Primavera.

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Narra Sebas.

En mi primer semana en España lo había pasado mejor de lo que había pensado, y ahora con Angela aquí, la alegría se potenció.

- Angela ¡arriba!- la desperté a besos al siguiente día.

- Buenos días.- sonrió ella abrazando mis frazadas.

- Te ves muy angelical dormida, pero si no te apuras llegaremos tarde.- le indiqué.

- De acuerdo.- asintió  levantándose y yendo a alistarse a su habitación que era vecina.- Lista.- dijo frente a mi puerta cuando tomé su mano y fui a desayunar con ella. Estábamos mejor que nunca, sin secretos ni malentendidos.

- Buenos días, enamorados.- sonrió Korina de pie frente a nuestra mesa.- ¿Cómo habéis pasado la primera noche?

- Muy bien.- respondió Angela.

- ¿Te vas a sentar?- le pregunté a Korina.

- Me encantaría, pero tengo que terminar con ciertos asuntos presidenciales. Nos vemos.- saludó retirándose.

- ¿Siempre es así?- me preguntó Angela.

- ¿Responsable? Sí.

- ¿Ustedes desayunaban juntos?

- Sí, ¿por? Es agradable ¿no?

- Quisiera poder decir que no, pero por ahora es de las chicas más decentes.

- ¿Decentes?- reí, esa palabra no era una que usara Angela regularmente.

- Sí, se le nota igual que tiene ganas de algo con vos, pero mientras no interfiera en lo nuestro, supongo que podríamos incluso ser amigas.- me sonrió.

- ¿De verdad?

- Si te hace feliz...

- Mucho.- asentí acercándome a ella para besarla hasta que se apartó.

- No nos podemos besar en los pasillos ¿recuerdas?

- No estamos en un pasillo.- señalé y la besé.

- Oye, Sebas, cuídate de sus dientes, oí que muerde.- dijo un chico interrumpiéndonos.

- No les hagas caso.- le dije a Angela para que no se preocupara.

- Estoy acostumbrada a dar una primera impresión mala.- sonrió ella con malicia volviendo a besarme.

- Sebas, te estamos esperando para ensayar.- me llamó una compañera.

- Ah, bueno.- asentí.

- ¿Ensayar qué?- preguntó Angela sorprendida.

- ¿No te lo mencioné? Me anoté con Korina para la obra del colegio y quedamos como protagonistas.

- Por eso estuviste tan ocupado...- observó ella. - No sabía que actuaras.

- Es que no lo hago, pero Korina me convenció de participar diciendo que era para una buena causa y que mi voz bastaba para darme un rol en la obra. 

- ¿Algo más que deba saber?

- Creo que no.- reí. - ¿Querés venir a ver los ensayos?

4. La Niebla Siempre Con Nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora