Capítulo 26

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     Mi rutina de vida no volvió a la normalidad después del accidente. Brad había salido del hospital después de dos semanas en él. Pero con una condición, tenía que volver. El problema no estaba en la brecha que se había abierto al caerse y darse en el filo de la mesa, sino era mas complicado. Después de los puntos, la situación empeoró. Los médicos le hicieron varias pruebas y nos comunicaron lo siguiente. Con solo 17 años de edad, Brad era alcohólico. Permaneció dos semanas con los mejores médicos pero nada ayudaba. Mis padres se cansaron y sacaron a Brad de ese sitio, pensando que en casa estaría mejor tratado por médicos privados. Pero estaban equivocados.

    Brad cada vez se encerraba mas en sí y para salir de su estado sólo bebía alcohol. Por mucho que lo vigiláramos, por mucho que intentábamos quitarle el alcohol... Al final del día estaba desmayado borracho.

    La situación en casa no volvió a ser la misma. Gritos y peleas había prácticamente todos los días. Aún que la mayoría de las veces las peleas eran incluso cómicas y sin sentido. Lo único que me salvaba de ese infierno era mi trabajo.

    Por miedo a que esa situación saliera en la prense, me aparté de mis compañeros de trabajo bruscamente. Me volví mas fría y distante. Solo aparecía en los set de grabación cuando era necesario. El resto del día me encerraba en mi propio camerino y leía los guiones. Había días que me quedaba hasta tarde, simplemente por no querer irme a casa.

    El único que sabía todo eso era Dylan, pero no estaba. Tenía unas grabaciones de la segunda parte del corredor del laberinto, y estaba un tiempo fuera. Me llamaba todos los días y enviaba mensajes, pero yo no contestaba. No quería meterle en mis problemas familiares, al fin de cuentas, no era parte de ella. Yo misma podía lidiar con eso.

    Los meses pasaban y la situación de Brad empeoró. Le veía cada día mas agresivo que el anterior. Los mejores médicos y psiquiatras venían, pero nada ayudaba.

- ¡Yo estoy bien, joder! - gritó esa tarde Brad - ¡Los que estáis enfermos sois vosotros!

    Ese día justo mis padres estaban en el trabajo y nos dejaron a cargo a Brad. Estábamos los cuatro hermanos intentando llevar una tarde normal. Pero estaba muy lejos de ser normal, Brad estaba más borracho de lo habitual. Y subnormal. Y ya eso a Glenn y a mí nos hacía gracia por una parte.

- ¡Es por tu propio bien! - dijo mi hermano mayor dando un puñetazo a la mesa.

- ¡Yo voy así y punto! ¡Iros a la mierda!

- ¡No puedes salir a la calle en calzoncillos Brad!

- ¡Es mi nuevo estilo! ¡Búscate uno nuevo idiota!

    Bran, con toda la dignidad se dirigió a la salida. Glenn y yo miramos la escena desde el sofá con un bol de palomitas. Eso se estaba poniendo interesante.

- Será lo mejor para ti - dijo Kevin mientras se abalanzaba para ponerle ropa - No seas inmaduro.

- ¡Es mi vida! ¡Me visto lo que quiero! ¡No tenéis derecho a nada! ¡Y hago lo que me antoge! ¡Deja de joderme la vida Kevin!

- ¡Tio, serás el nuevo payaso del barrio! No pienso que salgas por esa puerta.

- Impídemelo.

- Te quedarás sin chocolate.

    Brad soltó un ruido de sorpresa y casi le iba a dar un ataque de corazón.

-  No serás capaz - le dijo a Kevin.

- Tiéntame.

    Brad cerró la puerta enfadado y se sentó en el sillón cruzándose de brazos.

Conociendo a Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora