Capítulo 39

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Narrado por Shelley

    Tenía los mensajes de Dylan abiertos, mientras estaba en el salón con mi familia, sin contar al maldito rubio. Pero el último mensaje de mi novio me alarmó. ¿Cómo que estaba en mi puerta?.

    Me dirigí a la entrada, sin prestar mucha atención en que dejé la puerta abierta. Y ahí tenía ha mi novio, que sonrió cuando me vió.

- Hola amor - me sonrió con cariño.

- ¿Qué haces aquí?

    Ya de por si sabía que mi tono no había sido amable ni cariñoso, más bien de enfado. Y sinceramente no quería dar esa imagen, y me enfadé conmigo misma por utilizar ese tono.

- Te echaba de menos.

    Yo no merecía ha ese hombre en mi vida. Era la persona más dulce que conocía en todo el planeta. Dejé salir un suspiro, ya que mi mente no me dejaba pensar con claridad. Yo solo quería un finde tranquilo con él. Pero entre mi padre, el maldito Cody y el agobio del trabajo, sentía que las cosas se complicaban.

- Te dije que estaba con mi familia, Dylan.

    Y Cody me está haciendo chantaje, pensé pero no fui capaz de decirlo. Desvié mi mirada de Dylan, hacia donde señalaba.

- ¿Y él es parte de tu familia?

    Simplemente perfecto. El maldito fantasma no podía haberse quedado dentro de la casa. Su sonrisa pícara me tentaba tirarle el cubo de la basura. 

.- No fue invitado. Él vino sin más - le sujeté de las manos y le obligé a mirarme - Se irá...

    Podía entender perfectamente el enfado de Dylan. Yo misma estaba enfadada conmigo misma. Le cogí de las manos para que me mirase.

- Yo solo veo que él sí es parte de tu familia, mientras que yo soy una simple decoración.

    Soltó mi agarre en sus manos y empezó a dirigirse al coche.

- Dylan... - supliqué mientas intentaba pararle.

Pero al final no sirvió de nada. Me quedé por un rato en la calle, mirando la carretera por donde el coche de Dylan había desaparecido. Casi me da un infarto cuando Cody me habló.

- Que tio mas infantil - noté un tono de burla en su voz.

- Al menos es buena persona y no va por ahí chantajeando a las personas. Y por eso lo amo.

- Me has echo hasta llorar y todo - se burló - Pero ya que has sacado el tema del chantaje, quiero discutirlo.

- ¿Te parece un buen momento?

- Perfecto.

    Bufé y me giré para volver a mi casa. Volví donde estaba mi familia, que ni estaban enterados de lo que había pasado en la calle. No volví a quedarme a solas con Cody y eso facilitó a que dejará de acosarme.

    Dylan no me contestó a ninguno de los mensajes que le había enviado. Ni a las llamadas. Incluso al día siguiente fui a verle a casa, pero no hubo suerte. No quería dejar las cosas así con Dylan, necesitaba verle, explicarle las cosas. O al menos una parte.

    Subí por el árbol que daba a su ventana, ya lo había echo una vez, así que no fué tan dificil. Agradecí mucho que la ventana estaba abierta, asi que entré por ella. Dylan no estaba en la habitación. Pero el sonido del agua en el baño me indicó que se estaba dando una ducha. Me moví por su habitación buscando un buen ángulo dónde ponerme. Despues de moverme de la cama, al escritorio y al mueble, volví a sentarme sobre la cama. Crucé mis piernas y esperé en silencio. Mientras tanto, me montaba mis diáologos en la cabeza, pero ninguno me convencía.

    La puerta del baño se abrió, Dylan tenía el dorso desnudo y sólo llevaba una toalla enrollada en su cintura. Sentí que mis mejilla tomaban algo de color. A pesar de llevar un tiempo saliedo, y de haber tenido algunos encuentros subidos de tono, no nos habíamos visto aún desnudos. Quité la mirada de su cuerpo y observé mis manos.

- Tengo que poner una nota para recordar cerrar la ventana - oí la voz de Dylan mientras caminaba por la habitación.

- Quería verte.

- Yo no.

    Levanté la mirada para mirarle. Dylan estaba apoyado en el escritorio, con los brazos cruzados y con la cara muy seria.

- No estoy de ánimos para hablar contigo.

- Por favor, Dylan...

- No estoy enfadado - dijo - Solo me molestó verle ahí y tú no me dijiste nada.

- Yo no sabía que iba a venir.

- ¿Te gusta?

- ¡No!

- Pero tú le gustas.

- ... Si ...

    Quité la mirada, mirando un punto fijo de la habitación. El silencio se estaba prolongando, y eso me ponía de los nervios. Oí los pasos de Dylan, se inclinó para mirarme ha los ojos.

- No es tu culpa ser una rompecorazones y tan bella.

    Sonreí por sus palabras.

- No seas tonto.

- Seré el tonto enamorado.

    Juntó nuestros labios. No sé como, acabé sobre la cama, con Dylan encima. Se movió, sin romper el beso, para situarse entre mis piernas. Pasé mis brazos por la parte detrás del cuello para profundizar el beso. Jadee cuando mordió mi labio inferior.

- Eres mi pequeña tentación.

     Susurró en mi cuello. Mi piel se erizó al sentir chocar su respiración sobre mi piel.

- Y tú la mía...

   

Conociendo a Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora