CAPITULO 5 BIENVENIDA AMOR A TU PARAISO O INFIERNO, TU DECIDES

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Hana llego con sus captores finalmente a una mansión en pleno centro de Estambul era hermosa de dos pisos, y con la estructura clásica de su país Turquía, con grandes jardines, así que no pudo evitar sentir emoción, al respirar de nuevo el aire en su amado y añorado país.

Camino delante con la frente erguida, porque Ashraf no la vería humillarse o suplicar, esa era una satisfacción que jamás le daría.

Entraron en la sala y fueron recibidos por la ama de llaves, una señora como de 60 años, con un rostro muy amigable, que enseguida le sonrió al verla.

—Eres muy hermosa niña, ahora entiendo porque mi Ashraf se volvió loco por ti.

Por como se expresaba con tanto cariño de Ashraf le sugería que era alguien con el que había convivido por mucho tiempo, incluso podría tratarse de su nana.

—¿Donde esta?- pregunto secamente

—Esta esperándola en la biblioteca- informo la mujer sin dejar de brindarle una cálida sonrisa.

Los hombres de Ashraf iban a acompañarla pero ella lo detuvo diciéndole

—Solo indíquenme el camino, dudo que pueda huir nuevamente.

—Yo la guiare- indico Sural tomándola del brazo con mucho aprecio.

Ahora si se permitió corresponderle a la mujer con una sonrisa, después de todo ella no tenia la culpa de trabajar para Ashraf y dudaba que ella supiera de su secuestro.

Al llegar a la gran puerta de doble hoja, Sural se despidió y ella entonces abrió la puerta y entro.

El estaba de espalda al ventanal y ella contuvo la respiración, un cumulo de emociones se apodero de su ser y no pudo evitar que su corazón latiera a mil por hora, allí estaba el hombre que debía odiar, pero que a su pesar seguía amando

Como si presintiera su presencia el se volvió de inmediato y sus ojos azules la arroparon con tanta intensidad que ella quedo petrificada, pero no de temor, sino del poder que el aun tenia sobre ella y sus emociones.

Estaba mucho más guapo, si eso era posible, con el cabello más crecido, una incipiente barba y vestido de manera muy informal, pantalón café y una franela color gris de manga larga.

El también la detallo, esos ojos que eran su obsesión ahora lo estaban mirando de nuevo y sintió como la vida volvía a su cuerpo, porque este ultimo mes solo había sobrevivido, había comido porque su nana lo obligaba, y en las noches el licor era su única compañía, tratando en vano de olvidar, pero acaso eso era posible, olvidarla a ella era como olvidar una parte de si.

El había pensado que el amor después de los que sucedió con Aysel era algo que jamás volvería a experimentar pero basto ver esos ojos verdes, esa mirada inocente y altanera de una niña de 15 años para que su corazón volviera a sentir, tal ves para mucho el amor a primera vista era una fantasía, un mito, algo imposible, pero el solo sabia que cuando dos almas estaban conectados como ellos todo era posible. Estaban destinados el uno por el otro, el solo ejecuto la orden dada por ese destino que ya estaba escrito.

Y lo había vuelto a hacer al traerla de nuevo, el se había convertido en el titiritero que movía los hilos a su conveniencia, ahora solo le quedaba hacerle entender que su destino era estar juntos, y haría lo que sea para lograr que ella lo amara, a pesar de ella misma, y si no lo lograba, entonces solo le quedaría pedirle a Allah que le eximiera la terrible agonía de seguir viviendo sin su amor.

Hana se obligo a salir de su ensimismamiento y fue la primera en hablar.

—Cuando pensé que no podías caer mas bajo, sucede esto.

HANA, EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora