CAPITULO 28 LA SINCERIDAD DE TU AMOR

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Al salir finalmente del baño Hana adquirió el valor suficiente para decirle

—Ashraf puedes llevarme a una farmacia

—Que paso Hana, ¿te sientes mal?- el salió de la cama de inmediato visiblemente preocupado y llego hasta ella

— No, en realidad, es que...yo..... – Sus mejillas estaban totalmente teñidas de rubor y tartamudeaba pero finalmente lo soltó- me llego mi periodo y como sabes no tengo toallas, necesito que me lleves a comprarlas, y algo para el dolor porque siempre me dan unos cólicos horribles y...- hablaba atropelladamente y rápido producto de la vergüenza que sentía. Como se vino a arruinar así este momento de intimidad entre ellos, el la debía estar odiando o peor sentiría asco

Pero lo que vio en sus ojos no era para nada odio, tal vez si un poquito de frustración, era natural, lo que vio en sus ojos fue dulzura, comprensión y cariño y también de pronto vio una expresión de ¿diversión?, Lo que faltaba que el se burlara de ella, estaba ahora indignada y mas aun cuando el dijo con una amplia sonrisa burlona

—Es eso cierto?, no lo puedo creer

Si se estaba burlando de ella, no bastaba que ella estuviera avergonzada, le lanzo una mirada fulminante, como podía tener tanta falta de tacto.

El al ver su indignación la abrazo y dándole un dulce beso en la frente le pidió disculpas

—Perdóname, es que no pudiste ser mas inoportuna querida- acoto en broma

—Oye no lo hice a propósito- riposto ella casi a punto de llorar. Otra cosa que no podía evitar cuando tenía el periodo, ponerse excesivamente sensible. Que rabia!!!

—Vamos vístete, te llevare a la farmacia.- le dijo el con esa maravillosa sonrisa que la hizo olvidarse de todo.

Fueron a la farmacia y el insistió en quedarse en el auto, ella sabia que era porque le avergonzaba que lo vieran comprando toallas sanitarias. Su carácter tal vez un poco machista o solo era orgullo de hombre lo hacían considerar que esa no era tareas propias de hombres.

Ella por su parte agradeció que no la acompañara pues así pudo tomar una caja de anticonceptivos indicada por su ginecólogo y que ya tomaba pero debía abastecerse de más porque sin dinero y sin su madre que se las comprara no podía correr el riesgo.

Todo pasa por algo y ella haría caso a las advertencias del destino. También agrego a su cestica el Ibuprofeno para el Dolor

Pago con la tarjeta que el le dio y volvió al auto rápido

Tan pronto se monto ella el arranco y evito por supuesto comentar sobre sus compras.

Esa tarde Ashraf decidió visitar a su padre, así que ella la paso sola en su cuarto, tampoco tenía ganas de salir.

La noche anterior había sido muy ajetreada dejándola exhausta pero feliz, y ahora los cólicos horribles con los que tenia que lidiar cada mes.

En la casa decidió acostarse y se tomo dos ibuprofeno pero aun así el dolor persistía.

Apenas ceno y luego se fue quedando dormida cuando por fin el analgésico parecían estar haciendo resultado. Quería estar bien para continuar pronto con su luna de miel.

Porque eso era su luna de miel.

Lo último que pensó antes de quedarse dormida es que Ashraf estaba tardando mucho en llegar y eso la preocupo e inquieto.

Despertó en la madrugada o eso creía porque la habitación estaba a oscuras y al quererse mover unos brazos fuertes se lo impidieron.

Ashraf estaba a su lado, completamente dormido y la mantenía abrazada.

HANA, EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora