Capítulo 29

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- Estoy saliendo con alguien.

    Esas palabras sonaron en mi cabeza formándose en eco. Un eco interminable.

    En ese mismo momento tenía dos opciones: callarme y asumir las consecuencias de mi patética vida. O plantar cara por mis sentimientos. Hiciera lo que hiciese, había posibilidad de un mismo final. En la primera opción, sufriría al ver a Dylan con otra mientras poco a poco la depresión se apoderaría completamente de mí y muriera. Y en la segunda opción, podría ser rechazada ya que él ya quería a otra chica, entonces me deprimiría con diez gatos en mi casa mientras esperaba a la muerte. En los dos casos moría de todas formas. 

"¿Por qué siempre tengo que ser tan pesimista?".

    Y decidí ir a por la segunda opción.

- Dylan yo...

    La puerta del camerino se abrió de golpe y controlé las ganas de cerrarlas delante de las narices del mal nacido que me había interrumpido. El sujeto que había entrado era una... ¿chica?

- Conejito mío, ¿dónde estabas? - dijo con una voz de pito a mas no poder hacia Dylan.

    Este, la observó con una mezcla de sorpresa y diversión. La chica me dio la espalda así que solo podía ver si melena corta mal cortada y su conjunto un tanto sin gusto. Reconocí a la muchacha que estaba antes con el, pero había algo que me parecía familiar en ella. Intenté ver su cara, pero no quería ser tan cantosa.

- Conejito mío, nos vamos.

- Espera un momento, ¿tu quién eres?

    La chica se dio la vuelta en plan diva para mirarme. Y lo de diva se perdió por el camino, ya que perdió el equilibrio con los tacones y casi se da una ostia tremenda contra el suelo de mi camerino. 

- Monada, soy su novia - dijo ella aun con la voz de pito y levantando la cabeza orgullosa.

    Observé su cara. Por el tropiezo, su pelo se había movido de una manera un tanto raro, quedando el flequillo de lado. Su pintalabios no tenia apenas color, pero eso tenía mas brillo de purpurina que la cresta de un unicornio. El rimen, o lo que fuera, le había dejado un ojo oscuro, como si tuviera un moratón por una paliza. Y la ropa que llevaba era otro universo, no pegaba nada con nada. La mejor parte era que sabía quien era, y esa monstruosidad no era una chica, ni de lejos.

- ¿Thomas eres tú? - pregunté incrédula - ¿Thomas Brownni Master?

    Un silencio reinó entre los tres. Observe a esa 'chica'. Sin duda era Thomas. Un Thomas mal vestido, mal maquillado y mal peinado. En resumen, era un Thomas defectuoso o algo por el estilo. ¿Qué clase de amigos tiene Dylan?

- Para tu información es Brodie Sangster, no Brownni Master. Pero, ¿cómo me has reconocido? - se quejó el pelirrojo - Si parezco una chica linda y delicada.

- Veo que lo de no recordar nombres lo has heredado de tu padre - señaló Dylan riendo.

    Le fulminé con la mirada.

- Lo de linda y delicada ni en tus sueños Thomas - dije - Tampoco en lo de parecer una chica. Mas bien pareces un travesti defectuoso.

    Thomas soltó un ruido de asombro, con la boca bien abierta. Dylan, detrás suya, empezó a partirse de risa.

- Ya te había dicho que no iba a funcionar - río Dylan - Madre mía.

- ¿Quieres decir que todas las personas que me miraban aquí y en el transporte publico era porque se veía que era hombre y no porque estaba guapo?

Conociendo a Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora