—Justo cuando iba a hacerlo, Shawn tocó la puerta del baño. No pude hacerlo, no quiero hacerlo, no quiero que sufran. No quiero yo sufrir.
—Starly, ¿qué piensas qué te llevó a hacer esto?
Comencé a llorar.
—No lo sé, siento que no puedo más. Todas estás cosas, están acabando conmigo.
Se levantó de su asiento y se sentó a mi lado a abrazarme.
—No eres la única chica en el mundo que sufre de esta manera. Este dolor que sientes es temporal. Crees estar sola, crees no poder, pero sí puedes hacerlo, todo tiene solución. Sé que no la ves, que es difícil del alcanzar, pero hoy acabas de encontrarla.
—Necesito salir de esto ya.
—¿Has tomado tus antidepresivos? Iré personalmente a tú casa, para nuestras secciones, pero necesito recluirte, una semana para hacerte evaluaciones. Depende de esa semana que te quedes interna o no.
Asentí limpiando mis lágrimas.
—Llama a alguien a que venga por ti.
Llame a Shawn y no tardó mucho en llegar.
—¿Qué ocurre?— preguntó alarmado a ver mi cara hinchada por tanto llorar.
—Lo siento, de verdad lo siento— dije abrazándolo.
Me apretó entre sus brazos.
—Hablará contigo en la casa, Starly recuerda empacar lo necesario.
Tomé su mano y lo hice caminar fuera del edificio. Al llegar al auto le di mis llaves y cuando iba a subir me detuvo.
—Starly, cariño dime que pasa, odio verte así, dime que puedo hacer para verte mejor.
—Tú lo has hecho todo Shawn. Gracias por estar aquí.
Tomó mi barbilla y besó mis labios.
Me abrazó una vez más y subimos al auto. Condujo hasta la casa y preparé la maleta. Él me ayudaba acomodando las cosas mientras que yo trataba de buscar como decirle.
—¿A dónde irás? ¿Irás de vacaciones?
—No..
Cerré la maleta y lo miré.
—Mi sicóloga necesita hacerme unas pruebas.
—¿Pruebas? ¿De qué?
Me senté en la cama y suspiré nerviosa.
—No he tomado mis antidepresivos desde que me los dieron, estoy muy deprimida, hoy tuve unos pensamientos qué no son los correctos y estuve a punto de cometer un error, realmente lo siento, ahora sé qué no es la manera adecuada, ni la solución.
Él sólo guardaba silencio, pasó sus manos por su cabello con desesperación.
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Su mejillas comenzaron a tornarse rojas y sus ojos se aguaron.
Sabía de qué le estaba hablando. Se arrodilló ante mí y puso su cabeza en mis rodillas.
—Todo esto es mi culpa, lo siento amor, lo siento, no sé qué haría sin ti, por favor perdóname, debí cuidarte, no puedo imaginarme vivir sin ti Starly, ¿lo entiendes? eres todo para mí.
—Shawn, mírame, nada de esto es tu culpa, por favor mírame.
Limpié sus lágrimas cuando me miró y acaricie su mejilla.
—Jamás pensé que alguien podría amar a una persona tan destruida por dentro como lo era yo. Tú eres la razón por la que quiero vivir el resto de mis días.
