Capítilo 14

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    Y ahí estaba yo, como una subnormal, sin saber claramente qué hacer o decir. ¿Dylan sentía algo por mí? Eso tenía que ser una broma. Seguro que era el día del inocente y yo no me había enterado.

- ¿Qué has dicho?

- No me hagas repetirlo - susurró.

    Le observé con la boca bien abierta que incluso podría entrar perfectamente una ballena y sobraría espacio para un elefante. Desde que había pisado el set, él me había hecho la vida imposible y no parar de complicar las grabaciones. ¡Pero si nos pasábamos más discutiendo que hablando normal!

- ¡No finjas que no has sentido nada! - me señaló con un dedo.

"Genial. Ha despertado el hijo de Satanás."

- No sé de qué me hablas.

- ¡Oh venga! - tiró la silla.

    Di un paso hacia atrás. Esto se estaba poniendo violento.

- ¿Entonces por qué prolongaste el beso? ¿Por qué seguiste el beso?

- Era la escena del beso.

- ¡No me vengas con eso!

    Tiró la otra silla con más fuerza. Por el camino que iba, su camerino iba a quedar destrozado.

- ¿Y lo de la fiesta?

- Estaba borracha.

- Veo que tienes respuestas a todo.

    Dylan me miró serio, algo inusual por su parte. Pasó por encima de las sillas dirigiéndose hacia mi dirección.

"¡Corre!" 

Pero ya era demasiado tarde. Dylan cortó la poca distancia que nos separaba y me besó. Empecé a forcejar pero consiguió bloquearme y sujetarme con fuerza. El familiar sentimiento envolvió todo mi cuerpo. Directamente, había dejado de pensar y de lo único que estaba segura era que no quería que acabara el beso. Para desgracia, Dylan rompió el beso.

- No vuelvas a decirme que no sientes lo mismo - susurro Dylan en mi oreja.

    Sentía dos cosas en mi interior: vergüenza y rabia. Y fue la segunda la que tomó el control de mi cuerpo y mente. Empujé a Dylan tan fuerte que chocó con el armario.

- ¡No vuelvas a hacerlo! - grité enfadada - ¡Esto es un error!

- Shelley...

    Lo atravesé con todo mi poder de mi mirada mortal, que seguramente lo dejaría ciego para toda la vida.

- ¡Estoy saliendo con Tyler, te guste o no!

- ¿Pero sientes algo por él?

     La pregunta me pilló por sorpresa. ¿Sentía algo?

- Ese no es el tema. ¡Es tu amigo! No puedes hacerle eso.

    Los ojos de Dylan perdieron luz, su cara perdió más color, si fuera eso posible. Agachó la mirada sin saber qué decir.

- Esa no es la solución - le dije - Tienes buscar otra salida para no caer en la angustia.

    Unos golpes en la puerta nos volvieron a la realidad. Holland aparecía enfadada tras la puerta.

- ¡Dylan O'Brien! ¡Hace diez minutos que tenías que estar en el set de grabación!

- Ya voy

Conociendo a Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora