CAPITULO 6 AL AMOR NO SE PUEDE OBLIGAR

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Hana cayo en un sueño profundo apenas se cambio y su cabeza toco la almohada, quizás producto del cansancio del viaje, las diversas emociones experimentadas, y la falta de alimento la hicieron sentir muy débil y exhausta.

Cuando abrió los ojos ya había oscurecido y se obligo a salir de su letargo, miro a su alrededor esperando que su vista se adaptara a la oscuridad. En el fondo había una lámpara encendida.

Se removió y prendió ahora la lámpara que estaba en su mesita de noche y hubo mayor luz.

Ahora detallo el cuarto era muy espacioso, decorado en tonos neutros, las cortinas en un marrón claro y la cenalefas un marrón mas oscuro, en la mesa de noche, había también una peinadora con un gran espejo.

Había una puerta a un lado que se imagino era el baño y se dirigió a el.

Se le antojaba tomar un baño pero no tenia ropa, ni nada.

Así que después de hacer sus necesidades fisiologías, regreso al cuarto y allí estaba una mucama quien le dijo:

—Que bueno, que ya se ha levantado Sra. El señor me pidió que viniera a ver si se había despertado, sino que la dejara dormir.

— Quería darme un baño pero no tengo ropa-le dijo con pesar.

—En su vestier tiene toda su ropa, venga.

Intrigada Hana la siguió y al abrir la puerta del vestier quedo boquiabierta al ver toda la ropa que allí había, vestido hermosos, pantalones, suéter, zapatos de todos los modelos y colores, y en una neceser que la mucama le abrió había ropa intima

—Todo es suyo, el Sr. Rahamm envió a comprar todo esto, para que no le faltara nada a su llegada aquí.

Hana no salía de su asombro y la mucama le dijo:

—La ayudo con su baño-se ofreció la diligente mujer previendo su vendaje.

—No gracias-negó-yo puedo sola.

—Esta bien entonces la dejare sola para que pueda darse su baño y vestirse, El señor Rahamm la espera para cenar

—Como es tu nombre- le pregunto a la joven

—Samira Sra.

—Samira puedes decirle al Sr. Rahamm que no cenare, no tengo hambre y quiero seguir descansando.

Y en parte era cierto, se sentía muy agotada como para tener otro enfrentamiento con Ashraf, solo quería poder dormir y olvidarse de todo

—Esta bien se lo diré

Cuando Samira salió ella se despojo del vendaje y sintió una punzada en sus costillas, tal vez no era buena idea quitárselo pero de ningún modo podía bañarse con el, a la par no tenia sus analgésicos ni los antibióticos que le pusieron pues todo quedo en casa de Aimé.

Debía ingeniárselas para llamar a su amiga porque no entendería su desaparición escogió una pijama, ropa intima y se dirigió al baño.

Al salir se volvió a poner el vendaje como pudo y se introdujo en la cama dejando que Morfeo se llevara todas sus preocupaciones.

Ashraf entro en la habitación semi-oscura y se acerco a la cama para detallar que Hana dormía, vio ese moretón en su cara que lo lleno de culpa por no poder haberla protegido de ese miserable

Decidió esa noche no dormir allí, lo haría cuando ella misma lo decidiera, bastaba haberla traído obligada ahora entendía debía darle su espacio y esperar y tener fe que el amor que el le tenía fuera suficiente para derribar todas las murallas que los separaban.

HANA, EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora