CAPITULO 39 ULTIMATUM

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Los días siguientes fueron de mal en peor, Ashraf llegaba cada vez mas tarde, alegando que tenía reuniones, juntas o mucho trabajo relacionado con la expansión a Japón y china. Aunado a eso a Hana le vino su periodo y las hormonas empezaron a jugar con sus emociones.

Todas las noches lloraba y cuando Ashraf llegaba la consolaba sabiendo que ella se ponía así por culpa de su periodo.

Pero no era solo eso, pero el no lo sabia, no sabia los celos que la estaban consumiendo y entonces decidió que ya era tiempo de conocer a su rival.

Mañana iría a la empresa y haría que Ashraf la despidiera y si no lo hacia es porque ciertamente tenían algo.


Así que que al día siguiente a las 10:00 en punto estaba vestida y lista para salir.

Estaba decidida a ir a la empresa y conocer a la dichosa asistente personal.

Assam la llevo sin comentar nada.

Cuando llego al Consorcio saludo a la recepcionista y decidió hacer unas investigaciones previas, no fue difícil sacarle información a la parlanchina mujer quien se notaba a leguas que era una chismosa de primera y una tumba abierta. Pero aparte de decirle que la asistente de su esposo era la "Súper asistente", la mejor, la que le llevaba toda la agenda a su jefe, que era prácticamente la mano derecha de el, no soltó prenda sobre una supuesta relación, quizás, pensó Hana, porque se lo tenían muy bien calladito y eran muy discretos.

Cuando iba a la oficina no podía dejar de pensar que al trabajar juntos, no tenían necesidad ni de pagar un hotel,pues podían fácilmente hacerlo en su oficina, esa idea la lleno de asco.

No toco, porque hacerlo, era su esposa y así se lo haría saber a la amante.

Lo vio entonces detrás de su escritorio revisando unos documentos que su súper asistente le había entregado y ella opinaba algo, que poco le importo a Hana, lo único que le importo fue ver que ella estaba muy pegada a el, con una esa sonrisa coqueta en sus labios y se lo quería devorar con los ojos.

—Buenas tardes, disculpen la intromisión-dijo con doble intención y una furia interior creciendo dentro de ella.

Ashraf se quedo muy sorprendido de verla allí, la morena se enderezo y Hana creyó ver un reto implícito en su mirada. ¡Vaya que si era atrevida!.

—Hana que haces aquí- pregunto el dirigiéndole una sonrisa hermosa, que ella ignoro.

—Estaba aburrida en casa y quise venirte a ver- dijo en un tono meloso totalmente fingido, pues lo que quería era asesinar a los dos, pero no iba a darle a el gusto a la asistente de que la viera perder la compostura y su dignidad.

—Ashraf, volveré luego, un placer verla Sra.Rahamm – inquirió con hipocresía la Asistente.

Ashraf se puso de pie para ir hasta su esposa y le dijo

—Me encanta que me vengas a ver- iba a darle un beso en la boca pero ella le volteo la cara y manifestó

—No me dijiste que tu asistente era muy guapa-le reviro sin poder disimular su molestia.

—Si lo es,- reconoció y supo que ella estaba celosa, así que añadió con sinceridad- pero sabes que yo solo tengo ojos para ti.

—No quiero que ella este cerca de ti.- puntualizo alejándose de sus brazos

—Estas celosas porque no hay motivo....

—Si estoy celosa-confeso - y quiero que la despidas ya.

Ashraf no daba crédito a la exigencia de su mujer pero a la cual no accedería por considerarla injusta. No podía despedir a una eficiente trabajadora solo por los celos infundados de su esposa. Ademas donde estaba la confianza que se supone le tenia.

—Hana se que últimamente has estado anímica y emocionalmente inestable pero no tienes que tomar esa actitud.

Esa actitud condescendiente por parte de Ashraf termino molestando aun mas a Hana que lo confronto.

—No son mis emociones que me están haciendo una mala jugada- le grito- simplemente no la quiero cerca de ti, cuando entre estaba prácticamente encima de ti, te miraba con adoración, Ashraf yo se que ustedes fueron amantes

—Quien te dijo eso- pregunto sorprendido que ella supiera de la relación que tuvieron cuando estuvieron separados en estos 5 años.

—No importa quien lo hizo, lo se y punto.

—Quizás debí ser yo quien te lo dijera, es cierto Keyla y yo tuvimos una relación, fue mi amante, fue el tiempo que estuvimos separados, Cuando te fuiste debo reconocer aunque no me enorgullece me acosté con algunas mujeres en un vano intento de arrancarte de mi corazón, pero eso fue algo intranscendental, paso en varias oportunidades pero acabo, y así ella lo entendió. – la tomo por los hombros y mirándola fijamente le sostuvo y reitero- todo termino hace tiempo, ahora solo nos une una relación estrictamente laboral.

—Pero aun la mantienes aquí, y nada menos que como tu asistente personal.

Ashraf aspiro una fuerte bocanada de aire intentando no perder la paciencia y decidió buscar entonces una solución viable y razonable donde ambas partes no se vieran afectadas y puntualizo:

—Si te molesta pediré que la remuevan de cargo, incluso si quieres la enviare a otra empresa, pero no la dejare en la calle porque se que necesita el empleo

Estas desicion tuvo es efecto no esperado porque Hana se enojo aun mas ante su deseo de proteger a "su amante" o ex amante.

—Que generoso, cuidas de ella- replico con sorna- tu siempre cuidas de las personas que te importan

Ashraf empezó a perder la paciencia y le refuto.

—Hana deja los celos, no tengo nada con Keyla, y con ninguna otra mujer, entiende que la única mujer que me interesa eres tú.

—No te creo- mantuvo su posición. No iba a transigir de ningún modo hasta que no viera a esa mujer fuera de la empresa y de la vida de Ashraf.

El se vio afectado por sus palabras y así lleno ahora de rabia también espeto:

—Crees que sigo teniendo algo con Keyla, en tan bajo concepto aun me tienes.

—Prueba que no es así, despídela- le dio el ultimátum sin bajar la guardia.

Ashraf y ella por unos minutos parecieron tener un enfrentamiento interno.

Finalmente el la miro con determinación para informarle:

—No lo haré, porque ella necesita el empleo, y tu tienes que aprender a confiar en mi, si no lo haces es porque realmente eres tu quien no me ama.

No lo escuchaba, no le importaba lo que dijera, solo quería que la alejara de su lado, y mantendría su posición

—Es tu última palabra- pregunto con un nudo en la garganta

—Si- reafirmo el con seguridad

—Entonces no tenemos nada de que hablar.

Y salió de allí con la cabeza en alto tratando de mantener un poco de su dignidad pero el corazón roto.

Al salir la vio conversando con la recepcionista y al muy víbora le dirigió una sonrisa de triunfo.

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HANA, EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora