Capítulo 2

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Una semana había pasado del doloroso momento que les había tocado vivir. Ahora les tocaba afrontar la realidad, una rutina diaria. Peter debía volver a la facultad y a la empresa. Y Ori a clases.
En la empresa “Sabatini construcciones” se había tomado una decisión. Como Peter era muy chico y no tenía tanta experiencia en el rubro, su tío de corazón, Carlos, el mejor amigo de Ova, había tomado la presidencia, pero con una clausula en su contrato. Las decisiones tenían que ser aprobadas por Peter antes de cerrarlas. Siendo una especie de Vicepresidente.
Cuenta Ori:
Todavía no caía, tenía en la mente la idea que estaban de viaje, y que ya iban a volver. Era tan doloroso caer en la realidad de que no volverán. Extraño tanto los abrazos de mamá y la ternura de papá. Pero si hay algo que de verdad me ponía mal era sentir que también estaba perdiendo a mi hermano. Él era una especie de nene, que siempre reía, jugaba y me vivía celando, somos tan unidos, en las vacaciones siempre nos íbamos al club del barrio a pasar el día con nuestros amigos, ya que mis amigas ya eran amigas de él y viceversa. Ahora está apagado, no era el mismo de siempre, todos a los que se lo digo me dicen “y si obvio como para que no lo esté, acaban de perder a sus papás”, pero no entienden a lo que me refiero. Peter sigue siendo amoroso conmigo, sigue jugando tratando que yo saque una sonrisa y se ocupa totalmente de lo que a mí me pasa. A tal punto que después del entierro no lo vi llorar, no lo vi desahogarse, como si se tragara todo su dolor para cuidarme solamente a mí. Ya casi no iba a la facultad, prefería ir a la mañana a la empresa para salir un poco antes y poder almorzar conmigo, mirar pelis a la siesta, y hasta me ayudaba con la tarea. Y por más que le decía que valla a la facultad siempre encontraba una escusa para no ir.
De golpe mi hermano de 18, el clásico adolescente fiestero, deportista y juguetón. Se había convertido en el padre de la familia, en la cual yo era su hija, y él el encargado de trabajar y supervisar los bienes familiares. Lo peor es que no tenemos necesidad, gracias a dios todos los años de trabajos de nuestros padres nos habían dejado una suma importante de dinero como para mantenernos varios años, pero no, el muy terco busca cosas con la cual distraerse y ocultar su dolor.
No soportaría vivir con el dolor de saber que aparte de perder a mis papas, iba a perder a mi hermano, mi único familiar, el amor de mi vida. Creo haber tomado una decisión, pero voy a esperar unos días para comunicárselo. Va a pensar que soy muy egoísta, pero es lo mejor para él y un poco para mí.

Cambios De Rumbos - Orian 💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora