compré unas rosas. Sil se me quedó viendo confundida.

- No tenías que...- decía ella pensando que se las regalaría mientras les adhería  una nota.

4. La Niebla Siempre Con Nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora