¿Han escuchado el verso de: "todas las cosas malas vienen juntas"?
Pues, es cierto. A la vez que una parte se dobla todo lo demás se empieza a dañar, se vuelve inservible y inútil.
Había llegado hace unas horas a Los Ángeles con mucha emoción por ver a mis chicas, a Shawn, a mi tía. Esta última persona, con muchas ganas.
Estaba desempacando ya que no había nadie en la casa, cuando recibo una llamada de mi hermana Kim. Contesté y escuché sus sollozos.
—¿Kimberly estás bien?
—Debes venir al hospital, por favor.
Dicho eso colgó la llamada. Tomé mis llaves y corrí hacía mi auto. Mi mente comenzó a recordar la vez que llamaron a mi padre diciendo que mi madre se había desmayado en supermercado. Cuando llegué la llamé ya que no la encontraba en la sala de emergencias.
—¿Qué ocurre Kim? ¿Dónde estás?
La vi entré la gente y corrió hacia mí. La abracé y comenzó a llorar.
—¿Qué sucede?
—Es tía..
Me tomó de la mano y me llevó al área de oncología. Pasábamos habitaciones y se detuvo al frente de una puerta.
—Está esperándote..
—Kimberly, Kim, no, otra vez no. Por favor ya no más. Kim— comencé a gritarle y llorar sin control.
—Debes entrar Starly, debes hacerlo.
Abrí la puerta y la vi. No sabía describir lo que sentía en este momento. Estaba pálida, sus labios partidos y morados, sin nada de cabello y ojos rojos de tanto llorar.
—Mi preciosa Starly.. lo siento..
Corrí hacía ella y la abracé.
—No me dejes ahora por favor, te necesito tía, te amo, por favor debes mejorar, por nosotras.
—Prométeme que no dejarás tus sueños, creo en ti Starly y siempre lo haré. Por más duro que creas que son las cosas, no dejes de soñar, te amo mucho.
—No, no, no te despidas, tía no, basta, por favor.
Todo pasaba tan rápido, la máquina a nuestro lado comenzó a sonar y su agarre se iba debilitando.
—¡No! ¡Tía no!
—Señorita salga por favor.
—¡No me toquen! ¡Suélteme maldita sea! ¡Suéltenme!
***
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Estuve llorando en el estacionamiento por mucho tiempo, hasta que sentía que mi cabeza iba a explotar. Me bajé del auto y caminé hacía mi habitación y cuando abrí la puerta me encontré con Shawn sentado en mi cama. Frente a él una caja roja. Corrí hacía él y lo abracé fuerte.
—Perdóname por favor— lo escuché llorar.
Me separé de él para verlo y había estado llorando por mucho tiempo.
—¿Qué?
—Te amo a ti, lo sabes Starly, te amo como nunca he amado a alguien y tengo miedo en perderte, no quiero perderte. Soy imbécil, nunca debí hacerlo y estoy muy arrepentido. Por favor Starly, por favor no me dejes.
Me senté en la cama sin entender y él se arrodilló y me hizo entrelazar nuestras manos.
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—¿De qué estás hablando Shawn?
Me miró sin entender y dijo lo que jamás pensé oír de su boca. Éste día sería parte de uno de mis peores días.
