Luna Llena.

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Narra Sebas.

- ¿Me tocarías una canción en la guitarra?- me preguntó Angela cuando la cuidaba.

- No sé cuál tocar...- dije nervioso. - Además, no me acuerdo ninguna canción entera.

- Entonces busca en mi cuaderno de música, cuando tomaba clases me enseñaron varias de Reik.- indicó. - Toca la primera que reconozcas para poder cantarla.

- Lo voy a intentar.- suspiré sacando la guitarra de su funda.- Desde ya, perdón si hago un papelón.- dije tras ver al azar alguna partitura.

- No digas eso, seguro lo haces bien.- dijo ella alentándome a cantar. Suspiré para mis adentros dispuesto a dedicarle la letra mientras me acomodaba la guitarra y comenzaba a tocar.

- Soy tu mejor amigo, tu pañuelo de lágrimas, de amores perdidos.- canté regalándole una sonrisa.- Te recargas en mi hombro, tu llanto no cesa, yo solo te acaricio.- seguí notando como sus mejillas se enrojecían y sus ojos se cristalizaban.-  Y me dices por qué la vida es tan cruel con tus sentimientos. Yo solo te abrazo y te consuelo. Me pides mil consejos para protegerte, de tu próximo encuentro, sabes que te cuido.- vocalicé con intención de que ella sepa que siempre iba a cuidar de ella. - Lo que no sabes es que yo quisiera ser ese por quien te desvelas y te desesperas. Yo quisiera ser tu llanto ese que viene de tus sentimientos.- si tan solo ella supiera que realmente quisiera ser por quien me desvela y desespera. -Yo quisiera ser ese por quien tú despertaras ilusionada. Yo quisiera que vivieras de mi siempre enamorada.- cante cuestionándome por qué recién me percato de que seguramente Angela me gusta más de lo que pensaba. Ella solo se me quedó viendo mientras sonreía entre lágrimas. -Tú te me quedas viendo, y me preguntas si algo me está pasando, y yo no sé que hacer, si tú supieras que me estoy muriendo, quisiera decirte lo que yo siento. Pero tengo miedo de que me rechaces y que solo en mi mente vivas para siempre.- continúe cuando mi ritmo cardiaco se aceleraba, traté de ocultar lo que siento por miedo a su rechazo y estropear nuestra amistad que apenas estaba arreglando. - Por eso, yo quisiera ser ese por quien te desvelas y te desesperas. Yo quisiera ser tu llanto ese que viene de tus sentimientos. Yo quisiera ser ese por quien tú despertaras ilusionada. Yo quisiera que vivieras de mi siempre enamorada.- vocalicé acercándome a ella, atraído por su brillo al sonreír. - Yo quisiera ser...tu llanto, tu vida. Yo quisiera ser tu llanto, tu vida.- acabé encontrándome con la mirada que en un mundo ideal, habría pensado que era de enamorada. Ella dijo algo entre un suspiro que no pude descifrar.

- ¿Cómo?- sonreí nervioso.

- Digo, em, sos mi mejor amigo.-  mi indicó, rompiendo mi corazón sin saberlo.

- Ah, sí, vos también sos la mía.- asentí guardando la guitarra en su lugar. - ¿Te gustó?- pregunté sin saber realmente si sonreía por agrado o por cortesía o incluso quizás burlonamente.

- Me encantó.- declaró acariciándome por dentro, sin realmente tocarme.

- ¿Enserio?- consulté incrédulo de lo que mis oídos escuchaban.

- ¿Cómo te voy a mentir?- me sonrió abrazándome con su ternura. Si fuese por mí, estaría así por siempre. Quisiera ser el dueño de sus abrazos. Quisiera tener el valor de llevarla a pasear a la luz de la luna llena. - Te quiero.- me dijo.

- Y yo también te quiero.- declaré cuando volví a tener un beso proveniente de sus labios benditos. Pero acabó demasiado pronto para mi gusto.

4. La Niebla Siempre Con Nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora